Diana Adriano
En un ambiente de serena reflexión, los jóvenes seminaristas del curso de Filosofía se sumergieron en intensos Ejercicios Espirituales del 7 al 12 de enero, bajo la tutela del padre Luis Rubén de la Torre, de la Arquidiócesis de Durango.
Los futuros sacerdotes exploraron su espiritualidad en la tranquilidad de la Casa de Jesús, marcando un período profundo de introspección en su camino hacia el sacerdocio.
Catequesis mistagógica
La catequesis mistagógica propuesta por el padre De la Torre implicó una inmersión profunda en el Misterio Pascual a través de los sacramentos fundamentales de la iniciación cristiana.
El padre destacó la importancia de hacer conscientes a los jóvenes seminaristas sobre el significado profundo de los sacramentos del Bautismo, la Eucaristía y la Confirmación, invitándolos a explorar la riqueza espiritual que encierran.
“Al profundizar en esta catequesis se pretende que los seminaristas no solo adquieran conocimientos teóricos, sino que también internalicen y vivan de manera más plena los misterios que estos sacramentos representan”, señaló.
Se refirió a la disposición de los seminaristas para aprender con admiración sobre el misterio pascual y los sacramentos, que llevan a los fieles a Cristo y que “siempre serán un gran misterio», aunque, añadió: “es algo que podemos vivir y experimentar cada uno de nosotros”.
Tiempo con Cristo
Por otra parte, el sacerdote reflexionó sobre la importancia de tener tiempo con Cristo y sobre cómo estos encuentros son de beneficio para los seminaristas.
«Son una parte esencial de nuestro desarrollo espiritual” dijo, pues “definen muchos aspectos de nuestra vida”.
El guía invitado también hizo hincapié en el reconocimiento de la propia historia de manera tanto positiva como negativa, lo cual permite reflexionar sobre la propia trayectoria personal, y los retos que se enfrentan.
Finalmente, subrayó a los seminaristas la necesidad de enfrentarse a la propia historia, sanar y promover una vida con Cristo.
Introductorio en la Sierra
El retiro para el grupo de seminaristas del Curso Introductorio estuvo a cargo del padre Eduardo Mendoza, quien salió con los jóvenes a la comunidad San Francisco Javier en el municipio de Temosachic, donde fueron recibidos por el padre Francisco Hernández.
“Empezamos con hora santa la noche que llegamos. La temática fue el mensaje de la Virgen de Fátima; desde el mensaje del Ángel de la Paz, meditamos qué nos deja para nuestra vida”, compartió el sacerdote.
Añadió que se reflexionaron temas como: la importancia de la oración, la oración de reparación, el Purgatorio, el Cielo y el Infierno; la comunión reparadora, el rosario diario, el Inmaculado Corazón de María y la devoción del primer sábado de mes; entre otros.
“Tuvimos Hora Santa, rezo del Rosario, Eucaristía, lectio divina, rezo de la Coronilla y liturgia de las horas diariamente”, compartió.
A pesar de las bajas temperaturas, que llegaron a los 14 grados centígrados bajo cero durante la madrugada y mañana, el padre Eduardo señaló que los jóvenes estuvieron dispuestos y contentos en todo momento.