Con información de Notidiócesis
Acompañado por miembros de su equipo, el director de la Casa del Migrante de la Diócesis de Ciudad Juárez, padre Francisco Javier Calvillo Salazar, encabezó dos días de actividades a favor de los migrantes, organizada por la Pastoral de la Movilidad Humana de la Arquidiócesis de Chihuahua, los pasados martes 27 y miércoles 28 de junio.
En un primer encuentro con laicos, efectuado en el centro pastoral de Nuestra Señora de la Soledad, el padre Calvillo dirigió la reflexión en torno al mensaje papal para la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado 2017, subrayando que son ya 103 años los que la Iglesia celebra esta Jornada para hacer conciencia en todo el mundo sobre la dramática situación que viven muchos pueblos, a fin de trabajar con mayor celo apostólico a favor de quienes, por distintas circunstancias, dejan sus lugares de origen.
Habló luego de la labor que la Iglesia realiza en Ciudad Juárez, que por ser frontera acoge a numerosos connacionales y extranjeros de todas edades. Relató casos trágicos en que los migrantes han sido maltratados por las autoridades, pues en Estados Unidos, sin importar si son menores los encierran en centros de detención:
«Parecen gallinas y pollos, y nadie puede hacer nada», describió sobre un centro ubicado en McAllen, Texas.
Igualmente denunció que la delincuencia organizada los secuestra, tortura, viola o simplemente los mata luego de utilizarlos como objeto sexual o para empaquetar o transportar droga, entre otra clase de vejaciones.
Ante los católicos comprometidos, abogados y profesionales de la jurisprudencia reunidos en la Casa de la Cultura Jurídica para una mesa-panel en que se abordó el tema de los derechos humanos, el sacerdote insistió en seguir trabajando para ayudar a estos hermanos que ven violados todos sus derechos por el simple hecho de ser extranjeros.
Conoció trabajo
Por otra parte, el padre Calvillo conoció la labor que realiza en Chihuahua la Pastoral de la Movilidad Humana, organismo eclesial que coordina la antropóloga Linda Flores Rodríguez y asesora el padre Marco Antonio Estrada Rojas, párroco del Santuario de Guadalupe en Ojinaga.
La Pastoral advirtió que el fenómeno migratorio vive momentos críticos, pues hace 3 años se veían de 10 a 15 migrantes diarios en la ciudad capital y ahora superan los 60, llegando incluso a arribar hasta 80 personas provenientes no sólo del resto del país o de Centroamérica, sino también venezolanos, cubanos, haitianos o africanos.
Y aunque la arquidiócesis no cuenta con una casa del migrante, a estas personas se les proporcionan alimentos, ropa, medicamentos y atención médica, y se trabaja en coordinación con las autoridades para construír un espacio adecuado para atender a estas personas en tránsito.
En este tenor, el padre Calvillo animó al equipo de la arquidiócesis a seguir trabajando sin desanimarse, pues «las obras son de Dios, Él las encabeza» y recomendó aprovechar todos los espacios públicos o políticos “para poder dejar la semillita”.
“Mientras más puertas tengas abiertas, a más corazones llegues, más podrás ayudar a los migrantes en todos aspectos», puntualizó. (Con información de Notidiócesis de Chihuahua)