Diana Adriano
Cada 25 de agosto la Iglesia recuerda a San Luis de Francia (1214-1270), el rey Luis IX, también conocido como Ludovico, quien se distinguió por su espíritu de penitencia, oración y generosidad con los pobres y los más necesitados.
Bajo su protección se encuentra la capilla San Luis Rey de Francia, perteneciente a la parroquia María Reina del Universo, que este año decidió anticipar la fiesta patronal al sábado 24 de agosto para que más fieles pudieran participar de la celebración.
Las actividades comenzaron con una procesión que reunió a la comunidad en las calles Lucero y Bayo, del Fracc. Hacienda de las Torres, donde entre cantos, rezos y música, los fieles acompañaron la imagen de San Luis Rey rumbo al templo.
Con gran fervor, niños, jóvenes, adultos y familias enteras se sumaron al recorrido, que fue animado también por la presencia de los tradicionales matachines, quienes con sus danzas honraron al santo patrono.
Encabezando la procesión estuvo la imagen de San Luis Rey, llevada en andas con esmero por los devotos, mientras la comunidad se unía en oración y cantos de alabanza.
Una vez concluido el recorrido, la celebración continuó en la capilla con la misa solemne al mediodía, presidida por el obispo don José Guadalupe Torres Campos, quien acompañó a la comunidad en todo momento.
Ejemplo de liderazgo
En su homilía, el obispo destacó que San Luis Rey es ejemplo de un liderazgo guiado por la justicia, la paz y la armonía.
Asimismo recordó cómo, desde su posición de rey legítimo, San Luis supo trascender los bienes temporales y gobernar con amor y servicio a su pueblo.
“San Luis Rey de Francia eligió el camino estrecho de Dios y Cristo, convirtiéndose en un rey justo y honesto que ve por los pobres y da la vida por su pueblo. En un mundo lleno de comodidad y autoritarismo, él mostró que el liderazgo verdadero es servir y amar”, subrayó el obispo.
El mensaje del obispo invitó también a la comunidad a reflexionar sobre sus propias decisiones en la vida cotidiana: como líderes en la parroquia, como padres, esposos o ciudadanos, cada persona debe preguntarse qué camino elige y cuál puerta decide abrir.
Después de la emotiva misa solemne, la comunidad continuó con la celebración en una gran kermés, que reunió a familias de todas las edades.
El ambiente estuvo lleno de alegría y convivencia, donde los asistentes pudieron disfrutar de deliciosa comida típica, música en vivo y diversas actividades pensadas para el entretenimiento de niños, jóvenes y adultos