Hoy el dueño la considera patrimonio cultural…aquí la historia del hallazgo… no solo es mía, es de Juárez, de esta región”, dice…
Ana María Ibarra
Considerada por su dueño como patrimonio cultura de esta zona fronteriza, fue exhibida dentro de la Feria del Libro de la Frontera una Biblia Vulgata edición 1774.
Luis Ángel Castillo de la Torre fue quien rescató dicha Biblia en una librería de la Ciudad de México hace 14 años.
Adquisición especial
Una Biblia Sacra Vulgata de edición 1774 editada en Marsella, Francia y escrita en latín estuvo en exhibición del 28 al 30 de junio en el evento la Feria del Libro de la Frontera. Su dueño, Luis Ángel Castillo estuvo en todo momento cerca de la pieza que estuvo resguardada en una vitrina y que fue observada con detenimiento por asistentes al evento literario.
Entrevistado en la FELIF, Luis Ángel compartió que su amigo Yves de la librería Anticuaria lo invitó a exhibir la pieza sacra la cual adquirió en la Ciudad de México cuando estuvo como estudiante de intercambio y en uno de sus recorridos a la facultad la encontró.
“Tenía que hacer un trayecto muy complejo por la ciudad para que, con un solo pasaje del metro llegar hasta mi facultad de psicología. En el trayecto de la estación Miguel Ángel de Quevedo, Avenida Universidad hasta la Avenida Insurgentes está la librería Novo. Un día llegué y estaba esa Biblia. En esa etapa de mi vida estaba muy interesado en leer la Biblia y ver las diferencias entre versiones”, añadió.
Luis Ángel agregó que al ver la fecha de edición y saber que incluía los evangelios apócrifos sintió emoción y deseo por comprarla.
“Costaba dos mil 700 pesos, era mucho para mí y no me decidía, pero la saqué en abonos, estuve dos meses viviendo limitado en mis gastos, pero he aquí.
Un dato curioso y bonito a la vez de esta historia es precisamente que Luis Ángel, siendo juarense, haya encontrado esta Biblia en la Ciudad de México.
“El padre Juan Rafael Rascón muere en 1851. Adquirí la Biblia en 2010. Aproximadamente por 150 años se pierde la Biblia en el tiempo y no se sabe en dónde estuvo. Encontrarla, adquirirla y regresarla a Juárez un gusto enorme, porque es una pieza que pertenece a aquí”, expresó entusiasmado.
Y añadió: “En cuanto a propiedad es mía, pero la considero patrimonio cultural, es decir, no solo es mía, es de aquí, de Juárez, de esta región”.
El tesoro
La Biblia, fabricada en papel arroz y encuadernada en piel, sin embargo, dijo que lo más importante son las personas que tuvieron a su resguardo la pieza sacra y cuyos nombres vienen escritos en el exlibris.
“Ha pasado gente y les da curiosidad. Lo valioso de esta pieza no es tanto el año o el material de la que está hecha, sino las firmas de quienes la resguardaron. La gente pregunta cómo es que sé de quién era y pueden ver la escritura de su puño y letra con sus fechas. Eso hace realmente el valor histórico de esta pieza”, dijo.
Compartió que para conservar la pieza se requiere una humedad y una temperatura correctas.
«Tengo un termo higrómetro. Este tipo de piezas tienen que estar con una humedad atmosférica de entre 30% y 50% y una temperatura de 20 a 25 grados, algo fresco”.
Añadió que cuando la adquirió la Biblia tenía una fractura justo en la mitad y al abrirse corría el riesgo de que se partiera por lo que tuvo que enviarla a restaurar.
“La llevé nuevamente a la Ciudad de México con el restaurador Ricardo Paquini. Es el restaurador de colecciones especiales de la biblioteca central de la UNAM. Le reparó lo que es el lomo, le arregló las cañuelas e hizo un trabajo de limpieza con alcohol vaporizado. El trabajo duró tres meses”, dijo.
Sus cuidados
Entre las curiosidades con las que se topó el restaurador fue que en una de las primeras páginas encontró una huella digital con la misma tinta con la que fue impresa.
“Me dijo que muy seguramente el impresor al acomodar las hojas se llenó de tinta y plasmó ahí un fragmento de su huella digital. Estamos hablando de una huella digital de hace 250 años”, expresó sorprendido.
Otro hallazgo fue excremento de murciélago, animal que se utilizaba para proteger a los libros de plagas.
«En algún punto de la historia, dado que los libros pueden ser afectados por plagas de termitas y otros animales, en las bibliotecas solían meter murciélagos para que se comieran esas plagas y de esa manera conservar estos libros”, compartió.
Entusiasmado de mostrar su pieza a la gente, Luis Ángel dijo estar abierto a exhibir su Biblia Sacra Vulgata en cualquier evento, siempre y cuando sea con las condiciones adecuadas.
“Quizá en el camino me pueda ir encontrando con gente que pueda proporcionar parte de la historia y ampliar un poquito más. Nos hace falta en Ciudad Juárez conocer nuestra identidad y nuestra historia”.
Biblia Sacra Vulgata
Año: 1774
Lugar de edición: Marsella, Francia
Idioma: Latín.
Fabricada en papel arroz.
Encuadernada en piel.
Exlibris de clérigos que resguardaron la Biblia
- 1778 – fray Ramón Antonio González, secretario de La Misión de Santa Fe, Nuevo México.
- 1807 – fray José Vera, uno de los tres fundadores de la original Misión de Senecú.
- Entre 1808 y 1817 – fray Isidoro Barcenilla, custodio de La Misión de Santa Fe.
- 1817 – padre Juan Rafael Rascón, primer párroco sacerdote diocesano (no franciscano) de la Misión de Guadalupe.