Diana Adriano
El 25 de marzo la Iglesia celebró la Solemnidad de la Anunciación del Señor. Se refiere al momento en que el ángel Gabriel visitó a la Santísima Virgen María para decirle que ella sería la Madre del Salvador.
Para conmemorar este acontecimienti, la comisión diocesana por la vida celebró una misa desde la parroquia El Señor de la Misericordia.
Durante la santa misa, el padre Eduardo Hayen, asesor de la Pastoral de la vida, bendijo a las mujeres embarazadas pidiendo la protección de la Virgen María durante el embarazo y el parto, como también a las familias que imploran a Dios la gracia de un hijo.
No tengan miedo
En su homilía, el padre Hayen compartió cómo en María Santísima se contempla la obra de Dios Creador, y recordó la misión de ser defensores de la vida, pues es un tesoro inestimable que se debe de cuidar.
“No tengan miedo de defender la vida, dice el ángel. Estamos hoy pasando por un momento muy difícil donde se promueve el aborto, y si esto continua es por la sencilla razón de qué no hay católicos en la vida política qué puedan sacar la casta y defender lo que se tiene que defender, que es la vida humana”.
“Faltan personas que tengan bien puestos los principios de su vida católica”, resaltó el sacerdote.
Mencionó que Dios acompaña y muestra el camino de la solidaridad, desde el ejemplo de María, solidaria con la salvación del mundo, mediante su entrega generosa para ser la Madre del Salvador.
“Ese ‘Hágase en mí según tu palabra’ de la Virgen María no es un simple sí, es un sí que muestra una apertura total a la voluntad de Dios. No tengan miedo de ser esos hombres y mujeres que defienden la vida, porque Dios está con nosotros”, reflexionó el presbítero.
De la misma forma, recordó cómo el Espíritu Santo impulsa cada día a los católicos a ser como María, servidora de Dios y servidora de los necesitados de salvación, dando un constante ‘sí’ por la vida.
Nuevos voluntarios
Durante la celebración estuvieron presentes miembros de Mater Filius, proyecto diocesano que brinda ayuda a mujeres embarazadas que no cuentan con apoyo económico durante su período de gestación, especialmente a mujeres en desamparo o situación vulnerable.
Ahí se presentó el deseo de cinco laicas por integrarse a la red de apoyo voluntario de este proyecto de espiritualidad mariana. Acto seguido, el presbítero bendijo las tilmas celestes que los voluntarios portan con orgullo.
“Dios, te pido por estos hermanos, para que hagan su apostolado con todo su corazón y su cariño, y los hagas justos servidores para que defiendan y promuevan la vida humana”
Posteriormente, todo el equipo de voluntarios, ya con las nuevas integrantes, se acercaron a los pies del altar para recitar la oración de consagración a la Virgen María.