Con gran tristeza y conmoción, la comunidad de la Diócesis de Ciudad Juárez recibió la noticia de la muerte de María Eugenia Ávila García, asistente de la Tesorería Diocesana.
Su alma fue presentada ante el Señor en una misa de exequias que celebró el pasado miércoles 7 de octubre el obispo don José Guadalupe Torres Campos en la Capilla Cristo de la Esperanza, de Mausoleo Luz Eterna.
Maru, como era conocida en el Obispado, falleció el lunes por la mañana. Tenía 40 años de edad. La noticia conmovió al presbiterio y a todos los colaboradores del gobierno eclesiástico de la Diócesis de Ciudad Juárez, quienes se unieron a las plegarias para pedir consuelo para los padres de Maru, Ignacio Ávila y Florencia García, así como para su hermana Gabriela
Ávila, quien también colabora en el obispado como asistente de la Vicaría de Pastoral. En la misa de cuerpo presente, el obispo recordó que Maru fue una excelente compañera de trabajo y un gran ser humano.
“Dios nos ama a cada uno, Dios ama a Maru, la ha amado…Por sus obras, sus frutos permanece, se queda enmedio de nosotros, pero el Señor la recibe, pues los justos descansan de él”, dijo el Obispo en la homilía, para describir los grandes frutos que cosechó Maru con su vida, animando a muchos a seguir el camino de Cristo.
Ante la presencia de cientos de fieles que se dieron cita en la misa de despedida, así como de decenas de sacerdotes que acompañaron a la familia de Maru en tan difícil momento, también ofreció un mensaje el padre Alfredo Rohana, tesorero diocesano, quien fue jefe de Maru.
“Si entrar al cielo fuera por democracia, ella contaría con mi voto… Lo que quiero compartir es que estamos despidiendo a un gran ser humano, se los digo con el corazón”, expresó.
Maru Avila laboró durante 14 años en la oficina de la Tesorería Diocesana, desde donde atendió asuntos de la economía diocesana siempre con un espíritu alegre y muy servicial.
Perteneció durante muchos años al Movimiento Cursillos de Cristiandad, donde colaboró de cerca en la organización de diversos eventos, entre ellos una Ultreya Nacional realizada en Ciudad Juárez.
También colaboró activamente en el SESEDI (Secretarias al Servicio de la Diócesis SESEDI) organismo que promueve la formación y capacitación del personal administrativo de parroquias y otros entes de la Iglesia católica en Ciudad Juárez.
Al final de la misa, los fieles despidieron a Maru entre aplausos y llanto, y aunque con una gran tristeza, con la confianza en que ella goza de la presencia de Dios.