En entrevista a Periódico Presencia, la reclusa que hablará ante el Papa Francisco en su visita al Cereso de Ciudad Juárez explica cómo elaboró su discurso y agradece que el Papa se acuerde de los presos… Évila nació el mismo día que el Santo Padre, 17 de diciembre…
Claudia Ivonne Sánchez/ colaboración especial para Presencia
Hace cinco años, Evila Quintana Molina años era empleada de un banco, estudiante universitaria y madre de una niña, Camila. Pero su vida dio un drástico giro y de pronto se encontró en el Cereso Femenil. Sin embargo, lo que se convirtió en un momento oscuro, hoy le ofreció lo mejor de la luz: ella será la encargada de hablarle al Papa Francisco durante su visita al penal estatal en Ciudad Juárez.
Recluída en el área femenil del Cereso, que el pasado martes recibió a Periódico Presencia, Evila compartió con este semanario su sentir respecto a tan especial deferencia.
Una bendición inesperada
Vestida de gris, con el uniforme del centro penitenciario, la mujer de 34 años llegó con una sonrisa en el rostro y sin problemas habló de su vida y de lo que representa oportunidad de hablarle al Santo Padre Francisco el próximo miércoles 17 de febrero.
Evila calificó su selección como algo inesperado y una bendición. Recordó que hubo una audición y ella fue una de las últimas en audicionar.
“Yo estaba trabajando en la tienda cuando me hablaron, pensé: ‘¿ahora qué pasó?’… porque a menos de que pidas una audiencia, te hablan. Me presenté y la licenciada Silveira me dijo que si leía un párrafo que hablaba de la tortura. Pensé que se trataba del protocolo de Estambul”, dijo.
Horas después le avisaron que era la elegida y en ese momento creyó que sólo sería la lectora de un discurso que le entregarían las autoridades carcelarias; luego le avisaron que también tendría que preparar las palabras para el Papa Francisco.
“Cuando me dicen tienes que decirle cómo fue tu entrada, estancia, tu sentir como mamá, cómo lo vives, cómo te sientes, qué es una visita para ti; me dieron tres temas a tocar y yo tenía que desarrollarlos, y yo decía, ¿cómo encuentro una afinidad con alguien que vive en santidad?” reconoció.
En ese momento me sentía identificada con los apóstoles Pedro y Pablo, pues ambos estuvieron en la cárcel, sonrió.
Un gran reto
Su reto era encontrar un punto en común para escribir y hablar en sus palabras. Además no podía tardar tanto en la elaboración, pues el texto tenía que ser revisado y verificado por las autoridades, para definir su extensión en tiempo.
Evila recordó que cuando fue detenida, antes de llegar al penal en Juárez fue arraigada tres meses en la Ciudad de México. Allá lo único que podían hacer era leer la Biblia por horas.
“Recordé un versículo que decía que tienes que hablar con los presos, como si estuvieras con ellos en la cárcel, yo creo que en eso baso el discurso, en su gira de misionero de misericordia, (del papa)… él está emulando los pasos de Cristo, él trata de estar con todas las personas que tienen una necesidad espiritual”, comentó.
Para la interna, visitar a una persona en la cárcel no se trata sólo de preguntarle qué se te ofrece, qué necesitas, porque “ no sólo necesitamos cuestiones como shampoo o cosas materiales, que pasan a un segundo plano”, reflexionó.
“Una llamada telefónica o que ocasionalmente te pregunten cómo estas, esas cosas son importantes”, destacó.
Con poco tiempo y muchos nervios, Evila reconoce que se bloqueó y no podía empezar a escribir, pues tenía que encontrar un punto en común con el Santo Padre. Entonces (aunque por teléfono) le llegó la ayuda de su hija.
“Mi hija me dijo: tú y el Papa nacieron el mismo día, (17 diciembre) y buscaba puntos en que pudiéramos coincidir”, compartió sobre la niña que ese día estará con su madre para acompañarla en momento tan importante y a quien ha cuidado lo más posible desde su reclusión.
“Lo que protejo es a mi hija, porque los niños son muy crueles y no quiero que le vayan a decir que su mamá está en la cárcel, que vayan a dañar su infancia”, dijo en referencia a que cuando supo que hablaría ante el Papa Francisco, no lo comentó con nadie.
“Trate de tenerlo lo mas guardado que pude”, dijo, aunque explicó que lo comentó con su hija y le pidió su opinión.
“Claro mami, no me va a dar vergüenza, es más yo quiero estar contigo, me dijo”, compartió Evila.
Tres días, cinco minutos
Evila recordó que cuando le avisaron que ella hablaría ante el Papa Francisco, le preguntaba a la persona que le notificó: ‘¿usted cree realmente que yo merezco esto?, porque realmente yo soy pecadora y el pararme en un lugar público y ofrecerle una palabras, yo creo que es una responsabilidad muy fuerte y soy pecadora de verdad”…
“Y él me contestó, es que no te elegí yo, te eligió Dios”.
Esas palabras impulsaron a Evila a continuar. Y cuando tenía sólo un texto de dos minutos, de pronto comenzó a escribir más y más; incluso cree que su texto superó los cinco minutos programados para su intervención.
Evila tardó tres días en terminar de escribir su discurso.
“Me preguntaron en qué me inspire, y respondí: en cinco años de estar aquí”.
La interna reconoce que está muy emocionada con su intervención, sin embargo le pidieron desensibilizarse de lo que va a leer, pues no quieren que durante la lectura se le quiebre la voz o vaya a romper en llanto.
A pesar de ser extrovertida, la oradora admite que nunca ha hablado en público y mucho menos ante tanta gente. Se estima que en este evento participarán 800 internos entre hombres y mujeres, además de unos 300 invitados entre familiares de los reos, empleados y funcionarios.
Un discurso que la acerca a su Iglesia
Evila explicó que su discurso es muy general, pues ella debe ser la voz de hombres y mujeres y hablar de la vida en prisión, aunque también hablará de sentimientos personales, sobre todo de las visitas de su hija cada 15 días.
Evila comentó que su intervención no cambia su relación con Dios, de quien siempre se ha considerado consentida, a pesar de que reconoce que no es una ferviente católica que acuda a misa cada domingo.
“Dios siempre está conmigo, esto es parte de volver a acercarme a su Iglesia, de volver. Soy parte de su pueblo, entonces Él funge como un pastor que empieza a juntar a sus ovejitas para volverlas a encaminar… somos parte del pueblo de Dios, somos parte de la sociedad, nos falta un lapso para reincorporarnos a la sociedad, pero no estamos fuera del pueblo de Dios”, reflexionó.
Su pasado
Evila compartió que antes de entrar a la cárcel, se dedicaba de tiempo completo a su hija Camila, de ocho años. De la acusación que la mantiene recluída se reservó los detalles, pues aun se encuentra en proceso legal, aunque dijo que es acusada del delito “operación con recursos de procedencia ilícita”.
Compartió que en el primer juicio le dieron 7 años de sentencia, sin embargo un amparo le dio la oportunidad de anular el proceso que consideró lleno de irregularidades, y tiempo para presentar más pruebas.
De abogados no quiso hablar y no es que haya perdido la fe en ellos, pero hoy cree que tiene un Dios de justicia que será quien determine el tiempo que ella estará en el penal.
Sin embargo, siente que el tramo más difícil ya lo pasó, “ahora sólo me queda esperar”.
Refirió que la entrada al penal fue pisar un terreno muy hostil. Nunca había estado en la cárcel, ni siquiera de visita y nunca había tenido siquiera una infracción de tránsito.
Fue una etapa muy difícil que ya ha logrado superar, sobre todo por su hija.
“Mi hijita ve esto como (hace pausa)… yo le pregunto que si se avergüenza de mí y me dice que no, que jamás lo haría, que al contrario que soy una mujer muy valiente” aseguró.
Emocionante para todas
Llena de emoción, la interna que hablará al Papa Francisco en el penal estatal de Ciudad Juárez concluye diciendo que la visita del Santo Padre ayudará mucho no sólo a la población penitenciaria, sino a toda la gente de Juárez.
“Para México, para Juárez como frontera, que ha sido un territorio muy dañado por la violencia, por eso que hay tantas cosas que han afectado a nuestra ciudad y creo que él viene a traer un mensaje de paz”, expuso.
La entrevistada dijo que en el área femenil del penal todas las internas están muy motivadas, aunque desafortunadamente no todas podrán estar en el evento, por la tipificación de su delito, y “hay que admitir que algunas están sentidas”, reconoció.
Para Evila, la visita del Papa Francisco al penal hace sentir a los internos que alguien los toma en cuenta, porque en la cárcel, los presos sienten que afuera la gente los ha olvidado.
“Saber que el Papa se ha acordado de nosotros y que ha pensando en nosotros para traernos la presencia de Dios es emocionante para todas”, concluyó.