Habla joven de 22 años de edad sobre su concepto del tiempo y del futuro… asegura que el tiempo para amar es hoy.
Organizar su tiempo entre la escuela, su trabajo, su familia y sus amigos, es algo que Alfonso intenta cada inicio de año, pues al dar un vistazo al año que concluye, muchas veces se da cuenta que no todo resultó ser positivo, lo que lo lleva a una reflexión para hacer un cambio en sus actividades y aprovechar bien su tiempo.
El estudiante de ingeniería compartió que cada año se propone metas y propósitos, aunque la mayoría de las veces requiere realizar un cambio en ellos. Cada momento y cada día Dios le hace un llamado diferente al que debe responder, ya que su principal meta es servir a Dios.
“Tengo metas planteadas y con esas metas espero servir y complacer a Dios, pero cada día surgen nuevas cosas, un llamado para cada momento, solo es cuestión de saber de qué manera logro escuchar ese llamado y cómo debo actuar”, expresó mientras participaba en el Campadviento realizado hace unas semanas en el Seminario Conciliar.
Bien organizado
Para organizar su año, Alfonso inicia organizando su tiempos tomando como referencia su tiempo de escuela y conforme a ello, organiza sus otras ocupaciones como el servicio en la parroquia y su trabajo.
“Es ir acomodando poco a poco todas las actividades para que nada se empalme porque es muy estresante”, dijo al reconocer que este año que termina su relación personal consigo mismo y con su familia no fue del todo bueno.
“Al finalizar el año voltee a ver que hice este año, que me acercó a Dios, que cosas me alejaron, qué hice bien, qué hice mal. Me di cuenta que no tuve tiempo para mi familia, para mis amigos, ni para mí. Fue algo un poco difícil. Espero no volver a cometer esos mismos errores el año que llega”.
Aunque su descanso personal y la convivencia con su familia se vio muy dañada, sabe que no fue por cosas malas, al contrario, fue por una carga fuerte de clases y por el inicio de un nuevo grupo parroquial, sin embargo le queda claro que su primer servicio está en la familia.
“Mi propósito es balancear. Estoy reflexionando que puedo dejar para no volver a cometer los mismos errores”.
Mirando al futuro
Con 22 años de vida, Alfonso reconoció que pocas veces ha pensado en cómo será su vejez o cómo prepararse para ese momento, pues dijo, depende de lo que Dios le vaya pidiendo cada día.
“Aún no sé cómo será ese momento, pero estoy abierto a la voluntad de Dios. Quisiera en mi vejez seguir sirviendo, dando de mi para hacer la voluntad de Dios”, compartió.
Alfonso está consciente de que los jóvenes en la actualidad tienen una tentación muy grande de vivir en la pérdida de tiempo, por lo que invitó a los jóvenes a dedicar su tiempo a vivir de acuerdo a la voluntad de Dios.
“Los jóvenes se la pasan en el celular, en las redes sociales, hablando con personas a distancia sin verdaderamente estar con las personas cercanas, sin ayudar al hermano.
Estamos dejando pasar el tiempo sin hacer algo positivo por nosotros o por nuestros hermanos”.
“Los invito a preocuparse mas por el momento que están viviendo. Este es el momento que Dios nos manda para amar. No la vida que tengamos dentro de 20 años, sino la vida que tenemos hoy para amar y llevar a cabo la voluntad de Dios”, invitó.