Existen diferentes factores que provocan los divorcios, pero algunos se pueden advertir en indicios de inmadurez para contraer matrimonio. Algunos de estos indicios se reflejan en diez tipos de hombres con los que una mujer cristiana no debería casarse.
Presencia/ Agencias (Primera parte)
La falta de madurez emocional, ya sea por parte de la mujer o del hombre, es uno de los factores que provoca en la actualidad un elevado número de divorcios, tal y como lo revelan las cifras oficiales que recientemente se han difundido.
De acuerdo a estos datos, en Ciudad Juárez el número de divorcios registró un aumento del 217.6 por ciento en 22 años (de 1993 a 2015), mientras que los matrimonios civiles tienen apenas un 30.9 por ciento de incremento.
Existen diferentes factores que provocan los divorcios, pero algunos se pueden advertir en indicios de inmadurez para contraer matrimonio.
Algunos de estos indicios fueron examinados por el editor de una revista cristiana, quien recientemente publicó un artículo en el que describe diez tipos de hombres con los que una mujer cristiana no debería casarse.
- Lee Grady es el autor del artículo que se hizo viral en Internet, pues lo leyeron más de 2 millones de personas, y 1.5 millones lo reenviaron o compartieron en la red.
Al ver los comentarios en el sitio web de la revista, el autor, padre de cuatro mujeres, advirtió que quienes lo consultaron eran personas seriamente preocupadas por la importancia del matrimonio.
Hablan expertos
Y así llegó a la conclusión de la importancia de aconsejar a las mujeres para la hora en que decidan contraer matrimonio.
«¡No aceptes nada por debajo de lo que Dios pide! Estás mejor soltera que con el tipo equivocado«, fue la expresión del autor.
Periódico Presencia consultó este tema con expertos que atienden matrimonios en la diócesis, quienes nos ayudaron a reflexionar sobre la importancia de pensar dos veces antes de decidir compartir la vida con otra persona con estas características:
- El no creyente
“ No basta con que el candidato se ofrezca a acompañar a la chica a la iglesia. Y las «citas misioneras nunca son buena estrategia”, dice el artículo que además recomienda recordar la cita 2 Corintios 6,14 que dice: “No os atéis a los no creyentes, porque ¿qué tienen en común la justicia y la impiedad, qué compañerismo hay entre la luz y la oscuridad?. Esta no es una norma religiosa caducada, es la Palabra de Dios para ti hoy”.
Sobre este tipo de hombre, el padre Juan Carlos López, sacerdote con especialidad en teología moral reflexionó
-
El mentiroso
«Si descubres que el hombre con el que estás saliendo te ha mentido acerca de su pasado, o que siempre está borrando su rastro para esconderte secretos, corre hacia la salida más próxima. El matrimonio debe construirse sobre el cimiento de la confianza».
- El playboy (infiel)
«Me gustaría poderte decir que si encuentras a un tipo guapo en la iglesia puedes considerar que vive la pureza sexual. Pero no es el caso hoy. He oído historias de horror de solteros que apoyan el equipo de adoración del domingo, pero son casanovas el resto de la semana. Si te casas con un tipo que iba de cama en cama antes de la boda, ten por seguro que irá de cama en cama tras la boda», dice el artículo.
A este tipo de hombre, el padre Julián Badillo, juez del Tribunal Eclesiástico de la diócesis explicó lo puso en la perspectiva de la infidelidad:
“La infidelidad es un problema muy frecuente, dado la cultura en la que vivimos actualmente, hay casos en los que la pareja desconoce si el otro le ha sido fiel durante el noviazgo, pero también existen situaciones en las que si hay conocimiento de posibles faltas en la fidelidad y aun así siguen en la relación, esperando que con el matrimonio, por arte de magia, todo cambie y la boda convierta a su cónyuge en el hombre más fiel del mundo”.
“Pero en el amor se tiene que estar muy atento principalmente en estas situaciones, y sobre todo ser muy honestos a la hora de tomar una decisión, porque no se puede pensar en que como ya está todo preparado para la boda, ¿qué van a decir los demás si no me caso?, y cosas así. Es preferible pasar un momento difícil al decidir terminar una relación y unos preparativos, a que pasen una vida de constantes desilusiones y de sufrimientos o bien que trajera consecuencias graves por una enfermedad de transmisión sexual”.
- El que no cuida su familia anterior
El autor del artículo `afirma que «hay muchos cristianos firmes que vivieron en su pasado un fracaso matrimonial y ahora quieren volver a casarse. Los segundos matrimonios pueden ser muy felices». (Desde un punto de vista católico, esto podría aplicarse a viudos, a hombres en uniones civiles no sacramentales y a quienes tuvieron una unión matrimonial nula).
El articulista dice: «Si descubres que el hombre con el que sales no ha cuidado a sus hijos de relaciones anteriores, has descubierto un fallo fatal. Un hombre que no paga sus errores ni apoya a sus hijos anteriores no te va a tratar responsablemente».
Y el padre Julián Badillo, del Tribunal Eclesiástico abunda:
“El noviazgo es el tiempo perfecto para conocer a las personas con quienes se quiere compartir el resto de la vida y muchas de las situaciones que se presentan en el noviazgo persisten en el matrimonio. Primero debe de ser conciente la mujer de que existe algún o algunos hijos y que es una realidad que no va a cambiar con la boda”
“Al querer al hombre debe de aceptar también a los hijos que hubieran de la relación anterior, pero también debe de estar atenta a la forma de cómo lleva su relación con ellos, pues en ocasiones son las ex esposas quienes niegan la convivencia al ex con los hijos y sólo pelean lo económico, que es una situación frecuente”.
Pero el padre Julián advirtió también sobre aquellos hombres que “sólo buscan un pretexto para deshacerse de la obligación y no cumplir con lo que les corresponde”.
“Por eso el amor no está peleado con la razón y con la justicia. Si una mujer cristiana decide contraer matrimonio con alguien divorciado, es bueno que considere las causas por las que terminó la relación anterior, con la finalidad de que no siga el cónyuge con el mismo patrón en esta nueva relación. Hay que ser muy honestos a la hora de comprometerse”.
- El adicto
«Los hombres que van a la iglesia y tienen adicción al alcohol o las drogas han aprendido a esconder sus problemas, pero no deberías esperar a la luna de miel para descubrir que es un borracho. Nunca te cases con un hombre que se niega a recibir ayuda contra su adicción. Insístele en que busque ayuda profesional y aléjate de él. Y no caigas en una relación codependiente, en la que él dice que te necesita para estar sobrio. Tú no puedes cambiarle.», dice el autor del artículo.
Al respecto, Adolfo Baz Dresch, del servicio diocesano “Atención a parejas problematizadas”, afirmó:
“Toda persona que sufre una adicción siempre tiene signos de que es dependiente de algo… ya sea alcohol, drogas, sexo, juego, etc. Es necesario y muy importante la atención que se preste a los signos que no se pueden ocultar como la resaca o cruda que difícilmente puede ocultar, la coloración de ojos, la ansiedad sin ningún motivo aparente, el olor que transpira, etc. Todos esos son signos de un posible ocultamiento de alguna adicción”.
Adolfo explicó que durante el noviazgo es frecuente la convivencia y participación en eventos sociales y familiares y es ahí donde se puede observar el comportamiento de la pareja.
“Recordemos que el noviazgo es una etapa de conocimiento mutuo y si solo nos dejamos llevar por el romanticismo y aparente buen trato, no prestamos la debida atención a las manifestaciones que se puedan estar presentando”, dijo.
Explicó que en su ministerio, ha atendido parejas en las cuales está presente alguna adicción “y viven un verdadero infierno en el que se presenta la violencia, problemas económicos, falta de atención y responsabilidad para los miembros de la familia (esposa e hijos), pérdida de empleo, deterioro de la salud y finalmente rompimiento de la relación”. Explicó: “En la actualidad muchas parejas de novios dedican gran parte de su tiempo en “pasársela suave” y no procuran espacios propicios de encuentro real en donde puedan llegar a conocerse mejor como retiros de novios, cursos de paternidad responsable, de valores, de crecimiento en la fe, prevención de adicciones, etc. pues piensan que no los necesitan porque lo que sienten el uno por el otro es suficiente para sacar adelante una relación, la cual van construyendo con mucho romanticismo y poca verdadera preparación”.
Por ello, afirmó que es importante “tomar muy en serio los exámenes prenupciales que se piden antes del matrimonio y de ser posible, pedir que se incluyan pruebas como un antidoping y detección de ETS, que en la actualidad no son obligatorias por parte de la legislación de Chihuahua”.
Presencia/ Agencias (Primera parte)
La falta de madurez emocional, ya sea por parte de la mujer o del hombre, es uno de los factores que provoca en la actualidad un elevado número de divorcios, tal y como lo revelan las cifras oficiales que recientemente se han difundido.
De acuerdo a estos datos, en Ciudad Juárez el número de divorcios registró un aumento del 217.6 por ciento en 22 años (de 1993 a 2015), mientras que los matrimonios civiles tienen apenas un 30.9 por ciento de incremento.
Existen diferentes factores que provocan los divorcios, pero algunos se pueden advertir en indicios de inmadurez para contraer matrimonio.
Algunos de estos indicios fueron examinados por el editor de una revista cristiana, quien recientemente publicó un artículo en el que describe diez tipos de hombres con los que una mujer cristiana no debería casarse.
- Lee Grady es el autor del artículo que se hizo viral en Internet, pues lo leyeron más de 2 millones de personas, y 1.5 millones lo reenviaron o compartieron en la red.
Al ver los comentarios en el sitio web de la revista, el autor, padre de cuatro mujeres, advirtió que quienes lo consultaron eran personas seriamente preocupadas por la importancia del matrimonio.
Hablan expertos
Y así llegó a la conclusión de la importancia de aconsejar a las mujeres para la hora en que decidan contraer matrimonio.
«¡No aceptes nada por debajo de lo que Dios pide! Estás mejor soltera que con el tipo equivocado«, fue la expresión del autor.
Periódico Presencia consultó este tema con expertos que atienden matrimonios en la diócesis, quienes nos ayudaron a reflexionar sobre la importancia de pensar dos veces antes de decidir compartir la vida con otra persona con estas características:
- El no creyente
“ No basta con que el candidato se ofrezca a acompañar a la chica a la iglesia. Y las «citas misioneras nunca son buena estrategia”, dice el artículo que además recomienda recordar la cita 2 Corintios 6,14 que dice: “No os atéis a los no creyentes, porque ¿qué tienen en común la justicia y la impiedad, qué compañerismo hay entre la luz y la oscuridad?. Esta no es una norma religiosa caducada, es la Palabra de Dios para ti hoy”.
Sobre este tipo de hombre, el padre Juan Carlos López, sacerdote con especialidad en teología moral reflexionó
- El mentiroso
«Si descubres que el hombre con el que estás saliendo te ha mentido acerca de su pasado, o que siempre está borrando su rastro para esconderte secretos, corre hacia la salida más próxima. El matrimonio debe construirse sobre el cimiento de la confianza».
- El playboy (infiel)
«Me gustaría poderte decir que si encuentras a un tipo guapo en la iglesia puedes considerar que vive la pureza sexual. Pero no es el caso hoy. He oído historias de horror de solteros que apoyan el equipo de adoración del domingo, pero son casanovas el resto de la semana. Si te casas con un tipo que iba de cama en cama antes de la boda, ten por seguro que irá de cama en cama tras la boda», dice el artículo.
A este tipo de hombre, el padre Julián Badillo, juez del Tribunal Eclesiástico de la diócesis explicó lo puso en la perspectiva de la infidelidad:
“La infidelidad es un problema muy frecuente, dado la cultura en la que vivimos actualmente, hay casos en los que la pareja desconoce si el otro le ha sido fiel durante el noviazgo, pero también existen situaciones en las que si hay conocimiento de posibles faltas en la fidelidad y aun así siguen en la relación, esperando que con el matrimonio, por arte de magia, todo cambie y la boda convierta a su cónyuge en el hombre más fiel del mundo”.
“Pero en el amor se tiene que estar muy atento principalmente en estas situaciones, y sobre todo ser muy honestos a la hora de tomar una decisión, porque no se puede pensar en que como ya está todo preparado para la boda, ¿qué van a decir los demás si no me caso?, y cosas así. Es preferible pasar un momento difícil al decidir terminar una relación y unos preparativos, a que pasen una vida de constantes desilusiones y de sufrimientos o bien que trajera consecuencias graves por una enfermedad de transmisión sexual”.
- El que no cuida su familia anterior
El autor del artículo `afirma que «hay muchos cristianos firmes que vivieron en su pasado un fracaso matrimonial y ahora quieren volver a casarse. Los segundos matrimonios pueden ser muy felices». (Desde un punto de vista católico, esto podría aplicarse a viudos, a hombres en uniones civiles no sacramentales y a quienes tuvieron una unión matrimonial nula).
El articulista dice: «Si descubres que el hombre con el que sales no ha cuidado a sus hijos de relaciones anteriores, has descubierto un fallo fatal. Un hombre que no paga sus errores ni apoya a sus hijos anteriores no te va a tratar responsablemente».
Y el padre Julián Badillo, del Tribunal Eclesiástico abunda:
“El noviazgo es el tiempo perfecto para conocer a las personas con quienes se quiere compartir el resto de la vida y muchas de las situaciones que se presentan en el noviazgo persisten en el matrimonio. Primero debe de ser conciente la mujer de que existe algún o algunos hijos y que es una realidad que no va a cambiar con la boda”
“Al querer al hombre debe de aceptar también a los hijos que hubieran de la relación anterior, pero también debe de estar atenta a la forma de cómo lleva su relación con ellos, pues en ocasiones son las ex esposas quienes niegan la convivencia al ex con los hijos y sólo pelean lo económico, que es una situación frecuente”.
Pero el padre Julián advirtió también sobre aquellos hombres que “sólo buscan un pretexto para deshacerse de la obligación y no cumplir con lo que les corresponde”.
“Por eso el amor no está peleado con la razón y con la justicia. Si una mujer cristiana decide contraer matrimonio con alguien divorciado, es bueno que considere las causas por las que terminó la relación anterior, con la finalidad de que no siga el cónyuge con el mismo patrón en esta nueva relación. Hay que ser muy honestos a la hora de comprometerse”.
- El adicto
«Los hombres que van a la iglesia y tienen adicción al alcohol o las drogas han aprendido a esconder sus problemas, pero no deberías esperar a la luna de miel para descubrir que es un borracho. Nunca te cases con un hombre que se niega a recibir ayuda contra su adicción. Insístele en que busque ayuda profesional y aléjate de él. Y no caigas en una relación codependiente, en la que él dice que te necesita para estar sobrio. Tú no puedes cambiarle.», dice el autor del artículo.
Al respecto, Adolfo Baz Dresch, del servicio diocesano “Atención a parejas problematizadas”, afirmó:
“Toda persona que sufre una adicción siempre tiene signos de que es dependiente de algo… ya sea alcohol, drogas, sexo, juego, etc. Es necesario y muy importante la atención que se preste a los signos que no se pueden ocultar como la resaca o cruda que difícilmente puede ocultar, la coloración de ojos, la ansiedad sin ningún motivo aparente, el olor que transpira, etc. Todos esos son signos de un posible ocultamiento de alguna adicción”.
Adolfo explicó que durante el noviazgo es frecuente la convivencia y participación en eventos sociales y familiares y es ahí donde se puede observar el comportamiento de la pareja.
“Recordemos que el noviazgo es una etapa de conocimiento mutuo y si solo nos dejamos llevar por el romanticismo y aparente buen trato, no prestamos la debida atención a las manifestaciones que se puedan estar presentando”, dijo.
Explicó que en su ministerio, ha atendido parejas en las cuales está presente alguna adicción “y viven un verdadero infierno en el que se presenta la violencia, problemas económicos, falta de atención y responsabilidad para los miembros de la familia (esposa e hijos), pérdida de empleo, deterioro de la salud y finalmente rompimiento de la relación”. Explicó: “En la actualidad muchas parejas de novios dedican gran parte de su tiempo en “pasársela suave” y no procuran espacios propicios de encuentro real en donde puedan llegar a conocerse mejor como retiros de novios, cursos de paternidad responsable, de valores, de crecimiento en la fe, prevención de adicciones, etc. pues piensan que no los necesitan porque lo que sienten el uno por el otro es suficiente para sacar adelante una relación, la cual van construyendo con mucho romanticismo y poca verdadera preparación”.
Por ello, afirmó que es importante “tomar muy en serio los exámenes prenupciales que se piden antes del matrimonio y de ser posible, pedir que se incluyan pruebas como un antidoping y detección de ETS, que en la actualidad no son obligatorias por parte de la legislación de Chihuahua”.
- El holgazán
Una amiga de Lee descubrió, después de casarse, que su nuevo marido no tenía ninguna gana de encontrar un trabajo serio y que su plan consistía en estar en casa jugando a videojuegos mientras su esposa trabajaba y pagaba las facturas. Un hombre que no está dispuesto a trabajar no merece una esposa cristiana. Lee recuerda 2 Tesalonicenses 3,10: «Quien no está dispuesto a trabajar, que no coma».
Sobre este tipo de hombre, Adolfo Baz, de “atención a parejas problematizadas” dijo:
“Durante el noviazgo, la primera etapa de “enamoramiento” suele no buscar profundizar en un “proyecto de vida” pues están en un proceso de conocimiento, pero a medida que la relación va formalizándose, es normal el comenzar a hacer preparativos de ¿cómo y dónde vamos a vivir? ¿De qué vamos a vivir? Aquí se hace manifiesto el interés y responsabilidad que tiene el novio. Si desde el inicio no vemos que el es quien aporta lo necesario y como frecuentemente sucede, recurre al apoyo económico de otros para cubrir las necesidades, si todo lo que tiene (vestido, transporte, diversiones, alimento) se le ha dado sin tener que hacer esfuerzo alguno, no nos extrañe que una vez dentro del matrimonio espere que “alguien” se los siga proporcionando y en este caso suele ser la esposa. El verdadero amor implica dar la vida por el ser amado y el egoísmo implica la búsqueda de quien siga satisfaciendo mis necesidades sin tener que sacrificarme en lo absoluto. Los signos están presentes pero no los ve quien no quiere verlos”.
- El narcisista
«Deseo sinceramente que encuentres un chico que sea apuesto. Pero cuidado: si tu novio pasa seis horas al día en el gimnasio y publica con regularidad fotos de sus biceps en Facebook tienes un problema».
«Un hombre tan centrado en su apariencia y sus propias necesidades nunca podrá amarte sacrificialmente, como Cristo ama a la Iglesia [Efesios 5,25]. El hombre que siempre se busca a sí mismo en el espejo, no se fijará en ti», dice el autor.
Por su parte, Tere y Víctor Jurado, del Movimiento diocesano Encuentro Matrimonial, aconsejaron a las mujeres sobre este tipo de hombre:
“El matrimonio es para donar mi persona a tí. El narcisista sólo se quiere a sí mismo y no a los demás, incluso el amor a sí mismo no es sano, es egoísta.
Un narcisista solo buscará saciar su ego. En lo cotidiano el narcisista no incluye el “nosotros”: en su diccionario.
No se recomienda casarse con él ya que no buscará el crecimiento de la relaciób,m no se esforzará por el otro, no tomará una real decisión de amar, y menos enriquecerse mutuamente.
Aquella mujer que decida casarse con este tipo de hombre no vivirá plenamente: ni sacramentalmente, ni como persona, no será libre, ya que estará atada y esclavizada al egoísmo de su esposo y el beneficio de ese mediante la manipulación.
Sólo sentirá amor por sí mismo y no por ti.
- El iracundo
«Los hombres con tendencias abusadoras no pueden controlar la ira cuando hierve en su interior. Si el hombre con el que sales tiene tendencia a levantar la mano sobre ti o sobre otros, no te sientas tentada a racionalizar su comportamiento. Él tiene un problema, y si te casas con él tendrás que navegar en ese campo minado evitando detonar más explosiones. Los hombres iracundos dañan a las mujeres, a veces verbalmente, otras físicamente. Mejor encuentra un hombre gentil».
Tere y Víctor Jurado, matrimonio con 40 años de experiencia dentro del Movimiento Encuentro Matrimonial Mundial nos ayudan a reflexionar sobre este tipo de hombre:
“Una de las bases del sacramento del matrimonio es el respeto mutuo y el afán por cuidarse el uno al otro.
Se recomienda no casarse con alguien con la característica del abusador o iracundo, ya que:
No te dejara ser tu misma y crecer libre, tendrás que cuidar lo que dices, haces y hasta piensas.
Perderás tu esencia, alegría, calma, tu persona, estarás a expensas a lo que él quiere y como quiere y aun haciéndolo no lograras agradarlo.
Un abusador no cambiara, no podrás razonar con él, aunque te ame. ¡Abre los ojos!!!! Las mujeres justificamos pensando que esas explosiones de ira son porque lo hacemos enojar y terminas aceptando, te culparás a ti misma convencida de que él te quiere.
No creas que casándote cambiará, eso no sucederá, es algo que quieres creer, ya en el matrimonio su abuso crecerá y será cada vez peor.
- El infantil
El autor del artículo previene contra «un tipo que aún vive con sus padres a los 35 años. Si su madre aún le hace la comida, la limpieza y le plancha la ropa, puedes estar segura de que está atascado en un bucle temporal emocional. Te buscas problemas si crees que puedes ser esposa de un chico que no ha crecido. Retrocede y, como amiga, anímale a que encuentre un mentor que le ayude a madurar».
Sobre este tipo de hombre comentó el equipo del ministerio “Jesús Salvando matrimonios”, que sirve en la diócesis.
“Una carencia afectiva puede ocasionar que un hombre se niegue a crecer y comportarse como tal y continúe siendo como un adolescente o como un niño.
Es característica de la conducta de los hombres inmaduros no asumir responsabilidades ni compromisos, aunque su entorno le indique que su forma de actuar es infantil, empeñádose a seguir posturas ajenas y aparentando ser quien no es al exagerar sus atributos para tener éxito con las mujeres”, escribió Carmen Holguín, del ministerio.
Explicó que este tipo de hombres son personas inseguras y desean destacarse del resto porque necesitan demasiado la exposición, ser tenidos en cuenta, sentirse queridos y envidiados, buscan la aprobación a como dé lugar, pero son inconstantes e inestables emocionalmente.
“Son juguetones, joviales, les gusta ser el centro de la atención, el rey de la fiesta, sin embargo, son egoístas y narcisistas. Su humor es frágil, poco tolerantes y necesitan satisfacer sus impulsos en forma inmediata porque no pueden esperar y pueden tener adicciones de todo tipo”.
“Su propuesta es vivir en el presente hasta las últimas consecuencias, pareciera el hombre ideal y es fácil caer rendida a sus encantos y a su propuesta de vivir intensamente”.
Pero advierten sobre las consecuencias de casarse con un hombre con esta personalidad:
“Vives intensamente las primeras etapas del enamoramiento, pero si decides quedarte con este tipo de hombre tú serás la encargada de satisfacer todas sus necesidades materiales y emocionales y de proporcionar seguridad sin responsabilidad”.
Los matrimonios de este servicio en la diócesis compartieron este testimonio de una mujer que se acercó a pedir ayuda:
“Mi esposo siempre hace todo los que dicen sus papas y nunca ha aceptado que primero soy yo, su esposa, pensé que esto cambiaria al casarnos por amor a mi o al tener nuestros hijos, pero no fue así¨
- El maniático del control
El artículo dice sobre este tipo de hombre: «Hay algunos hombres cristianos que creen en la superioridad masculina, que citan las Escrituras y suenan muy espirituales, pero tras su fachada de autoridad marital esconden una inseguridad profunda y un orgullo que puede convertirse en abuso espiritual. En 1 Pedro 3,7 se pide a los maridos tratar a sus esposas como iguales».
«Si el hombre con el que sales te habla despreciativamente, hace comentarios insultantes contra las mujeres y desprecia tus dones espirituales, márchate ya. él sólo busca poder. Las mujeres que se casan con maniáticos del control acaban a menudo en una pesadilla de depresión».
Por su parte, Carmen Holguín, de “Jesús Salvando matrimonios” añade:
“Este tipo de hombre es la antesala del abuso y es un comportamiento peligroso que no debe ser tolerado”.
Carmen dijo que estos hombres se consideran con el derecho de saber todo sobre su pareja, y la consideran una “posesión” y no una persona con vida propia.
“Las tendencias controladoras dañan la entrega sana y cariñosa en el matrimonio y suelen ser irritables y tristes, el controlador se siente desconfiado e inseguro.Se vuelca hacia sí mismo de tal forma que no puede ver la bondad de su pareja”.
“El controlador piensa que si le permitiera elegir a su pareja ésta elegiría marcharse, piensan que para poder mantener a la persona amada deben restringir el contacto con familia y amigos”.
Otras características que pueden observarse en este tipo de hombre son, de acuerdo a Carmen:
“Interrumpe frecuentemente a su pareja, afirma sus opiniones con fuerza y seguridad con intención de menoscabar a su pareja, se presenta hasta en pequeños detalles como elegir restaurante hasta asuntos mayores relacionados a la fe”.
Y por ello advierte: “Nunca aceptes otra clase de amor que no sea el amor verdadero, no debes unirte sentimentalmente a esta persona, el amor verdadero nunca es forzado”.