Ana María Ibarra
Integrantes del grupo de intercesores de la comunidad Nueva Alianza participaron en un retiro de reavivamiento impartido por el movimiento “Intercesores de Fuego”, cuyo objetivo es propiamente formar intercesores pues son base de la Iglesia.
Formación
Ana Laura Torres, integrante del Ministerio Intercesores de Fuego, procedente de Querétaro, impartió junto con otras cuatro personas provenientes de Guadalajara, el retiro que tuvo una duración de dos días.
«Venimos para darles formación con sustento bíblico y del Magisterio de la Iglesia en el concepto de lo que es la intercesión y puedan ejercer este hermoso ministerio en el orden de lo que la Iglesia nos pide”, explicó Ana Laura.
La entrevistada expuso que la formación consta en una serie de cinco retiros: primer nivel, taller de primer nivel, segundo nivel, carismas y discernimiento.
«Llegamos aquí por invitación. Nos recibe la comunidad Nueva Alianza. En este retiro la temática es el encuentro con el llamado que Dios hace a ser intercesores y que sepan darle la respuesta a Dios descubriendo las herramientas que Él entrega para ejercer ese llamado”.
La intercesión, dijo Ana Laura, es el sostén de la vida de la Iglesia.
“Jesús es el intercesor por excelencia. Nosotros buscamos seguir el modelo de Cristo, con la intercesión ponemos una brecha entre el hermano y Dios. Pedimos las gracias que el hermano necesita”, abundó.
Capacitadores
Luego, en entrevista explicó que el movimiento Intercesores de Fuego surgió a partir del llamado que tuvo hace más de una década Daniela Ruíz, de Guadalajara, Jalisco, a través de un impulso en su corazón y Dios la fue guiando hacia la formación de este ministerio.
«Ella inició este movimiento, fue invitando a otros hermanos, uno de ellos su esposo, José Manuel Díaz. Luego Dios le mandó un director espiritual, el padre Luis Alfonso Martínez Gallo, discípulo de Jesús, quien es el asesor del movimiento y de Nueva Alianza”, compartió la entrevistada.
Responder a Dios
Por este medio, Ana Laura quisi invitar a la comunidad a responder al llamado que Dios les haga pues, aseguró, Dios todo el tiempo está llamando.
“Toda aquella persona que tenga en su corazón la necesidad de orar por alguien más, por el país, por las personas con mayor necesidad, que responda al llamado y le diga: ‘Señor aquí estoy dispuesto’. Hay que decirle que sí a Dios, porque Dios todo el tiempo está pidiendo intercesores. Hay que decirle que sí, sin miedo”, invitó.