Ana María Ibarra
Más de sesenta personas entre niños, jóvenes y adultos se convirtieron en padres espirituales de bebés no nacidos. El compromiso se llevó a cabo durante las misas dominicales de la parroquia Todos los Santos, el pasado 20 de febrero.
Fue después de recibir la Eucaristía cuando los padres espirituales pasaron al frente y, guiados por uno de los jóvenes organizadores del proyecto, leyeron su compromiso y realizaron una oración, llevándose la encomienda de orar por su bebé espiritual durante nueve meses.
Un granito de arena
“Decidí adoptar un bebé espiritualmente porque el aborto está muy fuerte en México y quieren legalizarlo en todos los estados. Iniciativas como esta (adopción espiritual) son una luz de esperanza para este país, sobre todo cuando vienen de parte de los jóvenes”, dijo María del Rosario Vargas Parra, una de las madres espirituales entrevistada antes del inicio de la misa.
Señaló que esto es un granito de arena en la lucha para erradicar el aborto, y consideró que esta ayuda puede no sólo darse a través de la oración, sino también materialmente.
“Tal vez podría ayudar a esa madre o ayudar a una casa como Mater Filius, ahí podemos empezar”, reflexionó Rosario al compartir que este compromiso involucra a toda su familia.
“Somos provida. Son valores que le estamos inculcando a nuestro hijo, que es un jovencito”, finalizó.
Enseñar a los hijos
La familia Romo participa también en este proyecto, involucrando a sus cinco miembros: Juan Manuel, Claudia y sus hijos: Javier Manuel, Ana Lucía y Santiago.
“Hace tres semanas nos hicieron la invitación. Quien tuvo la iniciativa de adoptar fue mi esposa y lo platicamos con nuestros hijos. Les hicimos ver la importancia de interesarnos por aquellos que aún no han nacido”, dijo Juan Manuel.
Después de aquella platica familiar, los Romo se inscribieron y cada uno adoptó un bebé espiritual asignándole un nombre.
“Estamos emocionados, es algo de lo poquito que podemos hacer. Le damos gracias a Dios porque nos ha abierto el corazón para poder participar de esta manera”, agregó el padre de familia.
Con la inquietud de no saber si en algún momento Dios les permitirá conocer a quienes sean salvados del aborto, el tener la oportunidad de participar ya es motivo de agradecer a Dios.
Para Claudia es de suma importancia enseñar a sus hijos el valor de la vida, ya que son bombardeados por los medios de comunicación y centros educativos, con ideologías contrarias.
“Es importante educarlos desde la óptica verdadera que es la fe y es una oportunidad para reunirnos y rezar en familia”, dijo la madre de familia.
Aunque cada uno recibió su acta de compromiso y manual de oraciones, la intención de la familia Romo es rezar unidos, una vez por semana, el Rosario por los no nacidos.
“La intención es ayudarnos a llevar a cabo nuestro compromiso, a rezar todos los días siempre pensando que por nuestra oración Dios va a intervenir, y por su misericordia salvará a quien Él haya designado”, finalizaron.