Ana María Ibarra
Con una antigüedad de más de 30 años, la comunidad de la capilla Nuestra Señora de la Caridad escuchó por primera vez el repicar de campanas el pasado domingo 06 de marzo, luego de que fue inaugurado y bendecido el primer campanario con el que cuenta.
Esto después de más de un año de trabajo intenso para la captación de fondos con los que se pudo construir la estructura.
Día de alegría
La comunidad de esta capilla, perteneciente a la parroquia Cristo Sumo y Eterno Sacerdote, participó con gran alegría en la misa dominical presidida por monseñor Isidro Payán, quien anunció que sería el párroco, padre Freud Cuellar, quien acudiría a realizar la bendición del campanario, lo cual sucedió después de la proclamación del evangelio.
“Hoy es un día de gran alegría porque esta iglesia tiene un campanario”, dijo el padre Freud a su llegada.
El párroco leyó el ritual de bendición, que indica que la campana advierte a los fieles cuando sucede un evento importante.
“Siempre que oigamos la voz de la campana nos recordará que somos una familia y nos reuniremos en la unidad de Cristo”, leyó el padre Freud.
Los sacerdotes bajaron del presbiterio para dirigirse a la torre, cuya estructura se encuentra anclada en el interior del templo, a escasos metros de la entrada principal.
“Que, al oír la invitación de la campana, tus fieles acudan a la iglesia con prontitud y alegría”, expresó el párroco en la oración para enseguida rociar agua bendita.
El sacerdote hizo sonar por primera vez la campana lo que estremeció a los fieles y los hizo responder con emotivos aplausos.
“Cuando escuchen la campana, es el Señor que nos llama”, dijo monseñor Payán al final de la celebración.
Fundadoras
La comunidad de Nuestra Señora de la Caridad inició en 1990, aproximadamente, fundada por las señoras Apolonia Álvarez y Socorro Estrada, compartió Manuela Mandujano, hija de Apolonia.
“Ellas gestionaron la construcción del templo… hicieron actividades. Las celebraciones se comenzaron a hacer antes de que hubiera templo, venía la hermana Julia a celebrar. Después el padre Amador venía de vez en cuando, y el padre Tovar ya venía más seguido, hasta que ya vinieron todos los demás sacerdotes”, recordó Manuela.
Pero al construir el templo, se omitió la construcción de un campanario y fue antes de la pandemia cuando algunos miembros de la comunidad expresaron su deseo una campana en la capilla.
“Nos reunimos con el padre Freud y decidimos empezar a buscar bienhechores. La gente nos apoyó mucho y nos siguen apoyando porque todavía no terminamos de pagar”, compartió Belén Alday Benavidez, integrante del consejo pro construcción.
“No teníamos ni cruz, la gente nos decía que parecía templo de hermanos protestantes. Ahora gracias a Dios tenemos cruz y la campana”, agradeció Belén.
Para saber…
El campanario fue construido con acero, en forma de cruz, mide 24 metros de alto y sostiene una campana de aproximadamente 500 kilos. Por las noches enciende y las luces cambian de color.