Algunos párrocos o sacerdotes formadores ofrecieron las siguientes reflexiones y sugerencias para vivir las vacaciones del verano 2017, sin olvidarse de Dios.
Ana María Ibarra/ Claudia Iveth Robles
A unos días de que comience el período vacacional escolar, que permite a las familias disfrutar un merecido descanso de verano y de cambiar la rutina diaria con las prisas propias de la ciudad, sacerdotes de la diócesis comparten con nuestros lectores una serie de consejos para vivir este tiempo en sintonía con Dios.
Los sacerdotes consultados consideraron que las vacaciones son un tiempo en el que Dios da la oportunidad de aprender a estar con Él, con la familia y con uno mismo, tal y como explicó el padre Juan Manuel Orona.
Para el rector del Seminario, como cristianos debemos imitar a Dios, que siempre trabaja, pero que también sabe descansar para contemplar su obra (Gn 2).
“El descanso es una forma de imitar a Dios para contemplar la obra que hace en nuestra vida y nos recuerda que necesitamos recobrar las fuerzas físicas, mentales y del espíritu.
En el evangelio de san Marcos capítulo 6, versículos 30, Jesús recibe a sus discípulos después de la misión y los invita a descansar”, dijo.
Con estas consideraciones, algunos párrocos o formadores ofrecieron los siguientes consejos para vivir las vacaciones del verano 2017, sin olvidarse de Dios.
Pbro. Juan Manuel Orona/ Rector del Seminario
* Estar con Jesús: Podemos estar con el Señor sea en el templo, ante el Santísimo, en una capilla, ante una imagen de Jesús, de la Virgen María, de algún santo, o si vamos de camino, en la naturaleza, la arquitectura. Si vamos a tener la oportunidad de ir al mar, a la montaña, debemos contemplar la naturaleza y hacer una oración a Dios por sus obras que nos hablan de su belleza.
* Dedicar tiempo a nuestra familia: Platicar, convivir, tener actividades recreativas, ir al cine y que no sólo nos distraiga, sino que nos de material para platicar entre nosotros.
* Hacer una buena lectura: Leer alguna novela, algún libro de espiritualidad. El autor de “El regreso del Hijo Prodigo”, Henri Nouwen, tiene buenos libros. Tenemos el Libro de libros, la Biblia. Podemos leer los salmos, algún evangelio, las parábolas de Jesús.
* La oración y la eucaristía: Hay que tener claro que un cristiano no puede darle vacaciones a la oración ni a la Eucaristía.
* Ver una película: Les recomiendo “De dioses y hombres” narra la historia de unos monjes. Es un testimonio de cómo vivir la fe en medio de hermanos que tienen otra fe, otra cultura. “Hombre de familia”, narra la historia de un papá absorto por el trabajo y la enfermedad de su hijo le muestra la prioridad. “Cars 3” es una película que gusta a toda la familia.
- Ir de paseo: Los fronterizos tenemos la montaña Franklin, está un monasterio en Mesilla para tener contacto con la naturaleza.
Pbro. Jesús Apodaca/ Pearroco de María Reina del Universo
* Vivir momentos de reflexión: Las vacaciones es un tiempo bueno para reflexionar nuestra relación con Dios, pues vivimos a un ritmo muy acelerado que no nos damos tiempo para reflexionar sobre nuestra vida.
* Encuentro y convivencia familiar: En ocasiones son pocos los encuentros en la familia. Podemos ver una película juntos, disfrutar de juegos de mesa en familia, retomar algunas cosas que se han olvidado como el aseo del hogar, del patio.
* Leer: No somos asiduos a la lectura. Leer un libro que pueda iluminar la vida.
* No faltar a misa: El encuentro con el Señor es importante, es vital para nuestra vida, revitaliza nuestra amistad con Dios, le da un sentido alegre a la vida al caminar, al convivir con los demás.
* La oración: Un momento de oración en familia, un encuentro de la familia con Dios, santificar el descanso, pedirle que el encuentro y la convivencia sea sano, que se dejen los momentos de conflicto.
Pbro. Alejandro Martínez/ párroco de San Vicente de Paúl
Para estas vacaciones recomiendo la película “Un camino a casa” (Lion, A Long Way Home).
Es la historia de un hombre que se decide a buscar su casa materna después de pasar más de 20 años perdido, primero en su país natal, India, y después en Australia, donde fue dado en adopción a una buena familia.
La película, si bien no es de temática religiosa, podría recordarnos el anhelo siempre latente en el hombre de regresar a la casa del Padre; como lo afirmaba el gran san Agustín en sus Confesiones: “Nos hiciste, Señor, para ti, y nuestro corazón está inquieto, hasta que descanse en ti (I,1,1). Ojalá tengan la oportunidad de verla.
Pbro. Omar Gutiérrez/ Párroico de San Mateo
Para el padre Omar Gutiérrez, las vacaciones representan un tiempo precioso para la convivencia familiar, pues, dijo, es bueno aprovechar el descanso para hacer algo juntos, en familia, y no para alejarse de ella.
Como consejo el sacerdote recomendó buscar espacios familiares para la convivencia y compartir para, incluso, que los integrantes de la familia se sigan conociendo (sus personalidades, intereses, gustos, etcétera).
Algunas de las actividades que el sacerdote recomendó son, por ejemplo ir juntos al
cine, y platicar sobre la película; acudir a una alberca, organizar un día de campo y buscar otros espacios para visitar en familia, como algún museo.
Expresó que con estas actividades, los integrantes de la familia pueden ponerse en en sintonía, saber cómo se encuentra cada uno y buscar la unidad familiar.
“Acabamos de pasar la fiesta de La Santísima Trinidad y uno de los frutos que nos pide reflexionar esta solemnidad, es buscar la unidad», dijo el sacerdote.
Señaló que se están viviendo tiempos donde los integrantes de la familia no tienen tiempo para compartir, y hay días en que ni siquiera se ven, no coinciden en el hogar, por eso el sacerdote cree propicio que la familia aproveche las vacaciones para convivir.
“Hay que buscar un espacio común donde se pueda convivir, compartir…. a veces no nos soportamos como hermanos, pero aun así no podemos dejar a un lado el hecho de que todos debemos ser reflejo de Dios en medio de la convivencia como familia» puntualizó el sacerdote.
Pbro. Humberto Gurrola/ Vicario Jesús Príncipe de la Paz
El padre Humberto Gurrola invitó a los lectores de Periódico Presencia a que en estas vacaciones sigan leyéndolo, ya que, en lo personal le gusta recomendarlo por los buenos e interesantes artículos que publica, los cuales ayudan a crecer espiritualmente.
También recomiendo que se sigan alimentando con la Palabra de Dios, primeramente y también con libros que refuerzan nuestra fe.
Y no tomar cualquier libro, porque también sabemos que cada libro trae su propia ideología y pueden ser benéficos o dañinos, según como los tomemos. Por eso debemos procurar libros que aumenten nuestra fe.
Recomendó en especial la colección de libros “Vida de Santos”, que presenta, en forma breve las biografías de algunos santos. Igualmente sugiró que en vacaciones los fieles lean la Sagrada Escritura, que lean textos sobre la historia de la Iglesia o la historia de los papas para que conozcan su Iglesia.
“Recomiendo mucho la lectura, no dejar de leer, es una manera de relacionarse mejor con Dios y con los demás”, dijo.
Pbro. Alfonso García/ Pearroco de San Francisco de Asís
Por su parte el padre Alfonso García, invitó especialmente a los jóvenes, a que en estas vacaciones no se queden inactivos, encerrados en la casa, sino que salgan a practicar la caridad, y principalmente y a poner al servicio de la Iglesia las capacidades que Dios les ha dado.
Sugirió asistir a una comunidad parroquial cercana a donde viven, e investigar si hay actividades juveniles en las que puedan participar.
“Recomendaría a los jóvenes, buscar un grupo de amigos o invitar a los que ya tienen, para hacer una actividad social: visitar un asilo de ancianos, un orfanato. También pueden hacer una labor social en la colonia donde viven: limpiar una calle, limpiar un terreno baldío etcétera”, dijo el sacerdote.
Dijo que al hacereso, los jóvenes muestran su disponibilidad para hacer de la ciudad una casa más agradable. Invitó a los jóvenes a no perder el tiempo solamente viendo la televisión o los videojuegos, sino aprovecharlo para servir a los demás.
“Dice la Palabra de Dios: ‘Dios ama al que da con alegría’… si damos de nuestro tiempo y capacidades con alegría, Dios nos bendice abundantemente”, puntualizó.
Pbro. Amadeo Ruiz/ Párroco de Todos los Santos
Antes de compartir consejos para realizar en vacaciones, el padre Amadeo quiso, primeramente, advertir lo que no se debe hacer en vacaciones
“No debemos considerar que, por estar en vacaciones, los niños o jóvenes tienen derecho a dormir muy tarde ‘a fin que no tienen qué madrugar’. O levantarse más tarde; ‘a fin que no van a la escuela’”, dijo.
También pidió no dar por hecho que estar agusto es lo mismo que descansar.
“Hay que tener claro que el descanso viene después de trabajar. O más sencillo, a quien reclama descanso, sólo habrá de hacerle la pregunta: ¿descansar de qué?”, dijo.
Tras las aclaraciones, el padre Amadeo recordó que descansar es, no sólo un derecho, sino hasta un deber, por responsabilidad y por salud y que la persona en vacaciones debe asegurarse de que lo que hará, verdaderamente producirá descanso.
El sacerdote pidió observar las vacaciones como una oportunidad, para que los hijos estudiantes (porque son quienes están en vacaciones) realicen lo que durante el curso escolar no pueden hacer.
Citó como ejemplo que los hijos convivan con papá y mamá, aunque con los hijos en casa se incrementa el quehacer en el hogar.
A propósito de estas vacaciones, como espacio para la convivencia familiar, el padre Amadeo compartió el testimonio de una familia de su comunidad parroquial:
“Es una familia que vive en el territorio de nuestra parroquia; integrada por cinco hijos -cuatro hombres y una mujer- papá y mamá. En esa casa, todos los días se distribuyen los «quehaceres». Algunas veces que fui invitado a comer en la casa de esta familia, me quedé gratamente sorprendido, pues al llegar siempre era recibido con una cortesía que habla de una educación bella. Mientras una persona se quedaba atendiendo a la visita -lo digo así, porque no lo hacían sólo con el sacerdote-, los otros, en un hermoso equipo, terminaban de preparar la comida, mientras otros prepraban la mesa. Cuando todo estaba listo, todos nos sentábamos a comer y, muy reverente, alguno de los miembros de la familia, dirigía uuna oración de agradecimiento por los alimentos.
El primero que terminaba de comer, muy educadamente se disculpaba, porque se iba a levantar para recoger los platos desocupados, y el siguiente en levantarse, con un acto semejante, se dirgía a la cocina para lavar lo usado en la comida. Esto propiciaba que, al terminar de comer, aquel espacio quedara tan limpio y ordenado, que nadie que no hubiese estado ahí, diría que habíamos terminado de comer.
En un período de vacaciones abordé a la señora, que andaba haciendo una visita al Santísimo Sacramento en la parroquia y le pregunté: «Y ahora qué hacen en casa con tanto tiempo libre de cada uno de los hijos?. Me respondió: ‘Pues lo dirá de broma, pero, fíjese que pintamos la casa y aprovechando, reacomodamos los muebles. Estamos atendiendo el pequeño jardín y ya no tenemos más… y apenas vamos a la mitad de las vacaciones. Pero bueno, ya encontraremos en qué ocupar el tiempo”.
“Este testimonio me impactó”, dijo el sacerdote, quien por último sugirió que los hijos descansen estas vacaciones también de los juegos electrónicos, de la televisión ‘ y sus arrimadijos’.
“Y si quiere, hasta aprovecha los campamentos que se organizan en varios lugares. Pero que no sea por liberarse de los hijos, sino porque ahí les ofrecen elemnetos edificantes que no están al alcance de los papas”, concluyó.