El Centro de Atención a la Mujer Juarense ha trabajado durante 14 años y logrado que 97 por ciento de las mujeres decididas a abortar, opten finalmente por la vida…
Ana María Ibarra
A 14 años de haber iniciado su labor, primero como grupo apostólico y luego como asociación civil, el Centro de Atención a la Mujer Juarense (CAMJ) registró 4 mil 142 niños salvados del aborto hasta el pasado viernes 24 de febrero.
Enmedio de los grandes retos que implica enfrentarse a una mujer decidida a practicarse un aborto, los integrantes del CAMJ ven estas cifras como una gran bendición para Ciudad Juárez, en el camino en que Dios los ha puesto y guiado.
Felicidad en los retos
El CAMJ comenzó a trabajar en mayo del 2003, pero en el 2004, a petición del entonces obispo diocesano, don Renato Ascencio León, el centro se registró como Asociación Civil.
Blanca Aranda, directora del CAMJ, compartió que estos años han sido de grandes retos, pues es el simple hecho de estar frente a una mujer decidida a deshacerse de su bebé, ya es un gran desafío. Pero la buena noticia es que el 97% de las mujeres que llegan al centro, deciden salvar a su bebé.
“Estar frente a una mujer que desea abortar es un reto, no sabemos con qué nos vamos a topar. Aunque hacemos un programa de trabajo siempre existen cosas diferentes y es Dios quien nos va guiando”, dijo Blanca.
Aunque lamenta que un 3 por ciento de las mujeres decidan finalmente abortar, Blanca afirma que haber salvado a más de cuatro mil niños es una gran bendición.
“Todos esos bebes no iban a estar aquí, es una felicidad contemplar a esas mujeres con sus hijos. Esto es por gracia de Dios nosotros solo somos un instrumento. No tenemos recursos para la publicidad y esas mujeres llegan aquí porque Dios las trae”, expresó convencida.
Lucha espiritual
Consciente del dolor que las mujeres experimentan al llegar al CAMJ, Blanca compartió que esa lucha que ellas traen también es una lucha para las voluntarias que las atienden, y sólo de la mano de Dios pueden salir triunfantes.
“Existen muchos obstáculos para que ellas se queden con sus bebés, vienen con situaciones muy fuertes. Estos años han sido de una gran lucha espiritual, que si no tuviéramos nuestra fe fuerte no pondríamos enfrentarla, pues de todos lados estamos bombardeados”, expresó la entrevistada.
Pero en esta lucha los voluntarios y beneficiarias del CAMJ no están solos. Cuentan con el acompañamiento espiritual del padre Eduardo Hayen, capellán del centro, y el padre Benjamín Cadena, asesor de ética.
“Nuestro obispo también está al pendiente y los sacerdotes siempre están disponibles, están muy sensibilizados con esta causa”, dijo Blanca.
Buscan apoyo
El CAMJ apoya a las mujeres que llegan al centro durante su embarazo y hasta los dos años del bebé, por lo que requieren del apoyo de la comunidad para sustentar la obra con el gasto operativo y el apoyo a las mujeres beneficiarias.
“En la época de la violencia varios de nuestros bienhechores se fueron de la ciudad. Necesitamos artículos de oficina para el trabajo administrativo, despensa, ropa y artículos para bebé”, expuso.
Dijo que también necesitan profesionistas que quieran hacer voluntariado, especialmente en psicología, trabajo social, pediatría y ginecología.
“Debemos de trabajar mucho en la defensa de la vida, con el aborto se daña a la mujer y se daña a la familia. Somos imagen y semejanza de Dios. Los niños tienen un alma que pertenece a Dios, y tiene que regresar a Dios, pero cuando Él quiera”.
Ayuda después del aborto
El CAMJ ofrece también ayuda psicológica y espiritual a mujeres que ya pasaron por un aborto, pues saben que esta situación genera un grave daño, no sólo físico, sino principalmente espiritual y psicológico.
Blanca relató que han recibido casos en que las mujeres abortan en sus casas, con “ayuda” de desconocidos.
“Recibimos dos mujeres que compraron pastillas y por whatsapp y les dieron las instrucciones paso a paso de lo que tenían que hacer. Es algo muy peligroso” relató.
Pero precisamente por casos como éstos, los voluntarios del CAMJ se convencen cada día más de la importancia de su misión.
“Esta es nuestra lucha, no nada más la de ellas”, puntualizó Blanca.
Perfil del voluntariado
Católicos evangelizados
Capacidad de escucha
Coherentes en sus comentarios