La catequesis dirigida a adultos es una forma esencial de enseñanza religiosa hoy en día, sin embargo, en la práctica presenta múltiples desafíos. Expertos hablan sobre esos retos y cómo enfrentarlos…
Diana Adriano
En el contexto actual, la catequesis dirigida a adultos se presenta como una forma especial de enseñanza religiosa, que en la práctica enfrenta múltiples desafíos.
Dado que necesitan adultos maduros en la fe que a su vez continúen con la labor misionera dentro de la Iglesia, contar con una una catequesis adecuada para adultos no solo es necesario, sino que es imperativo. El reto pastoral radica en lograr atraer a aquellos adultos no creyentes y a aquellos que se han distanciado de la comunidad cristiana.
Así lo señaló María de los Ángeles Murillo, catequista de la parroquia Mater Dolorosa y una de las miembros más experimentadas de la Dimensión Diocesana para la Nueva Evangelización y Catequesis (DIDINEC), liderada por el padre Jorge Pablo Lozano.
En entrevista, María de los Ángeles habla sobre el tema y además comparte ideas sobre cómo evangelizar a los adultos para obtener mejores resultados.
Un encuentro verdadero
La entrevistada expuso que, en la actualidad, la catequesis de adultos enfrenta un desafío creciente: la tendencia de las personas a buscar cursos rápidos de Confirmación, Primera Comunión y Bautismo. Entonces, ¿cómo podemos evangelizar mejor, para obtener mejores frutos?
María destaca que la clave está en el testimonio.
“Estamos trabajando mucho en el aspecto del testimonio. Estamos tratando de crear esa conciencia de volver a lo que era la Primera Comunidad, donde todos oraban por todos, donde todos ponían en común lo que tenían y compartían. Con estos cursos, tratamos de motivar a los catequistas, que son quienes tienen el contacto directo con las personas, a que esos encuentros sean verdaderos encuentros con el Señor”, dijo refiriéndose a los cursos que actualmente se imparten en la diócesis para los catequistas.
Subrayó que, independientemente de la duración del curso -ya sea de tres, cuatro, ocho o doce semanas- es crucial que cada encuentro sea una oportunidad para que los participantes encuentren a Jesús.
“Que en esos cursos verdaderamente encuentren a Jesús, y ¿cómo se va a lograr eso? Con el testimonio del mismo catequista y de la comunidad que acoja a esas personas,» afirmó.
Dijo que este enfoque implica que los catequistas no sólo deben ser conocedores de la Doctrina, sino también ejemplos vivos de la fe, ya que ello puede inspirar y motivar a los participantes a profundizar en su propia relación con Dios.
Retos significativos
Al abundar en el reto de la rapidez y facilidad que hoy se busca para todo, incluido el tema de la fe, la catequista expuso:
«Quieren todo inmediato, porque se van a casar, porque van a bautizar, porque van a ser padrinos de Primera Comunión y es un requisito, y lo quieren rapidito. Es el cambio de época que estamos viviendo donde todo lo queremos rápido, como cuando le damos click al celular y a la tablet. Pero la evangelización es un proceso”, aclaró.
La servidora enfatizó que, aunque se puede anunciar el Kerigma, el proceso de evangelización es lo que realmente perdura.
“El Kerigma es solo el comienzo, pero el proceso es lo que se queda, entonces hay que tratar de hacer conciencia de que es un proceso y eso solo se logra en la catequesis”, expuso.
Frente a esta realidad, surge la pregunta: ¿Cuándo podemos decir que una evangelización ha dado buen fruto? Para Marigel, como es conocida, la respuesta es clara:
“Cuando nosotros vemos que las comunidades van creciendo, cuando percibimos que es obra del Espíritu Santo. Llegas a esa comunidad y sientes que te acogen, es una comunidad que crece, una comunidad que se preocupa por los suyos, que ora por ellos”, dijo.
Asimismo, señaló que el crecimiento y la vitalidad de una comunidad son señales de una evangelización fructífera.
“Muchas veces nos preguntamos por qué en tal parroquia hay mucha gente, porque ahí verdaderamente se vive el Kerigma. Así es como nosotros lo percibimos, que sea obra del Espíritu Santo”, dijo.
La clave, entonces, -dijo- está en fomentar comunidades auténticas que vivan y compartan el Kerigma de manera continua. Esto implica un compromiso profundo de los catequistas y la comunidad para acompañar a los nuevos miembros en su camino de fe, asegurándose de que el proceso de evangelización no se limite a un curso rápido, sino que sea una experiencia transformadora y duradera.
Evangelización en la era Digital
Por otro lado, la pregunta sobre si es posible evangelizar utilizando internet y las redes sociales, es cada vez más relevante en el contexto actual. Por ello, la entrevistada reflexionó:
“Es un gran desafío al que nos estamos enfrentando. Sabemos que los medios de comunicación, que el internet y todas las redes sociales son una herramienta que podemos utilizar para atraer, pero el encuentro con Cristo, el verdadero encuentro con Cristo es presencial, es en una Hora Santa, es en una Eucaristía, puede llegar a ser en una catequesis, en una celebración que haces dentro de tu catequesis. Claro que sí nos puede ayudar, pero también hay que saber dosificarlo”, opinó.
Marigel destacó que, aunque las redes sociales y el internet pueden ser útiles para atraer a las personas, el verdadero encuentro con Cristo ocurre en un contexto presencial.
Aclaró que no ha visitado comunidades que tienen formación en línea y sobre este tipo de cursos dijo que ante todo hay que evitar simplemente satisfacer “la necesidad de lo inmediato”.
“Por ello es importante cuestionarnos ¿Queremos formar parte de una iglesia que me acoja o quiero una iglesia que haga lo que a mí me conviene?…es imposible tener una Iglesia a la medida de cada persona”, dijo.
Explicó que en la diócesis local la experiencia con la evangelización digital es variada y mientras algunas comunidades han adoptado metodologías digitales con éxito, otras siguen buscando el equilibrio adecuado entre la catequesis y evangelización en línea y el modo presencial.
Sobre este tema, para la entrevistada la clave está en no perder de vista que la evangelización es un proceso que requiere tiempo y presencia real.
Algunos consejos para evangelizar mejor a los adultos
Evangelizar a los adultos en la diócesis es una tarea desafiante y requiere una preparación y dedicación especiales. Ante esto, la entrevistada ofrece valiosos consejos para aquellos comprometidos con esta misión:
“Lo que les puedo aconsejar es que se dejen guiar por el Espíritu Santo, que oren mucho. Si son catequistas, oren mucho antes de preparar su encuentro, oren durante su encuentro y oren por las personas que van a sus catequesis”, dijo.
“La oración no solo fortalece al catequista, sino que también intercede por aquellos que participan en la catequesis, creando un ambiente espiritual propicio para el encuentro con Dios”, abundó.
Además de la oración, María destacó la importancia de la preparación y la renovación constante.
«Hay que seguirse preparando, renovarse constantemente. Así como el mundo y la época cambian, el catequista también debe de cambiar”, expuso.