Ana María Ibarra
En una celebración especial realizada el pasado domingo 8 de junio, la comunidad de la parroquia Nuestra Señora San Juan de los Lagos atestiguó la bendición de una nueva campana para el templo, objeto importante para la vida del pueblo de Dios. Voz que llama
El citado artefacto sufrió un desperfecto que no tuvo posibilidad de arreglo, pues se encontraba en el campanario desde hace décadas.
Dada su importancia, el administrador parroquial tuvo a bien comprar una campana nueva, gracias al apoyo de la comunidad.
El sacerdote mencionó que la campana está relacionada con la vida del pueblo de Dios, ya que convoca al pueblo a las celebraciones litúrgicas o los une ante un suceso de alegría o tristeza de la Iglesia.
“El sonido de la campana nos convoca, nos reúne, nos da noticias. Por ejemplo, cuando en estos días que se ha elegido un nuevo papa se tocaron todas las campanas de nuestras iglesias en signo de alegría por el nuevo pontífice. Fue tocada de una manera especial”, señaló.
El padre Leonardo agregó que para los funerales se debe tocar la campana de manera distinta a la que se toca para la misa de domingo. Igualmente para anunciar la Navidad o la Pascua, el sonido es de manera diferente.
“Son distintas maneras en que las campanas nos acompañan en nuestro camino de fe y nos anuncian los grandes acontecimientos de los misterios de nuestra salvación. Así como escuchamos una campana sonar, que siempre escuchemos también la voz de Dios que nos llama. Que resuene en nuestros corazones que es Él el que nos convoca vivir en comunidad la fe pues no se puede vivir individualizada”, resaltó.
Bendice campana
Con esta reflexión sobre la importancia de la campana que reúne a una comunidad a celebrar la fe y a vivir la experiencia de Iglesia, unidos en una sola voz los asistentes presentaron sus peticiones a Dios Padre.
El padre Leonardo realizó la oración de bendición para enseguida hacer la aspersión del agua en los muros del campanario, con la intención puesta en la bendición de la nueva campana, que quedó a unos centímetros debajo de la campana anterior, la cual se dejó como recuerdo de los inicios de la comunidad.
Después de la bendición, el sacerdote hizo sonar el artefacto e invitó luego a algunos miembros de la comunidad a hacer lo mismo.
Contentos por el acontecimiento, los servidores disfrutaron de ese momento especial que quedará plasmado en el libro de crónicas de la parroquia.