Mensaje de los Obispos de México a un mes del Proceso Electoral 2024
Al Pueblo de México:
A un mes del proceso electoral de junio del 2024, con el favor de Dios y el compromiso de todos, elpaís está de pie y la vida sigue adelante, con el aporte de pequeñas y grandes accionesde millones de mexicanosen su trabajo de cada día, también con la responsabilidad de losgobernantes y, sobre todo, debemos sumarlos anhelos de las jóvenes generaciones que heredaránlo mejor de México y se convertirán, pronto, enresponsables de su presente.
La ciudadanía dio un ejemplo de civilidad democrática el pasado 02 de junio, tanto los que sesientenrepresentados en los resultados, como quienes han expresado otras opciones en las urnas y, especialmente, losque se han hecho cargo de la jornada electoral en cada una de las casillas entodo el país, a quienes debemosexpresar nuestra más amplia gratitud.
Muchos ciudadanospodrán sentirse satisfechos, otros, por distintosmotivos muy válidos, han vivido los resultados con frustración, pero entre unos y otros debe haber respetopara construir juntos nuestro futuro,unos y otros formamos el mismo país. Que no prevalezca el sentimientode vencedores ovencidos, sino el de ciudadanos de la misma patria que debemos construir con eltalento detodos, sin exclusión. México debe ser tierra de libertad y oportunidades para todos, en unambiente de justiciay paz que todos anhelamos.
En este momento, recordemos las palabras deJesús: «Que todos sean uno, como tú,Padre, estás en mí y yo en ti» (Juan 17, 21). Esta oración nos inspira a buscar la unidad ennuestra nación, más alláde nuestras diferencias.
Como Obispos de la Iglesia Católica presente en México, hemos felicitado en su momento a lavirtualpresidenta Claudia Sheinbaum Pardo y a quienes han sido elegidos para algún cargopopular. No podemosdejar de mencionar el hecho histórico de tener por primera vez a una mujeral frente del Poder Ejecutivoreconociendo lo que de manera propia puede aportar la mujer a la sociedad. San Juan Pablo II, en su Carta alas Mujeres de 1995, enfatizó el ‘genio de la mujer’ ysu contribución en todos los ámbitos de la vida, incluyendola política y el liderazgo social, de talforma que «la mayor presencia de la mujer en la sociedad se revela determinantepara hacervisibles y superar ciertas formas unilaterales de ver el mundo», para construir una sociedad másinclusiva.
Un llamado
Sin embargo, ahora nos permitimos hacerles un llamado respetuoso para que dirijan sus decisiones yprimeras acciones, hacia la construcción de la unidad nacional, la inclusión de todosen el proyecto de nacióndemocrática que tenemos desde hace décadas, hacia el fortalecimiento yautonomía de los tres poderes delEstado con todas sus instituciones, y hacia la vigencia plena del Estado de Derecho, en el respetoa losderechos humanos fundamentales. Sin duda todo esto forma parte del mandato recibido enlas urnas el 02 dejunio pasado.
Hacemos también un llamado respetuoso a todos los mexicanos, para ir más allá de la contiendaelectoral y colocarse ahora con ánimo y esperanza, con la conciencia de que el futuro de nuestropaís necesitade todos, jóvenes y adultos, sociedad civil y fuerzas armadas, comunicadores yeducadores, empresarios ylideres sociales, obreros y campesinos, profesionistas, comerciantes ytoda la clase laboral.
Como Conferencia del Episcopado Mexicano, hemos reflexionado constantemente sobre nuestrarealidad nacional. En nuestro documento Que en Cristo Nuestra Paz, México tenga vida digna (2010), afirmamosque «la construcción de un México más justo y fraterno es tarea de todos». Esta convicción sigue vigente hoy más quenunca, y nos llama a trabajar unidos por el biencomún de nuestra nación, superando divisiones y construyendopuentes de diálogo y reconciliación.
En este espíritu, cada una de nuestras familias, de nuestras comunidadesen todos los ámbitos, los partidos políticos y los servidores públicos, las distintas iglesias y grupos religiosos,todos, sin distinción, debemos responder a una vocación de grandezay unidad, como corresponde a Méxicoy su historia.
Debemos dirigir nuestra mirada y nuestros esfuerzos a superar la desigualdad social y la pobreza,debemos tener como prioridad el bien común, para lograr mejores oportunidades para todos,debemos anhelarla superación de la violencia y la criminalidad que tanto mal nos causa,debemos buscar como construir la pazy la armonía entre todos.
Como Iglesia católicaexpresamos nuestro compromiso con el diálogo, la cultura delencuentro y la reconciliación. Recordemos las palabras de Jesús: «Dichosos los que trabajan por la paz, porque Dioslos aceptará como sus hijos» (Mateo 5, 9).
Fieles a nuestra tradición espiritual, invitamos a todos los mexicanos a orar por quienes asumenlaresponsabilidad de gobernar. Que Dios les conceda sabiduría para promover la unidad, lajusticia y el biencomún, respetando el valor de cada persona en nuestra sociedad
Confiados en el amor de Santa María de Guadalupe, corazón de nuestro pueblo, encomendamos elfuturo de México a su intercesión maternal. Que ella, desde el Tepeyac, nos guíe hacia unmañana de unidady esperanza. Que la fe guadalupana inspire a todos los mexicanos a construirjuntos un país más justo yfraterno, caminando unidos bajo su manto protector hacia el destinoluminoso que Dios sueña para nuestranación.
Santa María de Guadalupe, Madre de México, guía nuestros pasos hacia un futuro prometedor. Conafecto pastoral y como hermanos en la fe, invocamos la bendición de Dios sobre todo elpueblo mexicano.
Que la gracia del Señor nos acompañe en este camino de unidad y esperanza.
Sus hermanos y pastores, los Obispos de México.
Ciudad de México, 2 de julio de 2024.
+ Mons. Rogelio Cabrera López, Arzobispo de MonterreyPresidente
+ Mons. Ramon Castro Castro, Obispo de CuernavacaSecretario General