En el marco del Año de la Misericordia, Voluntarias Vicentinas y otros grupos inspirados en San Vicente de Paúl cruzaron la Puerta Santa para ganar indulgencias.
Más de 300 personas de los diferentes grupos vicentinos, encabezados por las Voluntarias Vicentinas, realizaron una procesión con el Santísimo Sacramento el pasado 19 de septiembre para entrar por la Puerta Santa de la parroquia El Señor de la Misericordia y así ganar indulgencia plenaria.
Camino de misericordia
Con cantos y oraciones, la familia vicentina acompañada de familiares y amigos, salieron de la parroquia La Sagrada Familia rumbo a El Señor de la Misericordia como signo de recorrer el camino de la misericordia rumbo a la Puerta Santa.
Agradecidos con Dios por su amor, en cada momento de su trayecto los peregrinos bendijeron al Señor a quien llevaban al frente en el Santísimo Sacramento.
Al llegar al templo de El Señor de la Misericordia, la procesión se dispuso a entrar por la Puerta Santa, mientras el grupo de Voluntarias Vicentinas realizaba una valla para abrir el camino para la entrada del Santísimo.
Abrazados por Dios
Ya en el templo, el padre Armando Benavides, asesor de Voluntarias Vicentinas, presidió la celebración eucarística y se dijo alegre por el acontecimiento que en ese momento se vivía.
“Qué alegría estar esta tarde aquí. La peregrinación es un signo que simboliza la vida. Si no caminamos, no avanzamos y no llegaremos a nuestra meta. Estamos aquí para ganar la indulgencia. Atravesamos la Puerta Santa como un símbolo de que Dios nos perdona y de que somos recibidos abrazados por Dios”, dijo el sacerdote al inicio de la celebración.
En su homilía, el padre Armando reflexionó sobre el año de la misericordia que el Papa Francisco decretó inspirado por el Espíritu Santo, para que todo el pueblo de cristiano sea partícipe de la misericordia de Dios, pero también sea misericordioso como el Padre.
“Como Dios es bueno con nosotros, Él quiere que seamos buenos con los demás. El cristianismo es una fe que no se queda en la Iglesia, sino que debe salir a los demás. No ocultemos la gracia de Dios. Somos fruto del amor de Dios”, expresó el sacerdote.
Resaltó el compromiso vicentino de compartir el amor de Dios a los demás y felicitó a la familia vicentina de Ciudad Juárez “por su servicio, su alegría y por compartir con los demás el amor de Dios”.