Ana María Ibarra
Una disminución en el número de matrimonios y jóvenes que participan en el Movimiento Familiar Cristiano se ha registrado luego de la pandemia. Sin embargo, en contraparte se observa un incremento en los grupos de madres solas, (MaRes-Madres Responsables).
Esta es una de las conclusiones que se presentaron en el plenario final de la Reunión de Asistentes Bloque I que se realizó en Ciudad Juárez y recibió a sacerdotes y diáconos de Tijuana, Mexicali, Ensenada, La Paz, Nogales, Hermosillo, Ciudad Obregón, Culiacán, Nuevo Casas Grandes, Cuauhtémoc Madera, Chihuahua y Parral. La reunión se realizó 14, 15 y 16 de febrero en un ambiente de fraternidad.
Los participantes reflexionaron sobre su misión en el Movimiento Familiar Cristiano y compartieron sus experiencias y retos para así poder desarrollar estrategias que les ayuden a enfrentar dichos retos.
Importancia de la asistencia
Los asistentes fueron retroalimentados por el Equipo Coordinador de la Región Chihuahua, quienes estuvieron a cargo de la mayoría de los temas.
Hacia el cierre del encuentro, el padre Amadeo Ruíz, asistente diocesano del MFC en Ciudad Juárez, presidió la Eucaristía, en la que reflexionó sobre la crisis matrimonial que existe ya que, dijo, no se ve al matrimonio como una vocación.
“La infidelidad hasta se aplaude. De las vidas de quienes han permanecido fieles el Señor se encarga. Solo les hace un encargo: crezcan y multiplíquense. Ahora dicen que solo traen hijos a sufrir, y mejor adoptan un perro”, señaló el padre Amadeo.
Agregó que el conocimiento de Cristo está muy deteriorado y es la labor de los sacerdotes, desde el MFC, presentar a Cristo.
“La asistencia eclesial seguirá siendo necesaria. Esforcémonos por ser los asistentes que necesita el movimiento y que seguirá necesitando”, concluyó.
Jóvenes en el MFC
En otro momento del último día, el padre Gregorio López, asistente eclesial juvenil compartió su testimonio.
“Los jóvenes me motivan, me reaniman, me dan energía, ganas de seguir. He compartido diferentes momentos con ellos. Quiero mucho al movimiento”, expresó y proyectó algunas fotografías de algunos eventos y actividades.
Para concluir, respondieron algunas preguntas mediante mesas de trabajo, compartiendo cada asistente cómo se encuentra la membresía en su parroquia, los problemas o retos identificados en el MFC y estrategias para enfrentarlos y dar una respuesta.
Los participantes coincidieron en que con los jóvenes, algo muy necesario es informarse de las nuevas ideologías y todo lo que el exterior les muestra, para poder tratar esos temas en los grupos.
Después de la pandemia
Aunque en algunas diócesis las membresías se han mantenido, algunos de los asistentes compartieron que a raíz de la pandemia ha habido una baja en el número de matrimonios y jóvenes que participan, incluso en alguna parroquia no hay miembros jóvenes.
Pero la mayoría de los asistentes señaló que la membresía del grupo MaRes ha ido en aumento, aunque una de las regiones reportó que no existe grupo para madres responsables, ya que ellas no acuden al llamado.
Como estrategias y acciones para realizar, se mencionaron la “pesca” y actualizarse para atender la realidad de las familias.
Dadas las diferentes necesidades que cada diócesis presenta, el equipo nacional del movimiento se comprometió a enviar un plan de trabajo que cada equipo diocesano implementará según sus necesidades particulares.