Mons. J. Guadalupe Torres Campos/ Obispo de Ciudad Juárez
Les saludo con mucho amor de padre y pastor deseando estén bien todos en la diócesis.
Hoy es domingo de Pentecostés, una solemnidad preciosa. Hemos celebrado 50 días de Pascua que culminan hoy domingo de Pentecostés.
El evangelio de san Juan une el acontecimiento de la Resurrección con Pentecostés como si fuera un solo momento, y es muy significativo
San Juan comienza: ‘Al anochecer del día de la Resurrección… Jesús resucitado se presenta con los discípulos. Estaban a puerta cerrada por miedo a los judíos…
Dos cosas que hay que reflexionar: a puerta cerrada y con miedo. Pero Jesús rompe con eso: murió, pero resucitó, rompe la oscuridad, las tinieblas, la esclavitud, nos libera, nos redime, nos salva con su muerte y Resurrección. Nada de puertas cerradas ¡Puertas abiertas! ¡Vengan todos, vamos todos a evangelizar con la confianza en el Señor!
Los saludo Jesús dos veces: ‘La Paz esté con ustedes’ su presencia nos da la paz y significa el amor, vida, tranquilidad, confianza.
Es el saludo del Resucitado, saludo litúrgico que el sacerdote da en toda celebración “la paz esté con ustedes” ‘Y con tu espíritu”, contestamos. Con esa unión de vida, amor, alegría y gozo por el saludo de Cristo, recibimos su paz que nos fortalece.
Acto seguido les mostró las manos y el costado: aquí estoy, por si hay alguna duda, soy yo, estoy vivo, miren mis manos, mi costado, tóquenme. Los discípulos se llenaron de alegría. Antes tenían miedo, la puerta cerrada, pero una vez el encuentro con Jesús, llegó la alegría, la fe. Así es el encuentro con Cristo resucitado: es alegría. Por eso litúrgicamente en todo sentido se nos invita vivir una fe gozosa, la alegría litúrgica de la presencia de Jesús y esa paz que nos trae el resucitado.
Tercer momento
Luego les dice: Así como el padre me ha enviado, así los envío yo. Hace ocho días nos dijo: ‘Vayan por todo el mundo y bauticen a todos’, hoy dice esto y hay que asumir que el Señor nos envía y no nos envía desarmados, a la buena de Dios, porque enseguida la lectura dice: sopló sobre ellos y dijo, reciban el Espíritu Santo.
Así en toda celebración, cuando confirmo, en Pentecostés, el obispo o sacerdote extiende sus manos y dice ‘reciban al Espíritu Santo’ … les doy el poder extraordinario que está por encima de cualquier otro.
Este texto es muy importante los invito a que cada frase la medites, la reflexiones y aplícalo a tu vida, a la Iglesia, a la parroquia. Jesús me saluda, me da la paz, me da confianza, alegría, gozo y me envía.
Hechos de los apóstoles en la primera lectura narra ese momento en otro sentido: El día de Pentecostés los discípulos estaban reunidos y cita los signos que vienen: el ruido del viento y que aparecieron lenguas de fuego, se distribuyeron y se posaron sobre ellos, esos signos extraños.
Dice ‘Se llenaron del Espíritu Santo’, ¡Qué expresión tan hermosa! Hoy también sintamos esa fuerza y poder del Espíritu Santo, el fuego, el soplo.
Dios, Cristo sigue soplando, infundiendo en nosotros su Espíritu. Hoy podemos decir que todos nos llenamos del Espíritu Santo. Enseguida dice que empezaron a hablar otros idiomas, a testimoniar, agarraron confianza, ya no tuvieron miedo, fueron y predicaron, y toda la gente admirada, contenta percibía a la gente que acudió en masa, estaban desconcertados, llenos de admiración.
Vivir con el Espíritu
Cuando los cristianos vivimos conforme al Espíritu Santo se siente, esta persona está llena del Espíritu Santo porque vive bien, es apostólica, humilde, ayuda al necesitado y eso nos causa admiración y nos motiva. Así pasó entonces, y hoy también.
En esta fiesta de Pentecostés demos testimonio con la palabra, con las obras, celebrando nuestra fe, predicando de muchas maneras; demos testimonio para contagiar a otros hermanos, que se fortalezcan; a los alejados, que vuelvan; a los que no creen, que crean; es el testimonio que estamos llamados a dar tú y yo en Pentecostés y toda la vida, porque el Señor se derrama en todos.
Es la fiesta de Pentecostés, hermosa, ¡Vivámosla!, pero no solamente hoy, sino que vivamos siempre en la presencia del Espíritu Santo, vivamos un permanente Pentecostés. Vivir nuestra fe, llamar a Jesús nuestro Señor, seamos disponibles a la acción del Espíritu Santo.
¡Feliz día de Pentecostés para todos! La bendición de Dios Todopoderoso permanezca siempre con ustedes. Un abrazo, los quiero mucho.