Ana María Ibarra
Crecer sin religión llevó a Nieves Matilde Bustillos a vivir sin sacramentos para ella ni para sus hijos hasta que conoció la fe católica, se preparó en un curso de iniciación cristiana para adultos y recibió sus tres sacramentos iniciales.
Desde ese momento sintió su llamado a servir y ahora es parte del equipo que la preparó e imparte sus temas con amor.
Siendo niña, Maty vivió sin una identidad cristiana ya que sus padres se acercaban a distintas religiones, pero nunca se decidieron por alguna.
Fue hasta los 67 años, cuando, al integrarse a un grupo de adultos mayores del DIF, con sede en la parroquia San Francisco de Asís, Mary conoció la fe católica.
“Me sentí muy a gusto, cómoda. La persona que daba el tema bíblico, Eva Aviña, vio mi interés”, compartió Maty, quien luego recibió preparación para recibir la Eucaristía. El párroco envió a Maty a tomar el curso de Iniciación Cristiana para Adultos (ICA) que estaba a punto de iniciar.
“Sentí que aquí había encontrado lo que deseaba. Traía un equipaje muy pesado en mis hombros y gracias a la intervención del Espíritu Santo me liberé de todo y entendí que por algo estaba aquí”, compartió.
Después de haber recibido los sacramentos del Bautismo, Eucaristía y Confirmación, Maty no dudó en aceptar la invitación que la coordinadora le hizo para integrarse al equipo de catequistas.
“Me siento feliz. Me encanta enseñar a la gente lo que yo aprendí. Me he ido preparando. No sabía persignarme, no creía en la Virgen María ni en los santos. Poco a poco conocí y acepté que ellos nos dan un aprendizaje”, resaltó.
Maty recordó que no se atrevía a pararse frente al grupo de personas para dar tema, aunque luego se animó.
“Siempre me encomiendo a Dios para que abra mi entendimiento”, dijo.
Y concluyó: “Estoy convencida de que nunca es tarde para recibir los sacramentos y es Dios quien sabe en qué momento nos necesita. Aprender sobre Dios no es para quedárselo, sino para compartirlo. Esta es la etapa más bonita de mi vida”.
En San Lorenzo
Por su parte, Jorge Arturo Quirarte, creyente católico, pero no asiduo a la Iglesia, recibió un día la invitación para ser padrino de bautizo y fue cuando acudió por el sacramento de la Confirmación.
“Mi esposa y yo tenemos 23 años de casados por el civil, únicamente. Un hermano de ella nos invitó a ser padrinos de bautizo de su hijo y nos dijo que nos podía esperar, siempre y cuando nosotros quisiéramos arreglar la situación”, compartió.
Jorge y su esposa decidieron tomar el curso de Iniciación Cristiana en el Santuario de San Lorenzo para recibir los sacramentos del Matrimonio y de la Confirmación.
Fue en ese curso de cinco semanas donde Dios cambió la vida de Jorge.
“Me gustó mucho. Tanto así que sentí un llamado que me cambió totalmente la vida. Desde el segundo domingo sentí que era lo que necesitaba mi vida, lo que esperaba. Fue un cambio total. Tener mis sacramentos ya era una necesidad, no solo un requisito para ser padrino”, aseguró.
Jorge y Maribel contrajeron matrimonio eclesial el 25 de mayo y recibieron la Confirmación el 27 de junio del año en curso.
En el siguiente curso de iniciación cristiana, Jorge impartió su primer tema.
“Se siente bien estar del otro lado, es un compromiso. No solo es que reciban un mensaje, sino que sea una invitación a la conversión, como me pasó a mí”, expresó.
Jorge dijo que también han ocurrido muchos cambios en su familia.
“Ahora veo las cosas de diferente manera y me apoyo en la presencia de Dios. Estoy más tranquilo, más enfocado a solucionar las cosas y no tan reactivo como antes. Mi familia se da cuenta que hay un cambio positivo en mí”, compartió agradecido con la comunidad Éxodo, que lo evangelizó y con el padre Alfredo Abdo Rohana, rector del Santuario de San Lorenzo.
“Como dice el lema: la cruz de Jesús es Éxodo, un salir de esta vida, un atravesar el mar rojo de la Pasión y un llegar a su Gloria. Estoy muy agradecido por esta oportunidad”.