El Instituto Bíblico San Jerónimo ofreció un espacio para compartir el método de la Lectio Divina, una forma de oración a través de la Palabra de Dios.
Ana María Ibarra
El Instituto Bíblico San Jerónimo ofreció un espacio para compartir el método de la Lectio Divina, una forma de oración a través de la Palabra de Dios. Este espacio tuvo lugar el pasado mes de diciembre a través de la plataforma Zoom, y se reflexionó el texto de Lucas 2, 6-19.
Escucharon al papa
Jorge Cervantes y Katy Méndez fueron los encargados de moderar, quienes dieron algunas recomendaciones para el momento en que se realiza la Lectio.
“Hay que dedicar un espacio propicio con una vela y la Biblia, tener un cuaderno especial para la lectio, dedicar un día específico a la semana. Se recomienda leer el evangelio del domingo siguiente para el momento de la misa ya llevar una reflexión”, explicaron los moderadores.
Jorge recordó que orar con la Biblia es un medio eficaz para alcanzar la santidad.
“Solemos hacer una oración que se vuelve un monólogo, que no dejamos que Dios nos hable. Este método es para tener un dialogo con el Señor”, dijo.
Los más de 80 participantes, según se vio en el número de conexiones, observaron un video del Papa Francisco donde expresó que la oración es la llave para un diálogo con el Padre y que, al leer un pequeño pasaje del evangelio, se escucha a Jesús.
“Orando cambiamos la realidad y también nuestro corazón. Recemos para que nuestra relación con Jesucristo se alimente de la palabra de Dios y de la oración”, fueron las palabras del papa en el video.
Una introducción
También participaron como guías en este ejercicio Víctor Pineda, Alba Corral, Luis Romero y Blanca Casillas, quienes motivaron a los participantes a realizar cada paso de la Lectio Divina.
La lectura estuvo a cargo de Víctor Pineda quien dio una introducción al texto mostrando las características del evangelio de San Lucas.
“En este primer paso nos preguntamos qué nos dice el texto, es decir, literalmente. Debemos entender y comprender, captar qué está sucediendo en el texto, los personajes, el lugar, el mensaje, enfocarse en una palabra o frase, leer y releer”, compartió Víctor.
Alba Corral guió el segundo paso, la meditación, con la pregunta ¿Qué me dice Dios con este texto?
“La palabra de Dios nos interpela, nos corrige, no debemos tener miedo de apropiarnos del texto. Podemos volver a leer detenidamente. Lo que primero fue una lectura de comprensión, comenzó a hablar de manera personal. Debemos descubrirnos en algún personaje”, expresó Alba.
Responder a Dios
El tercer paso de la lectio, explicó Luis Romero, es la oración mediante la cual el orante le responde a Dios según lo que ha leído y meditado.
“En la oración, vaya al encuentro personal de Dios en su interior. Dirija su alma a Dios y exprese sus sentimientos y reflexiones para que llegue el momento en que el alma pueda callar, escuchar y lo más importante, amar. Es el momento de cerrar los ojos y abrir el corazón”, compartió.
Blanca Casillas compartió el último paso: contemplación y acción, en el que, al igual que en los anteriores, se dieron algunos minutos para que los participantes realizaran la práctica.
“Con esa mirada de amor, de misericordia, volteo a ver mi vida, mis valores, mis pensamientos y metas. Me dejo contemplar. Ese momento que hemos contemplado ¿qué me dice de mi actitud? ¿Qué camino me invita a tomar? ¿Qué debo cambiar y mejorar?”, fueron las interrogantes a meditar.
“Siguiendo la enseñanza de Jesús, este paso me invita a contemplar a los demás, a los hermanos”, finalizó Blanca.
Para finalizar, Jorge y Katy motivaron a los asistentes a practicar la Lectio Divina y agradecieron a los guías.