Ana María Ibarra
Fortalecidos por Dios y llenos de alegría, los sacerdotes Salvador Magallanes, Armando Benavides, José González y Juan Herrera celebraron su 25 aniversario sacerdotal satisfechos por haber sido llamados a colaborar en la construcción del Reino, y convencidos de que aún hay mucho que aprender.
Con la celebración de la Eucaristía en sus respectivas parroquias y una convivencia con sus comunidades, familiares y amigos, los sacerdotes festejaron agradecidos con Dios por el llamado, y con las comunidades en las que han servido.
Les habla el obispo
El primero en celebrar fue el padre Salvador Magallanes con una misa de acción de gracias el pasado lunes 17 de junio en su parroquia de Nuestra Señora de la Paz.
“El sacerdote debe ser otro Cristo, debe ser pastor que guía a sus ovejas, las conduce. El sacerdote alimenta, orienta a las ovejas, a la comunidad con la palabra que anuncia. Pedimos para ellos la ayuda de Dios. Gracias por su ministerio. Hay que seguir sirviendo con generosidad, seguir trabajando”, dijo el obispo dirigiéndose a los festejados.
Los padres Juan Herrera, José González y Armando Benavides celebraron su aniversario el miércoles 19 de junio, justo la fecha de su ordenación presbiteral, cada uno en su parroquia: Santo Toribio de Mogrovejo, La Santa Cruz y Nuestra Señora del Carmen, respectivamente.
Padre Chava
El padre Salvador se dijo agradecido con Dios de ser sacerdote, de poder predicar la Palabra y brindar ayuda a los demás.
Recordó que fue catequista en San Felipe de Jesús, donde vivió un retiro de evangelización. Nunca pensó en el sacerdocio y le decía a Dios: ‘si hay muchos, elige a otro’… “Pero se aferró el Señor”, dijo.
Hoy dice que estos 25 años sólo han sido felicidad.
“Estoy contento y alegre. Después de 25 años va uno madurando, fortaleciendo más sus carismas. Contento por compartir este aniversario con mis hermanos, con el señor obispo. Y me siento con la alegría de ayudar a Jesús a construir el Reino. Pido por ustedes y le pido a Dios que seamos felices, que nos emocione cada día el seguirlo”.
Pbro. Salvador Magallanes, párroco de N.S. de la Paz
Servicios: Párroco en San Carlos Borromeo, estudios en Roma, formador en el Seminario Conciliar, párroco de San Judas Tadeo.
Padre Pepe
El padre José compartió que su vocación surgió de niño, siendo monaguillo en la capilla de San José perteneciente a Catedral, donde aprendió a prestar un servicio en la Iglesia y fue recibido por el padre Jerónimo Olvera. Aunque quería ser ingeniero, Dios lo llamó al sacerdocio.
“Mantenerse en este camino es por parte de Dios. No puedo decir que es por mí, sino es por Él. Es ahí donde le digo: gracias por ese don inmerecido que me llevó por otros lugares. Simplemente puedo decir: gracias por estos 25 años. Siempre le he dicho a la comunidad que pidan por mi para seguir desempeñando el ministerio y sobre todo, ante los defectitos o defectotes que puedo tener, sigan pidiendo por mí para que no salgan. El acompañamiento es la riqueza del ministerio porque he aprendido de la gente, de su fe”.
Pbro. José González, párroco de La Santa Cruz
Servicios: San Miguel Arcángel, Catedral, San Judas Tadeo, Santa María Magdalena en Villa Ahumada, San Carlos Borromeo, San Isidro Labrador y La Santa Cruz.
Padre Armando
El padre Armando compartió que estos 25 años han sido de sorpresas y de bendiciones y que este tiempo se ha ido muy rápido.
Recordó que su vocación surgió en la parroquia La Sagrada Familia, donde vivió un retiro de evangelización. Luego vivió tres preSeminarios y el padre Javier Gómez dio acompañamiento.
Hoy se dice abierto a lo que venga, pero siempre “en manos de Dios”.
“Dios no deja de sorprenderme, mostrarme que él es quien me llama y me elige. Son también 25 años de aprendizaje. He aprendido mucho de tantas personas, de laicos, de movimientos. En torno al aniversario me ha ayudado a reflexionar que, si Dios me ha dado tanto, hay que corresponder siendo mejor, aprendiendo incluso de los errores. Quiero ser un mejor servidor, más atento y disponible. Es una oportunidad para agradecer a Jesús. El sacerdocio es algo especial y no somos dignos. Me siento motivado, Jesús quiere que siga esta misión.
Pbro. Armando Benavides, pároco de Nuestra Señora del Carmen.
Servicios: Corpus Christi, Tierra Nueva; Nuestra Señora de Lourdes, estudios en Roma, formador en el Seminario, Santo Niño de Atocha, Nuestra Señora del Carmen.
Padre Juan
En su misa festiva, el padre Juan Herrera reconoció que llega a sus 25 años de sacerdocio a veces “sin creer que la misericordia de Dios se derrame por tanto tiempo”.
Recordó que cuando estaba a punto de ordenarse, se sintió débil y estaba dispuesto a decirle al obispo que no lo ordenara.
“Pero el padre Carlos Márquez (QEPD) me dijo: ‘Dios te ha llamado y Él no se equivoca’. Dios te quiere como eres, tienes una encomienda’. Ese soy yo, el padre Juan”, compartió a los fieles.
“Una vez, una persona me preguntó: ¿Qué se siente ser sacerdote? ¿Es como ser un ángel?. Y yo le respondí que no, soy más carnal que nada. He sido elegido, pero tengo mis debilidades. Sin embargo, el reto es ser un buen pastor como Jesús, dar la vida por las ovejas y hacer todo lo que uno pueda por los demás. Estás en el camino del Señor; le dices sí o le dices no. Aquí estoy todavía, gracias a sus oraciones y su cariño”.
Pbro. Juan Herrera, párroco de Santo Toribio de Mogrovejo