Ana María Ibarra
Bernardo Tejeda Montes y Brian de Haro de León, de primero de Teología, así como Jorge Aguirre Carbonell, de segundo de teología, fueron instituidos dentro del ministerio del lectorado el pasado 25 de abril por monseñor J. Guadalupe Torres Campos, obispo de la diócesis.
Servidores a la mies
Fue en la capilla central del Seminario Diocesano de Ciudad Juárez, donde se congregaron familiares y amigos de los tres seminaristas para participar en tan especial celebración eucarística.
Al inicio de la celebración, los jóvenes permanecieron junto a su familia y al momento en que el rector del Seminario los nombró, estos subieron a tomar un lugar en el presbiterio, contentos por avanzar a una etapa más en su formación
Monseñor Torres Campos dirigió su homilía haciendo una reflexión sobre la liturgia de ese día y resaltando el acontecimiento de esa tarde: “Rueguen al Señor que envíe trabajadores a su mies”.
“En esta fiesta de San Marcos Evangelista, que escribe un maravilloso evangelio, estamos llamados a conocer, amar y predicar a Jesús. Esta tarde, a mí, obispo, a ustedes, sacerdotes, papás, seminaristas, en especial a Jorge, Bernardo y Brian, los invita el Señor: vayan a predicar el evangelio por todo el mundo”, expresó.
Nueva misión
Señaló que el lector recibe la Palabra y da testimonio de ella con la vida en la familia, en la convivencia, con los amigos.
Asimismo, los invitó a recibir con amor y abrazar la escritura. Leer, meditar y anunciar la Palabra inspirados con el Espíritu Santo.
“Que la Palabra de Dios sea cada vez más viva y eficaz en ustedes. Es importante, queridos hermanos Brian, Jorge y Bernardo, que sean conscientes del ministerio que hoy van a recibir. Sean humildes, sencillos, pobres de espíritu como Jesús. Dispongan su corazón a la obediencia. Estén alertas y vigilantes. Orar y, unidos a Cristo, dar testimonio”, les dijo.
Finalmente, el obispo los motivó a seguir perseverantes en su formación y, después de su homilía, los instituyó como lectores.
Instituídos
El obispo hizo la oración sobre ellos, quienes estuvieron de rodillas para ese momento.
“Concédeles que, meditando asiduamente tu Palabra, transformados por ella la anuncien con fidelidad a sus hermanos”.
El obispo entregó el libro de la Sagrada Escritura a cada uno de los seminaristas con la encomienda de transmitir fielmente la Palabra de Dios para que sea más viva y eficaz en el corazón de los hombres.
Con ese sencillo, pero importante rito, los jóvenes quedaron listos para asistir al obispo en las celebraciones que les sean encomendadas, como lo hicieron el domingo 28 de abril en la celebración de admisión a las Ordenes Sagradas de su compañero Joel Eduardo Chairez Flores.
Al concluir la celebración, el padre rector agradeció al obispo su presencia.