Diana Adriano
Con motivo de la fiesta de San Pío de Pietrelcina, conocido como el Padre Pío, la comunidad que se encuentra bajo su protección, ubicada en Blvd. Fundadores 5119, Cerrada del Parque y perteneciente a la parroquia Nuestra señora de la Consolación, celebró con gran entusiasmo su fiesta patronal el pasado domingo 21 de septiembre.

Desde temprana hora, familias completas se dieron cita para participar en una gran kermés, donde no faltaron los juegos y la diversión para chicos y grandes, como tampoco los ricos platillos típicos, que fueron ofrecidos por los servidores y compartidos en un ambiente de convivencia y gratitud.
La fiesta no solo fue un espacio de convivencia, sino también de profunda devoción hacia el Padre Pío, santo reconocido por los estigmas de la Pasión de Cristo y venerado en todo el mundo como patrono de los enfermos.
Mensaje de esperanza
El padre Manuel Bañuelos, párroco, en una de sus homilías dirigió un mensaje para resaltar la humildad, el servicio y la entrega total hacia Dios que caracterizaron al santo capuchino.

“Uno de los servicios de San Pío es la atención a los enfermos, un hombre que no se cansaba de visitarlos, es más, organizó de una manera comunitaria poner un hospital, porque veía que los enfermos son aquellos que nos llevan al cielo”, expresó.

Enfatizó que en el enfermo se contempla a Cristo mismo, un Cristo cansado y doliente que acompaña al ser humano en su caminar.
Invitó a la comunidad a no relegar a los enfermos ni dejarlos en soledad, sino a reconocerlos como una presencia viva del cielo entre nosotros.

Asimismo, destacó el don espiritual de San Pío en el ministerio de la Confesión, recordando cómo este santo ayudaba a los penitentes a reconocer sus faltas y los animaba a una conversión verdadera.



































































