Diana Adriano
La comunidad de la parroquia Jesús Príncipe de la Paz recibe una capacitación para preparar a sus servidores en el trabajo con distintos grupos parroquiales, la cual busca fomentar la conciencia y la madurez humana, así como garantizar espacios seguros para todos los miembros de la parroquia y capacitarlos en el manejo de situaciones delicadas.
El padre Gustavo Balderas, párroco de la comunidad y asesor de la pastoral de adolescentes en la diócesis, dispuso impartir este curso ante la importancia de que cada servidor esté preparado para trabajar con personas de todas las edades y circunstancias, desde niños hasta adultos mayores, casados, divorciados y otros.
“La meta principal de la capacitación es crear espacios seguros en la parroquia, incluyendo salones, templos, sacristías y áreas comunes. Esto implica garantizar que los fieles laicos estén conscientes de la importancia de prevenir el abuso en todas sus formas”, expresó el padre.
Proceso de formación
La formación que se lleva a cabo cada miércoles, se inició el pasado 12 de julio. Durará seis semanas. El primer día de capacitación la comunidad escuchó a un abogado especializado en leyes civiles, quien aportó su conocimiento y experiencia en el tema de abuso.
Durante la charla, el abogado presentó ejemplos de abusos a menores en otros ámbitos, lo que generó conciencia sobre la importancia de prevenir este tipo de situaciones en el entorno de la parroquia.
“La interacción permitió aclarar dudas y enseñar prácticas concretas para cuidar a los más jóvenes y evitar posibles situaciones de abuso”, compartió el padre Gustavo.
En la segunda reunión, el padre Gustavo anunció que trabajarían en conjunto para establecer protocolos claros para diversas áreas de la parroquia y sus dos capillas en los que se inlcuyen aspectos como el acceso a ciertas áreas, las conductas adecuadas para los servidores y, especialmente, la protección de los menores. Para lograrlo, se organizaron en equipos de trabajo que se centraron en diferentes aspectos de la prevención.
El padre Gustavo compartió ejemplos prácticos de cómo ya han implementado protocolos en su casa parroquial y en la sacristía. Estos incluyen la prohibición de que los menores ingresen a la sacristía mientras esté el sacerdote, y procedimientos para garantizar que un catequista no se quede solo con un menor dentro de un salón.
“Estas medidas se diseñan para reducir cualquier posibilidad de abuso y crear un ambiente seguro y confiable para todos los miembros de la parroquia”, dijo.
Formación integral
Otro aspecto de la formación incluyó una charla de la psicóloga Marisol Gutiérrez, quien ofreció orientación sobre la madurez personal y el manejo adecuado de situaciones delicadas.
El padre Gustavo anunció que solicitó al obispo permiso para implementar este primer paso en la parroquia, lo cual fue bien acogido.
“Quedamos en espera de próximas instrucciones, pero ya estamos muy contentos de dar este primer paso que puede marcar la diferencia”, explicó.
Dijo que este es solo el comienzo de un proceso más amplio para fortalecer la cultura de prevención y protección dentro de la comunidad y de toda la diócesis.
Frase
Me siento agradecida de que el padre haya impulsado esta importante iniciativa, porque nos brinda las herramientas necesarias para asegurarnos de que cada miembro de nuestra comunidad esté protegido y se sienta seguro en todos los espacios de la parroquia.
Vanessa Chávez García/Pláticas prebautismales