Claudia Iveth Robles
“Antes de ser animadores, debemos ser adoradores”, fue la frase que contantemente repitió la cantante católica Claribel Mercier, quien predicó el retiro regional de ministerios de música y animadores de Asamblea realizado los días 19 y 20 de noviembre en la Casa de la Renovación. La cantante, originaria de República Dominicana, integrante de la comunidad Siervos de Cristo Vivo en Miami, impartió algunos temas para ayudar a los ministerios y animadores a realizar su apostolado de una mejor manera.
Al retiro asistieron alrededor de 400 animadores y músicos, quienes escucharon diversos temas entre éstos “Escogidos por Dios para animar”, en el que Claribel les dijo: “Tienen que ser buenos animadores y buenos adoradores de Dios, como era David”.
La predicadora citó una frase de San Ignacio de Loyola, quien dijo: “El hombre fue creado para alabar, para sentir y reverenciar a Dios”. Así, dijo que animar es llevar el alma a donde están los sentimientos, las emociones y la voluntad, y con ello llevar las almas a Dios.
“En nuestra misión alabamos para que esa persona o personas, lleven su alma a Dios… el Señor siempre quiere tocarnos, siempre va a querer tocarnos”, explicó Claribel, a la vez que pidió a los animadores ‘cuidarse’ de querer entretener o de hacerse los graciosos.
“¡Mucho cuidado hermano! esos son los animadores de acá fuera, de la calle, del mundo… usted está aquí para formarnos como animadores de Cristo, para llevar al pueblo de Dios, entregarle su alma en ese momento. Así debe ser tu animación, rendir tu voluntad a Dios”, dijo.
Al final de la prédica, la dominicana habló de la participación del Espíritu Santo en la misión del músico católico
“Si se quedaron en la parte donde está manifestándose el Espíritu Santo y no tienen un encuentro con Dios, tu trabajo como animador no ha servido; en cambio cuando se oyen los testimonios, eso no se olvida”, puntualizó.
El retiro incluyó además de los temas algunas dinámicas y momentos de oración en los que los músicos católicos de la diócesis pudieron recargar pilas, para seguir ofreciendo su servicio a la Iglesia.