La hermana Misionera de María Dolorosa fue la primera consagrada en la Congregación fundada por mons. Baudelio Pelayo… Es testimonio vivo de una vida dedicada a Dios…

Ana María Ibarra
Con profundo agradecimiento a Dios, las Hermanas Misioneras de María Dolorosa celebraron con gran alegría los 99 años de vida de su querida hermana María de la Gracia Torres, conocida con cariño como Madre Gracia.
Fue el pasado 13 de noviembre cuando la comunidad MMD festejó a la madre Gracia con un cálido convivio.
“Con entusiasmo ha participado en los festejos que con cariño le prepararon sus hermanas de la comunidad Santa Teresita, donde residen nuestras hermanas que continúan su misión desde la oración, el cariño y la acogida. También se hicieron presentes las laicas de nuestra congregación, amigos, conocidos y compañeros de misión, que expresaron con gozo su afecto, gratitud y profunda admiración por ella”, detalló la hermana Rosa Nery Escobar, superiora, en un escrito con motivo del aniversario.
Aseguró que la presencia de la madre Gracia es un regalo inmenso para la congregación.
“Dios nos permite seguir aprendiendo de su testimonio, de su amor por la misión y de su entrega generosa a la Iglesia y a los más necesitados. Ella forma parte del primer grupo de Hermanas Misioneras de María Dolorosa, siendo así uno de los pilares que dieron origen a nuestra familia religiosa”, compartió.
Dijo que aun con las limitaciones propias de la edad, la madre Gracia siempre está llena de alegría, sencillez y energía espiritual, algo que pueden atestiguar sus hermanas consagradas.

Una entrega total
Madre Gracia inició su vida consagrada en la Congregación el mismo día de su fundación, hace ya 78 años, siendo testigo viva de su crecimiento y misión.
“Su nombre permanece unido a innumerables obras de evangelización: en la Pastoral de la Catedral, en el orfanatorio de niñas y en diversas parroquias, rancherías y comunidades alejadas, donde llevó siempre el anuncio del Evangelio con entrega total. Catequista ardiente, consejera prudente, animadora pastoral incansable y formadora dedicada de parejas en camino al sacramento del Matrimonio”, enumeró la madre Rosa Nery.
La superiora resaltó que la madre Gracia ha dejado huellas profundas de fe, amor y servicio al Señor.
“Participó activamente en la preparación del pueblo de Ciudad Juárez para recibir al primer obispo de la Diócesis, monseñor Manuel Talamás Camandari, colaborando cercanamente con él, especialmente en la organización de sus visitas pastorales. Su vida es una ofrenda permanente y una inspiración para quienes seguimos sus pasos en esta misión que Cristo nos ha confiado”, abundó.
El escrito concluye agradeciendo a la festejada por todos sus dones compartidos:
“Gracias, madre María de la Gracia, por su entrega incansable, por su amor profundo a Dios y a su pueblo, y por ser un faro de fe, esperanza y caridad para nuestra Congregación”.
En frases…
“La entrega, valentía y generosidad son, para mí, las virtudes que caracterizan la vida de la Madre Gracia. Sin duda, una mujer fuerte, valiente para emprender este camino, pero también con gran fe y confianza en Jesús, por quien se sintió llamada a estar, como su Madre, al pie de la cruz de los necesitados, de los más pobres, de los sin hogar. ¡Gran misionera y servidora de los pobres!”.
Hna. Piedad Quezada
“Me siento muy feliz y llena de alegría. Doy gracias a Dios por sus 99 años de vida. Su testimonio de perseverancia y vida consagrada han sido pilares que nos han fortalecido a cada una de las hermanas que formamos la Congregación. Gracias, madre, por todo el tiempo que hemos compartido en el apostolado; todo ha sido un regalo, una enseñanza para superar las pruebas. Doy gracias a Dios por su sabiduría acumulada, y le pido que la mantenga en su infinito amor”.
Hna. María Elena Hernández
“Es una hermana con una entrega llena de alegría, oración, sacrificio y servicio, especialmente a los enfermos. Favorece con amor, con abundancia espiritual y, cuando se puede, también corporal. Un cansancio que se veía a todas horas, pero siempre acompañado de una sonrisa que atraía a quien se encontraba con ella. Un rosario, una estampita, una moneda para quien le extendía la mano y con eso ella llenaba el corazón de alegría”.
Hna. Martha Beatriz Luján
“Agradezco al Señor el don de la vida dada a la Madre Gracia; su fortaleza física, mental y espiritual nos muestra los dones que Dios le ha regalado y que ella, generosamente, ha puesto al servicio de la Congregación y de la Iglesia. Es una riqueza para nosotras su testimonio de vivencia de nuestro carisma, al estar, como María Dolorosa, al pie de la cruz de tantos hermanos que han pasado por su vida. Es un gran pilar en la vida de nuestra familia religiosa”.
Hna. Socorro Solís Scobell
“Madre Gracia, agradezco a Dios por la vida que te ha regalado, por compartir con nosotras esos grandes dones en esta comunidad tan especial. ¡Gracias, Señor! Que nuestra Señora María Dolorosa te siga acompañando”.
Hna. Mercedes Granado


































































