Presentamos la segunda parte de este artículo en el que sacerdotes de nuestra diócesis nos ofrecen consejos para vivir mejor esta Cuaresma.
SEGUNDA PARTE
Pbro. Jorge González/ secretario Canciller
- Mantenga una actitud siempre alegre.
Eso es clave, desde que se levante no lo haga con el pie izquierdo, levántese con el pie derecho y sonríase a usted mismo, recuérdese que es un día especial en el que el amor de Dios ha de llegar a su corazón. Siempre levántese de buen humor, póngase en una mentalidad positiva para aprovechar de una manera muy bonita el día.
- Encuentrate con un buen amigo.
Sabemos que todos andamos aprisa y no tenemos tiempo para muchas cosas. Póngase como propósito de la Cuaresma buscar a alguien con quien quiera platicar o visitar a alguien que usted le preste sus oídos o corazón para escucharlo.
Padre Benjamin Cadena/ párroco de San Pedro y San Pablo
- Subraya una palabra del Evangelio de Dios cada día.
La Palabra de Dios nos ilumina, nos alimenta, nos forma y si hacemos un hábito cada día de subrayar una palabra, una frase de nuestra Biblia, vamos a tener una guía muy segura para vivir con paz y con compromiso nuestra vida cristiana.
- Escucha la vida de una persona pobre.
Hazte amigo (a) de ella y vas a descubrir que siempre en esa persona Dios tiene algo que decirnos.
Mario Manríquez Vicario de pastoral
- Lectura de la Sagrada Escritura en familia.
Como familia es importante que el padre o madre de familia lea la Sagrada Escritura a los hijos desde pequeños, porque se graban los pasajes, los personajes, es una experiencia maravillosa de convivencia con la familia y de encuentro con la Palabra de Dios.
- Visitar una iglesia.
Visitarla no arrutinado, no con los ojos cerrados, sino con los ojos abiertos, descubrir qué hay en esa iglesia, dónde está la Cruz, dónde esta el Sagrario, donde está la Virgen, qué signos tiene esa Iglesia y dónde se ora.
Y como se siente la presencia de Dios, ir a una iglesia con un corazón abierto para escuchar a Dios.
Salvador Magallenes/ párroco de San Judas Tadeo
- Fomentar la humildad.
Esto es valorar al otro, hacer sentir bien al otro, hacer que el otro se sienta valioso; adquirir también mi propio valor, saberme importante, con cualidades, mantener esa humildad, esa sencillez que me hace declarale la guerra al pecado.
No hay mejor antídoto para el pecado que ser humilde, ser sencillo.
- Ponerme al servicio de algo o alguien.
Tratar de hacer la caridad con el pobre, con el niño, con el anciano, con el enfermo, pero de manera muy aterrizada, no nomás en planes o proyectos.
Pbro. Hesiquio Trevizo / vocero de la diócesis
- No dejar la Santa Misa.
Hay que ir a misa. Los catolicos, con la misa dominical, no pueden negociar, hay que ir a misa, los católicos tenemos que volver a la misa.
La Cuaresma no es tanto practicas exteriores, sino irnos conformando a Cristo, el Señor.
- Hacer Oración.
Hacer oración con los salmos, la misa es hacer oración, en la Hora Santa, platicar con Dios sobre las alegrías, nuestros logros y tristezas.