Ana María Ibarra
La Iglesia Universal celebró el pasado domingo 8 de junio su nacimiento al recibir el Espíritu Santo, solemnidad de Pentecostés. Con esta alegría, la comunidad parroquial dedicada en la diócesis local a la tercera persona de la Santísima Trinidad, celebró su fiesta patronal.
“El evangelio de san Juan habla de la paz del resucitado. Este libro nos muestra a un Dios conciliador que nos da su misericordia. Cuando los discípulos vieron al Señor resucitado se llenaron de alegría. La misión de la Iglesia es la misión de conciliar”, expresó el padre Ignacio Bautista, párroco de la comunidad.
Resaltó que en la fiesta del Espíritu Santo se concluye la lectura de cincuenta días de los Hechos de los Apóstoles, “ADN de nuestra Iglesia que, a pesar de sus dificultades, ha persistido hasta hoy como una Iglesia humana y trascendente, abierta a todas las culturas”, dijo.
Doble festividad
El párroco reflexionó en la segunda lectura la invitación a hacer conciencia de los dones y ponerlos a disposición de la Iglesia.
“La Iglesia, como comunidad, está llamada a poner los dones al servicio de los demás. En esta fiesta patronal, agradezcamos a Dios los regalos y dones que nos da”.
Uno de estos dones que también fue motivo de fiesta en el día de Pentecostés, fue el 40 aniversario de la presencia del grupo de Adoración Nocturna en la parroquia, por lo que se invitó a la comunidad a que se integren al movimiento que se reúne el segundo sábado de cada mes para la vigilia de diez de la noche a siete de la mañana.
Celebran juntos
Después de las reflexiones, los sacerdotes que pastorean la comunidad del Espíritu Santo, religiosos Cruzados de Cristo Rey, invitaron a la gente a continuar con el festejo en el atrio de la parroquia, donde se realizó la tradicional kermés.
“Esta fiesta tiene una situación muy bonita, porque han venido a celebrar con nosotros servidores de la comunidad de San Miguel Arcángel y nos apoyan con algún puesto de comida. Vinieron a compartir en este momento de comunión con esta solemnidad de Pentecostés”, compartió el padre Orlando Porta, quien llegó a la comunidad hace poco más de una semana.
Dijo que también servidores de las capillas de la parroquia se hicieron presentes para ofrecer a los visitantes distintos antojitos mexicanos, además de hamburguesas, aguas frescas, postres y snacks.
La ambientación corrió a cargo de distintos grupos locales con música variada, además de que en el exterior se instalaron juegos mecánicos.
De nuevo en Juárez
“Estamos emocionados por esta fiesta. De mi parte, vuelvo a integrarme ahora como sacerdote a esta comunidad del Espíritu Santo, ya que estuve aquí siendo seminarista. Este es mi primer domingo y me tocó llegar para la fiesta. Es bonito porque la gente me reconoce y me acoge en esta comunidad”, expresó el padre Orlando.
“Esta fiesta del Espíritu Santo es una fiesta de toda la Iglesia. No nada más es nuestra fiesta como parroquia, sino también la fiesta de la Iglesia y estamos contento de compartirla”, expresó el sacerdote quien ese día celebró la misa de dos de la tarde.