Ana María Ibarra
Angustiada y decidida a practicarse un aborto, Gabriela Ibarra llegó hace más de 12 años al CAMJ donde pensó que solucionaría lo que para ella era un problema.
Esperaba a su octavo hijo, y aunque la situación económica no era lo que le preocupaba, pensaba que ocho hijos eran demasiados. Además, se sentía avergonzada pues esperaba a su primer nieto.
Sin embargo su visita al CAMJ la hizo reflexionar sobre su decisión al grado de que ahora, junto a su hija Victoria, participa en todas las actividades del CAMJ.
Su historia
Fue en el año 2004 cuando Gabriela llegó al CAMJ con el firme propósito de abortar, pues su hijo menor tenía seis meses de edad.
“Tengo cuatro hijos de mi primera pareja, y este niño sería el cuarto de mi segunda pareja. Vi en el periódico el anuncio y me trajo a tocar las puertas del CAMJ”, compartió Gabriela.
Aclaró que su pareja no quería que ella abortara, sin embargo le dio dinero para hacerlo.
“No era tanto por la situación económica, él tenía muchos años trabajando en El Paso y vivíamos más o menos bien, era más bien por vergüenza ante mis hijos mayores. En aquel entonces mi hija la mayor tenía 15 años y había salido embarazada”, dijo Gabriela.
La mujer compartió que al llegar al CAMJ platicaron con ella y le pusieron un video sobre el aborto, lo que fue para ella muy impresionante.
“No sabía todo lo que iba a pasar con el bebé y conmigo. Pensé que era fácil el aborto, pero me di cuenta que es un “shock”. Nunca pensé que se trataba de otra vida, estaba tan enfocada en no tenerlo, en no quererlo”, recordó Gabriela.
Después de ese momento, Gabriela decidió tener a su bebé y regresó a su casa para contarle a su marido, lo que le dio mucha alegría.
“Aquí me ofrecieron ayuda, trabajo y despensa. Siempre me ayudaron con ropa, pañales. Desde entonces estoy aquí, muy agradecida con Blanca y con todos. Cuando nació mi hija me dieron la opción de la adopción, pero cuando la pusieron en mi pecho le salían sus lágrimas, fue como si me diera las gracias por dejarla vivir”, expresó la madre de familia.
Una gran bendición
Gabriela define su historia como una gran experiencia y una gran bendición.
“Victoria ha sido una niña muy amada por todos sus hermanos, por la gente del CAMJ que la han seguido paso a paso. Me siento muy orgullosa de ella. Una prima mía me dijo que la llamara Victoria, porque es una vencedora de la muerte”, dijo la entrevistada.
En este momento, Gabriela se siente muy agradecida con Dios y con el CAMJ por todo el apoyo que le han brindado.
“Dios me hizo entender y mi testimonio ha servido para salvar muchas vidas. Me gustaría que quienes en este momento estén embarazadas y pase por su cabeza abortar, que vengan y saquen adelante a ese bebé. Saldrán de aquí con una gran bendición”, motivó.
Victoria, un guerrera
Victoria tiene hoy 12 años de edad y se siente agradecida con su mamá por permitirle vivir. Le gusta mucho cantar y desea, en un futuro, estudiar medicina.
“Lo que puedo decir es gracias por no abortarme, gracias también a la señora Blanca que nos ha ayudado, muchas gracias”, dijo Victoria en entrevista.
Hoy, la estudiante de primero de secundaria no recuerda cómo ni cuándo conoció su historia, pero desde siempre ha vivido en el ambiente del CAMJ, donde ha visto mujeres llegar con la misma intención que su madre.
“Me da tristeza ver cuando las mamás vienen con la intención de abortar a los niños, pero cuando salen se dan cuenta que es un error”, expresó la adolescente.
Victoria compartió que a sus amigos de confianza les ha contado su historia y nunca la han rechazado, al contrario agradecen a su mamá porque así ellos la tienen como amiga.
frase…
“Quiero ser doctora para salvar vidas y curar personas. Quiero decirles a las mamás que quieran abortar que es un gran error, estamos perdiendo una vida”. Victoria