Diana Adriano
El pasado 29 de junio, Ciudad Juárez fue testigo de una experiencia escénica conmovedora con la presentación de la obra Mi Cristo Roto, a cargo del reconocido actor y escritor Alberto Mayagoitia. La puesta en escena se ofreció en dos funciones que reunieron a decenas de personas deseosas de vivir una reflexión profunda a través del arte.

En entrevista con Presencia, Alberto Mayagoitia compartió que lleva más de dos décadas presentando esta obra.
“Ha sido una experiencia muy enriquecedora en todos aspectos: en lo personal, en lo artístico, en lo cultural, en lo espiritual y en lo evangelizador. La obra me ha dejado un sinfín de satisfacciones personales”.
Recordó que originalmente buscaba grabar un disco de poemas y monólogos clásicos como “El brindis del bohemio” o “La chacha Micaila”. Sin embargo, el destino le tenía preparado otro camino.
“Me encontré con el disco de Mi Cristo Roto, un ejemplar que ya conocía desde mi niñez. Lo escuché nuevamente y me cautivó. Decidí que ese sería mi regalo de cumpleaños número 33: grabar el disco de Mi Cristo Roto. Y así lo hice, olvidándome de los otros poemas.”
Con el disco grabado, surgió la idea de llevar la obra al teatro, inicialmente como un monólogo para un solo actor.
“La hice con la intención de llevarme todo el lucimiento, el crédito, el aplauso… en la manera más egoísta que te puedas imaginar”, expresó entre risas. Sin embargo, la respuesta del público cambió el rumbo de todo. La emotiva reacción de las audiencias, que con frecuencia aplaudían de pie, lo llevó a darle un nuevo sentido a la obra.
Así, “Mi Cristo Roto” se convirtió en una herramienta evangelizadora y solidaria, pues se logró crear un sistema en el que también pudiera ser un apoyo económico para instituciones que promueven valores, fe y acción social.
Teatro evangelizador
Al ser cuestionado sobre cómo lo ha marcado representar esta obra durante tantos años, Mayagoitia fue honesto al compartir:
“Yo decía: yo soy actor, y cada quien recibe el mensaje como quiera. Pero con los años, me fui convenciendo y hoy lo puedo decir con toda certeza: estamos haciendo teatro evangelizador”.
Aunque no ha vivido una experiencia personal con un Cristo roto como las que muchas personas le comparten después de las funciones, explicó que los Cristos que utiliza en escena fueron creados especialmente para la obra. Sin embargo, reflexiona que el verdadero mensaje está en el símbolo:
“Yo he comprendido que todos somos Cristos rotos. Dios nos hizo imperfectos porque quiere que busquemos la perfección a través de Él. Todos estamos llamados a la restauración, a restaurarnos los unos a los otros. Ese es el llamado del Restaurador por excelencia: Jesucristo”, acotó.
Uno de los testimonios que más lo marcó fue durante las primeras funciones en la Catedral de la Ciudad de México, cuando un hombre en la segunda fila comenzó a llorar profundamente:
“No supe qué le pasaba, pero la obra claramente le hablaba. Tal vez, en ese momento, hizo las paces con Dios. Tal vez comprendió lo que le pasó. Ese es el poder del teatro, y es una responsabilidad muy seria”, contó.
Agradecido con Juárez
Agradecido con la calidez del público de Ciudad Juárez, que ha visitado en diversas ocasiones, el actor dijo:
“Nos han recibido muy bien, por eso nos siguen invitando. Es una bendición saber que la obra toca corazones”.
Y finalmente pidió: “Sigamos orando por México, por Estados Unidos, por nuestro papa, y por todas las vidas inocentes que se pierden en los conflictos armados del mundo”.


































































