Lectio Divina correspondiente al 04 de junio de 2023, Solemnidad de La Santísima Trinidad…Reflexión y acción de la Palabra de Dios, con la guía de integrantes del Instituto Bíblico san Jerónimo…
Samuel Pérez/ IBSJ
- Lectura: ¿Qué dice el texto?
Juan 3, 16-18.
Tanto amó Dios al mundo que le dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Dios no envió su Hijo al mundo para condenarlo, sino para salvarlo por medio de él. El que cree en él no será condenado; por el contrario, ya está condenado, por no haber creído en el Hijo único de Dios. (Texto tomado de la Biblia de América)
Después de haber leído el evangelio, hagámonos las siguientes preguntas para una mejor comprensión del texto:
Por su inmensurable amor ¿que hizo Dios Padre?
¿Qué sucederá con quién crea en él?
¿Cuál es la razón por la que Dios envió a su Hijo?
¿Quiénes son los que ya están condenados?
Breve Estudio Bíblico
“Tanto amó Dios al mundo que le dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna”, esta hermosa frase salida de los labios de Jesús ha sido repetida durante muchos siglos por la Iglesia; es un testimonio del amor inmensurable de Dios por el hombre. De igual manera, la primera lectura presenta una de las frases más hermosas del Antiguo Testamento dadas por Dios en la revelación que hace a Moisés en la montaña del Sinaí: “Yo soy el Señor, el Señor Dios, compasivo y clemente, paciente, misericordioso y fiel”. Es el misterio de la Santísima Trinidad que se nos revela, nos llama a la fe y se hace presente en la Iglesia tal como lo expresa el hermoso saludo de san Pablo a la comunidad de Corinto: “La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo, estén siempre con ustedes” (segunda lectura).
El Evangelio en palabras de san Juan reporta la escena del encuentro de Jesús con Nicodemo, ese hombre que se abre de una forma temerosa a la fe, pues incluso va y lo busca de noche para un diálogo que se convierte en un camino de fe. Las respuestas de Jesús no se hacen esperar y en una tras otra frase, llenas de profundo significado, le exigen un acto de apertura y fe que culmina entendiendo lo que le ha sido revelado. Es la luz que lo lleva a trascender en su vida, creer. Al igual que con Nicodemo, la presencia de la Santísima Trinidad obra en la vida de toda persona: el Padre en su inmensurable amor y misericordia, el Hijo en su sacrificio redentor que da acceso a la salvación y al Padre, y el Espíritu Santo quien suscita, aclara y fortalece la fe otorgando sus dones para lograr alcanzar la vida eterna. Esto nos revela y hace partícipes de la naturaleza intrínseca de Dios, el amor.
- Meditación: ¿Qué me dice Dios en el texto?
Para profundizar en el Evangelio contestémonos a nosotros mismos, con sinceridad, las siguientes preguntas:
“Tanto amó Dios al mundo que le dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna”. ¿Qué te dice esto? ¿Qué implica el creer en ello?
Al igual que Nicodemo, ¿me doy tiempo para encontrarme con Dios y dialogar por medio de la oración y la lectura de la Sagrada Escritura?
¿Estás interesado en la vida eterna con Dios? ¿Crees que como vives puedes lograr alcanzarla? ¿Le pides al Espíritu Santo luz y discernimiento para suscitar, aclarar y fortalecer tu fe?
Al persignarnos, nos consagramos al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo. ¿Eres consciente que ello te hace partícipe de su divinidad y de su naturaleza intrínseca que es el amor? ¿Cómo lo vives?
¿Cómo das testimonio de ello con tu vida?
- Oración: ¿Qué le digo a Dios?
Santísima Trinidad,
Tú que eres, das y te repartes,
infunde en la humanidad la naturaleza de tu amor
y así lograr el vernos como verdaderos hermanos.
Padre misericordioso y fiel,
que enviaste al mundo a tu Hijo Unigénito
y has querido que tu Espíritu sea fuente de amor y unidad,
fortalece la fe de tu Iglesia y reanima en ella su tarea evangelizadora
para que todo hombre crea, te adore y espere.
Amén.
- Contemplación:
Para intensificar la contemplación repitamos varias veces un versículo de la Sagrada Escritura durante la semana para que alimente nuestra fe:
«Bendito seas para siempre, Señor» (Daniel 3).
- Acción: ¿A qué me comprometo con Dios?
En el Domingo de la Solemnidad de la Santísima Trinidad se nos revela su naturaleza intrínseca que es el amor. También nos hace un llamado a creer, esto exige el vivir desde Dios, amar desde Dios. ¿Amas con tus acciones?
Propuesta: Vive ese amor de Dios que es compasivo y clemente, paciente, misericordioso y fiel. Vívelo en esos momentos de intimidad en la oración, en la lectura de la Sagrada Escritura, en la participación de la Sagrada Misa y en el servicio a nuestros hermanos. En ti hay amor porque está Dios, da un poco de ese amor en una sonrisa, un saludo, una llamada… pues a cada persona que le des ese gesto de amor, le puedes cambiar el día o la vida cambiando la tuya. Vivamos desde Dios.
Primera Lectura: Éxodo 34, 4-6. 8-9
Daniel 3
Segunda Lectura: 2 Corintios 13, 11-13
Color: Blanco