Diana Adriano
La parroquia Nuestra Señora de San Juan de los Lagos vivió un momento de alegría y espiritualidad con la apertura oficial de su Año Jubilar, realizada el pasado miércoles 19 de noviembre, en el marco del 25 aniversario de su erección parroquial.
La celebración dio inicio con una procesión a las 5:30 de la tarde, partiendo desde las calles Tacuba y Central, en la colonia Anáhuac. Encabezados por el administrador parroquial, padre Jaime Melchor, los fieles caminaron en oración mientras se rezaba el Santo Rosario, manifestando su gratitud y esperanza al comenzar este tiempo especial de gracia.
Al llegar al templo, el padre Armando Benavides, vicario general de la diócesis, presidió el rito de apertura en representación del obispo diocesano. Bendijo y roció con agua bendita las puertas del templo, signo del inicio del Año Jubilar y de la invitación a entrar en un renovado camino de reconciliación y encuentro con Dios. 
Decreto
Ya dentro del templo se dio lectura al decreto mediante el cual se promulga el Año Jubilar de la parroquia, autorizado por la Penitenciaría Apostólica y vigente del 19 de noviembre de 2025 al 23 de noviembre de 2026.
El documento exhorta a todos los fieles a vivir este periodo “como un tiempo de gracia y bendición”, con profundo agradecimiento por los sacerdotes y la comunidad que han formado parte de la vida parroquial a lo largo de 25 años.
Se informó que durante este jubileo, los fieles podrán obtener indulgencia plenaria cumpliendo las disposiciones de la Iglesia: Adoración al Santísimo Sacramento durante al menos media hora, Rezo del Santo Rosario, lectura de la Sagrada Escritura por media hora, Rezo del Vía Crucis, Confesión sacramental, participación en la Eucaristía y Comunión, Oración por las intenciones del Santo Padre y total desapego al pecado.

Iglesia viva y misionera
En su homilía, el padre Armando alentó a la comunidad a vivir con alegría este tiempo de gracia.
“Quiero que en este tiempo ofrezcamos nuestro deseo de ser discípulo y también el deseo de ser misionero”, dijo, señalando que el modelo perfecto es la Virgen María.
Explicó que las palabras de María en la Visitación se dan en un contexto misionero:
“Ella no permaneció en Nazaret, sino que caminó un largo trayecto hasta Ain Karim, el pueblo donde vivía su prima Isabel. María va al encuentro… va a servir, va a llevar alegría”, destacó.
Su ejemplo, dijo, revela las virtudes esenciales para todo discípulo: la humildad, el servicio y la disponibilidad.
El sacerdote recordó que también Isabel fue transformada en esa visita:
“Cuando Isabel vio a María, ella también se quedó llena del Espíritu Santo”, dijo invitando a los fieles a dejarse llenar por la gracia que este Año Jubilar ofrece.
Para concluir, el padre Armando pidió a la comunidad mantener viva la alegría y la unidad que caracterizan a la parroquia.
“Señor, ayúdanos a seguir construyendo una Iglesia viva”, imploró, confiando en que, así como hace 25 años, la parroquia seguirá siendo espacio de encuentro, misión y formación de nuevas vocaciones.


































































