Ana María Ibarra
En un ambiente navideño, la comunidad de la parroquia Santo Tomás Apóstol presenció en el recital de Navidad que organizó el Coro Zamar, apoyado por el grupo de Confirmaciones y el ministerio de Caridad.
El recital se realizó el domingo 14 de diciembre en el templo parroquial, mismo que lució abarrotado.

Para iniciar con el evento navideño, el padre Jorge Pablo Lozano, párroco de la comunidad, dio la bienvenida a los asistentes y los invitó a disponer el corazón con alegría.
Enseguida, los integrantes del coro también dieron la bienvenida y explicaron a los asistentes que, al no contar con un auditorio lo suficientemente grande para albergar al número de personas que se encontraban ahí esa noche, su párroco les permitió realizar el evento en el templo.
Los organizadores invitaron a la gente a saludarse y darse la bienvenida entre sí.

Sintiéndose cobijados por la comunidad parroquial, los cantores motivaron a los asistentes divertirse y sentirse como niños.
“Esperamos que este recital sea bonito para nuestros corazones. Gracias por estar aquí”, expresó una integrante del coro.
Para abrir la velada, el coro interpretó “Ven a Cantar”, resaltando que esta fue una interpretación que reunió a varios artistas y se hizo famosa en la década de los ochenta.
Los espectadores se pusieron de pie y con las palmas acompañaron al coro en su interpretación.

Para hacer más ameno y llamativo el evento, se contó con la participación del grupo de Confirmaciones representando con baile los villancicos que el coro interpretó.
El Portal de Belén, fue la siguiente melodía de la noche y, mientras el coro cantaba, los jóvenes bailaban al estilo vaquero.
“Navidad no es solo la reunión familiar, ni la comida, es reconocer al hijo de Dios como el centro de nuestra vida. La familia, la comida y todo lo demás es una gran bendición”, reflexionaron los cantores.
El coro no solo interpretó los villancicos de manera tradicional, sino que le dieron un toque especial con los arreglos musicales, haciendo de ellos versiones en cumbia, salsa y country.
La comunidad celebró no solo el canto, sino también el baile de los jóvenes en el sencillo escenario.
Cabe mencionar que, en distintos momentos, los coristas hicieron entrega de obsequios a niños y adultos mediante algunas dinámicas.
Para completar la celebración, en el exterior, el ministerio de caridad estuvo vendiendo a los asistentes café, champurrado, tamales, buñuelos, pan de dulce y elotes, todo para ayuda del servicio que realiza el ministerio.
El evento fue también un espacio de solidaridad ya que, como pase de entrada, se solicitó a la comunidad cooperar con alimentos no perecederos.
En este ambiente festivo, la comunidad salió del concierto con una sonrisa y regoijo en su corazón.

































































