Los hijos de Israel han de celebrar la Pascua a su tiempo. (Núm 9. 2)
Chiti Hoyos/ Autora
Hay cientos de formas y medios para hacer del hogar lo que san Juan Crisostomo llamó «una Iglesia en miniatura». La Iglesia celebra fiestas durante todo el año litúrgico, así que tenemos infinidad de oportunidades para crear un ambiente festivo en casa.
Aquí van algunos ejemplos:
El año pasado encontré unas partituras de las antífonas marianas rodeadas de cenefas florales dibujadas a mano. La que se canta en Adviento es el Alma Redemptoris Mater. La enmarqué y la puse junto a la corona con las cuatro velas. Lo ideal es entonarla cada vez que se pase por delante, pero el primer año no lo conseguí. Aun así, quedaba preciosa y me ayudaba a tener presente a la Virgen todo el tiempo. Si os gusta la idea, podéis poner el Salve Regina durante el Tiempo Ordinario, el Ave Regina Caelorum en Cuaresma y el Regina Caeli en Pascua, Acordaos de poner las partituras siempre junto una imagen de la Virgen y alguna vela.
En Adviento suelo poner un mantel morado claro -el os curo es para Cuaresma- en el oratorio, y sobre él coloco calendario que haya hecho ese año. El del último año eran unas casitas de cartón. Dentro de cada una había una pegatina de un personaje del belén y una chocolatina, Las casitas rodeaban una figura del Niño Jesús. Cada día, los más pequeños rezaban un padrenuestro u otra oración y luego cogían al azar una de las casitas para ver si era la «casita del Niño Jesús». Les conté un cuento el último día para que entendieran que ellos también eran casitas donde Jesús podía nacer.
En Adviento el calendario de mi casa siempre está centrado en la oración, y el de Cuaresma en el sacrificio. Lo que tienen que hacer cada día lo voy modificando conforme van crecien-do para adaptarlo a su edad. Es voluntario. Los pequeños se entusiasman y sé que los adolescentes miran con envidia las chocolatinas, pero se sienten «demasiado mayores>> ya para abrir cajitas -lo que no quiere decir que no tengan cariño a esa tradición-. Un año me encontraba demasiado cansada para hacerlo, pero mi familia me insistió: «¡No vas a dejar a los pequeños sin calendario!».
La corona no solo la encendemos los domingos de Adviento, sino todos los días. La ponemos en la mesa en las comidas y cantamos Ven, ven, Señor, no tardes mientras la encendemos; luego bendecimos los alimentos como un día normal, y después de comer se pelean por apagar las velas, por lo que hemos tenido que establecer turnos. Pero eso es bueno, se nota que les toca el corazón y de eso precisamente trata el Adviento.
La humanidad es una inmensa familia. Lo prueba lo que sentimos en el corazón en Navidad.
San Juan XXII
- Domingo de Gaudete.
Cuando un niño viene en camino, se nota la ilusión y la alegría de la familia. La casa también pa-rece más alegre, se prepara un sitio especial para la cuna con colores suaves y se compran colonias y ambientadores para que la casa huela a bebé. En el Domingo de Gaudete, el día destinado a meditar en la alegría cristiana durante el Adviento, también debería poder «olerse>> esa alegría en casa. Poner bo-las de Navidad rosas junto a otras doradas en un plato es una forma de integrar el color litúrgico de ese día en la decoración, ya que estamos muy cerca de las fechas navideñas. También podemos poner cojines o velas rosas. Si las velas se ponen en botellas de cristal rellenas de ramitas o flores quedan mucho más alegres.
Podéis poner cuadritos de ángeles o de la Virgen revesti-da de rosa entre las estanterías. No hace falta que sean muy grandes ni costosas -por poco dinero se puede imprimir sobre lienzo cualquier imagen y queda muy bien-. Hay iconos pre-ciosos que representan la alegría por el próximo nacimiento del Niño Jesús, con escenas de la Visitación o de san José abra-zando a María.
Si preferís algo más sencillo, basta con que pongáis un jarrón con flores rosas junto a una imagen de la Virgen para que se note que estáis celebrando Gaudete. Si no tenéis a mano flores, podéis perfumar la casa con olor a rosas o poneros alguna prenda de ese color. Hay rosarios de todos los colores, así que, si tenéis alguno que pegue para ese día, aprovechadlo.
Durante el tercer domingo de Adviento me paso todo el d cantando el estribillo del himno anónimo del siglo XV: Goude Gaudete, Cristus nascetur ex María Virgine, Gaudete! Mis hijos
están resignados a tener que aguantarme en bucle… No lo he dicho, pero si tenéis manteles, vasos o platos rosas lo suyo es usarlos en las comidas.
3.Cuaresma.
Durante el tiempo de Cuaresma los cristianos recurrimos a diferentes prácticas de piedad para vivir la mejor. Yo he ido recopilando algunas con el paso de los años. Unos años hacemos unas, y otros años otras, perc cualquiera de ellas sirve para que nuestras casas tengan un ambiente cuaresmal.
Mirad en la siguiente lista si hay alguna idea que os parezca apropiada para vuestra familia:
3.1. Mesa de prácticas cuaresmales. Poned en ella una cesta, una jarra y un frasco. La cesta es para la oración; llenadla de novenas, estampas y oraciones. La jarra es para la limosna -también vale una hucha-, y sirve para ir metiendo dinero para invitar a un café a lesús una vez a la semana como mínimo. El frasco es para los sacrificios. El año pasado nosotros metíamos una lenteja seca cada vez que hacíamos uno. ¡Lo llenamos más de lo que yo pensaba! También es verdad que somos muchos y que, a poco que casa uno se esfuerce, se llena rápido. (Nota mental: cambiar el frasco por uno más grande para ser realistas…).
3.2. Colocar un viacrucis bien visible para rezarlo los viernes. Hay algunos con todas las estaciones en un bloque de madera.
También hay rosarios de viacrucis, pero pueden servir estampas colocadas una al lado de la otra.
3.3. Venerar reliquias. En nuestros viajes nos hemos hecho con algunas reliquias de segunda y tercera categoría, la mayo-ría dentro de estampas, que pueden usarse en Cuaresma para pedir la intercesión de los santos, de forma que nos ayuden en nuestro proceso de conversión. Se puede leer en familia la vida de un santo del que tengamos una reliquia, rezarle una novena y besar al finalizar la estampa.
3.4. Meditar la pasión durante la semana con la ayuda de alguna imagen o símbolo. Un cuadro de Jesús doliente sobre algún mueble junto a unos clavos grandes, una esponja o un cuenco con vinagre pueden ser herramientas visuales que nos ayuden a pararnos, contemplar, reparar y ofrecer en medio de las tareas cotidianas.
3.5. Hacer una vigilia del perdón. Se pueden aprovechar las vísperas del primer domingo de Cuaresma para hacerla. No tiene por qué ser algo complicado. El cabeza de familia prime-ro pide perdón y perdona a cada miembro, y luego todos los demás, uno por uno, hacen lo mismo.
3.6. Tener un punto de lectura en el salón. Se trata de dedicar una estantería para dejar un libro escogido para cada miembro de la familia, de modo que le ayude durante la Cuaresma. Al final, antes de Semana Santa, se puede hacer una merienda literaria donde cada uno comente el libro que le ha tocado.
mes era
3.7. Limitar la variedad de alimentos. Además de ayunar los días designados por la Iglesia, se puede merendar solo un sabor de yogur o un tipo de fruta, por ejemplo, y acompañar la escasez.
3.8. Hacer una limosna familiar. Primero se escoge entre dos a quién se va a destinar el dinero esa Cuaresma, ya se una ONG, un convento, una asociación, etc.
3.9. Añadir a la tradicional bendición de la mesa alguna oración penitencial. Por ejemplo: «Te pedimos, Señor, que nos fortalezcas mediante estos alimentos. Danos fuerzas para recorrer este camino de conversión hacia ti. Amén».
3.10. Velar las imágenes de la casa. Es una tradición muy antigua. Se usan sábanas, pañuelos o telas de colores oscuros para cubrir las imágenes de los santos, crucifijos, etc., después de la misa del quinto domingo de Cuaresma hasta después de la Vigilia Pascual. El Viernes Santo se descubre la cruz para venerarla, y el sábado por la noche, el resto de las imágenes para celebrar la resurrección.
3.11. Desapegarse de las cosas. Hacer una limpieza profunda de primavera y aprovechar para donar cosas que normalmente no tiraríamos, aunque no nos sean necesarias.
3.12. Organizar charias espirituales en casa. Invitar a otras personas que comparten nuestra fe es muy enriquecedor y fortalece la amistad.
- Domingo de Ramos.
Si os gusta cocinar, podéis hacer un menú especial para el Domingo de Ramos, e ir explicando su simbología para recordar ese día.
Entrante
Ensalada de palmitos (por las palmas del Domingo de Ramos) Corona de quesos (para el Rey de reyes)
Primer plato
Pasta verde (hay una especial de espinacas que parecen hojas de olivo)
Segundo plato
Burritos (también hay que tener en cuenta al humilde asno que llevó a Jesús)
Postre
Piedras asturianas (una especie de croquetas dulces que recuerdan la frase de Jesús: «Gritarán las piedras»)
También podéis cuidar las bebidas jugando con los nombres de las etiquetas. Una botella de vino extremeño Rey de los reyes y la cerveza mexicana Corona pueden aportar un detalle más de cariño para el Señor ese día. Otra cosa que podéis hacer si sois muy detallistas es fabricar vuestros propios posavasos con imágenes de Jesús entrando en Jerusalén, palmas o gritos de hosanna. Si los hacéis en blanco y negro, pueden colorearlos los niños.
Aparte del menú se pueden hacer más cosas en casa para celebrar ese día. Hay recortables gratuitos en internet para que los niños jueguen con Jesús montado en el burrito y varios personajes con palmas. También podéis usar una plantilla de estarcido para la ventana y aplicar harina con un poco de agua para que la imagen se fije al cristal.
Las palmas bendecidas ese día en misa se pueden poner en algún crucifijo que tengáis en casa, y lo mismo con las ramas de olivo. Son sacramentales, están para eso.
Espero que estos ejemplos despierten vuestra creatividad fiestas de los santos basta con un postre especial, como un helado Magnum en la fiesta de san Alberto Magno. Para un santo italiano podéis cenar pizza. Yo para la Asunción siempre preparo granizado de arándanos con nata. Parece que estás tomando pequeños vasos de cielo con sus nubes y todo, y está buenísimo. Necesitaría un libro entero para contaros las ideas que tengo para la fiesta de Todos los Santos-disfraces, juegos y demás, pero ya os hacéis una idea-. Y en Pascua, ¡llenad la casa de flores y poned música! Es el momento de juntarse con los amigos y celebrarlo a lo grande.
También se puede considerar la posibilidad de hacer de los domingos el día de la semana favorito de toda la familia. Es el día del Señor y por eso está destinado a ser diferente a cualquier otro día de la semana. Es el día del descanso y eso se tiene que notar en algo más que en tumbarse en el sofá a dormir la siesta… Nosotros, por ejemplo, no compramos nada ese día, ni siquiera en línea. Y lo hacemos no para descansar nosotros, sino para darnos cuenta de que también los trabajadores de las tiendas merecen descansar y pasar tiempo con sus familias. También procuramos evitar que los niños dejen los deberes para ese día y no hacemos tareas domésticas innecesarias. Claro que hay que lavar los platos y mantener la casa ordenada, pero para nosotros no es el día para limpiar la cocina de arriba abajo ni para vaciar el trastero; ni tampoco para nada relacionado con el trabajo. Intentamos dejar todo ordenado y terminado el sábado para poder descansar de verdad el domingo. Si vamos a misa pronto y con la liturgia más cuidada a la que podemos asistir, sentimos que es verdaderamente un día del Señor, no un día familiar más. Eso sí, tenemos que intentar mejorar en llegar con tiempo de sobra para evitar agobios…
Tengo amigos que los domingos tienen un desayuno especial: churros, chocolate, zumo recién exprimido, un buen bizcocho… Si no se comen dulces durante toda la semana, el domingo se compensa, ¡y se cogen con más ganas! Si se tiene ropa para los domingos, lo mismo puede hacerse con la lencería del hogar, poniendo un mantel de domingo -y si se quiere, tener platos, tazones, fuentes, etc., solo para los domingos-. Podéis hacer excursiones por la mañana y pasar la tarde con juegos de mesa, películas con palomitas, chuches, etc.
Si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra fe. Si nuestro hogar no resucita el domingo, algo no estamos entendiendo. Para el cristiano el domingo es un día grande, grandísimo. ¡Hagamos todo lo posible para que se note!