Ana María Ibarra
Con la intención de agradecer su maternidad y su servicio, el Centro de Ayuda a la Mujer Juarense (CAMJ) organizó una misa de acción de gracias para las voluntarias del centro. Presidida por el padre Eduardo Hayen, la misa se realizó el pasado 10 de mayo en las instalaciones del Centro.
La mujer en la Iglesia
Agradecidas por el don de ser mamás, las voluntarias del CAMJ dispusieron su corazón para participar en la Eucaristía y poner ante el altar del Señor sus alegrías y preocupaciones, pero sobre todo su servicio.
En un ambiente fraterno y de comunión con Dios, asistentes a la celebración, estuvieron en todo momento en actitud de oración, y escucharon la reflexión del padre Hayen con un corazón abierto.
El sacerdote señaló que a partir de la llegada del Hijo de Dios la mujer empezó a tomar otro papel en la historia de la humanidad.
“Hubo mujeres que siguieron al Señor. La mujer se sintió dignificada cuando Jesús curó a la suegra de Pedro, o a la hemorroisa. Ellas respondieron siguiéndolo. Le ayudaban en su obra evangelizadora y con sus bienes”, resaltó el padre Hayen.
En los evangelios, dijo el sacerdote, Jesús puso a las mujeres como ejemplo en las parábolas, y citó la de las diez vírgenes.
“También fueron parte de los ejemplos de Jesús, la viuda pobre y otras. La mujer tiene un papel importante en la vida de nuestra Iglesia. Vemos a las mujeres protagonistas de la Resurrección”, abundó el sacerdote.
Otro ejemplo que resaltó el padre Hayen fue Conchita Cabrera.
María como modelo
“Ustedes juegan un papel importante en la vida de nuestra Iglesia. La mujer tiene una conexión más profunda con la vida porque la gesta y la da a luz. El ser mamá la capacita para tener un papel especial en la sociedad. Gracias a Dios por la maternidad”, expresó el celebrante.
Y agregó: “En este día de la madre contemplamos a la Virgen María como modelo de maternidad. María ligada a nosotros con su sí, ese sí que hizo posible que viniera la redención al mundo”.
El padre Hayen también habló del sufrimiento de las mujeres, los dolores por los que pasan las mamás algunas de ellas, cuidadoras de hijos enfermos, mamás con hijos e hijas desaparecidos, o con hijos en la cárcel o en el mal camino.
“Gracias, mamás porque han traído hijos al mundo y ahora, con este servicio, salvan vidas. Damos gracias por la Virgen Santísima que nos abraza con su amor materno en este día”, concluyó.
Al finalizar la Eucaristía, las mamás y demás asistentes compartieron la alegría de la maternidad y en un pequeño convivio degustaron un sencillo refrigerio.