Diana Adriano
El pasado 22 de febrero, la comunidad Salesiana se unió en un ambiente de alegría y fe para celebrar el 50 aniversario de ordenación sacerdotal del padre Javier Prieto Medina, uno de los sacerdotes que ha servido durante largos años en esta diócesis.
Para conmemorar esta ocasión especial, se llevó a cabo una misa de acción de gracias en el Oratorio Lupita.
Desde temprana hora, camiones llenos de niños y familias provenientes de distintos oratorios llegaron al lugar, haciendo sonar su claxon en señal de júbilo. Muchos de los asistentes llevaban pañuelos con la frase «Gracias por su vida consagrada», reflejando el cariño y gratitud hacia el sacerdote por su servicio pastoral.
El padre Javier, con un gesto de cercanía y humildad, esperó a la comunidad bajo el domo del oratorio, donde recibió con cálidos abrazos a quienes se acercaban a felicitarlo.
Posteriormente, se llevó a cabo la celebración eucarística, en la que se elevó una acción de gracias por su trayectoria sacerdotal y su dedicación a la obra salesiana.
Detrás del altar se pudo observar una manta con la frase «Todo es presencia y gracia», un mensaje que reflejó el espíritu de la conmemoración y la confianza en Dios que ha guiado el ministerio del padre Javier.
A ejemplo de don Bosco
“Estoy aquí en Ciudad Juárez desde hace ocho años y medio, y el 15 de diciembre del año pasado cumplí 50 años de sacerdote. He sentido a Dios presente en mi vida constantemente. Quizá en los primeros años me dedicaba mucho más a la acción, y con el paso del tiempo he sentido más a Dios, porque es Él quien actúa más que yo”, expresó el padre Javier al tomar la palabra.
En su mensaje, les recordó la enseñanza del santo fundador de los Salesianos: “Recuerden que Dios los ama muchísimo. Ustedes son, como decía Don Bosco, la porción que Dios quiere más”, dijo el padre Javier, quien a lo largo de su servicio pastoral, ha seguido fielmente el ejemplo de Don Bosco, con una entrega especial hacia la formación y acompañamiento de los jóvenes.
El padre Javier añadió que siempre ha visto su sacerdocio como “algo muy grande, un don inmerecido que Dios me ha querido dar como un regalo extra de la vida. Además de ser hermano de Jesús y templo del Espíritu Santo, he sido consagrado sacerdote como un regalo muy grande y especial”, compartió.
En frase…
Su vida ha sido un reflejo del amor de Dios. Como matrimonio, agradecemos su guía y testimonio, siempre con alegría y entrega. Que el Señor lo bendiga por muchos años más en su misión.
Leticia y Fernando García
Gracias, padre, por su entrega y por enseñarnos a vivir nuestra fe con entusiasmo. Usted es un ejemplo para nosotros los jóvenes. ¡Felicidades!
Kevin Ruiz Martínez
Que Dios lo siga bendiciendo, Padre Javier. Su amor por los jóvenes nos inspira a buscar siempre a Dios con alegría, como nos enseñó Don Bosco.
Ara Macías