Después de que Juan Antonio Rodríguez, editor del periódico el Paso Times, vivió alejado de Dios y de su Iglesia, la imagen y las palabras del Papa Francisco marcó su regreso a la fe, una fe que desapareció un supuesto cáncer diagnosticado por los médicos días antes de la visita papal.
Este suceso llevó a Juan Antonio a dar su testimonio en una entrevista que él mismo solicitó a Periódico Presencia, ya que este es el primer llamado que sintió en esta segunda oportunidad que Dios le dio.
Diagnóstico inesperado
El viernes 12 de febrero, a escasos cinco días de la visita del Papa Francisco a Ciudad Juárez, Juan Antonio comenzó con debilidad y sangrado al momento de ir al baño por lo que decidió ir con un gastrointerólogo en Ciudad Juárez ya que no se pudo atender en El Paso, Texas, ciudad donde radica.
Después de un chequeo y un ultrasonido, el médico solicitó una colonoscopía inmediata por lo que al siguiente día Juan Antonio llegó al consultorio a las 8 de la mañana acompañado de su esposa.
Durante el estudio médico el doctor llamó a la esposa de Juan para notificarle de la presencia de varios tumores grandes en forma de coliflor.
“Estuve escuchando lo que decía. El doctor tuvo que ir mas adentro. Se hizo un silencio. Mi esposa estaba con su rostro desencajado”, compartió Juan Antonio.
Mientras esperaba, su esposa con un semblante de tristeza y le explicó que era un tumor al padecer canceroso ubicado en una parte difícil de operar.
“El resultado nadie lo esperaba. No sabíamos como actuar. Después de media hora me dio un papel donde indicaba el tumor y solicitó una biopsia. Los resultados de sangre indicaban bajos niveles en hemoglobina y solicitó dos unidades de sangre”,
Situaciones extrañas comenzaron a suceder entorno al diagnostico.
“Al cruzar la calle rumbo al Centro Medico para solicitar las unidades de sangre, una mujer me tomó del brazo y me dijo: todo va a estar bien, Dios está con usted”, dijo Juan Antonio quien no hizo caso alguno.
Estuvo en el hospital todo el sábado hospitalizado y el domingo 14 de febrero regresó a su casa en El Paso.
“Empecé a orar. Hace 10 meses regresé a la Iglesia por requisito del curso de confirmación de mi hijo, vamos a misa y comulgamos desde ese entonces. El lunes les conté a mis hijos quienes lo tomaron con dolor y tristeza. Salí con ellos y me llegaron unas palabras a mi interior que no puedo explicar. “Si tengo la oportunidad de ver al papa, él se va a llevar esto que tengo”, surgió en el interior de Juan.
La visita del papa
Con esas palabras en su interior se quedó Juan, pero en su trabajo no fue designado a cubrir este evento. Sin embargo, su tía Guadalupe le llamó para darle la noticia que tenía un boleto disponible para el encuentro del Papa con el Mundo del Trabajo.
La tarde del martes Juan cruzó a Juárez para quedarse en casa de su tía y al día siguiente, a las 6 de la mañana, tomar el camión que lo llevaría al gimnasio de Bachilleres.
Al llegar con su familia en este lado de la frontera, su familia sabía que algo pasaba con él y un tío de el le dijo que buscara el para qué no el por qué.
En ese momento dejó todo en manos de Dios y en la Virgen de Guadalupe de quien recordó la palabras que dijo a Juan Diego: “No estoy aquí que soy tu madre”. Su familia siguió en oración por él.
“Puse mi enfermedad totalmente en sus manos. Lo entregué y le pedí que le hiciera mas llevadero todo esto a mi familia, a mi esposa, a mis hijos, porque yo me sentía listo. Esa noche dormí muy bien, como nunca.”.
Desde que llegó a la fila del camión, el entrevistado sintió un ambiente distinto. Vio periodistas profesar su fe, algo que él nunca había hecho.
“El arzobispo de Monterrey nos invitó a hacer una oración. Fue una oración muy bonita. Al final de la oración sentí un calambre que entró por la punta de mi pie izquierdo subió, dio la vuelta y bajo por mi pierna y pie izquierdo. Sentí que me iba a desmayar”, narró.
“El papa entró para recorrer caminando el gimnasio. Lo voltee a ver. Sentí que me vio, quizá estaba viendo a otras personas pero yo sentí que me vio a mí. Me sentí muy reconfortado. Escuchando su mensaje sentí que era el momento de aceptar lo que sea sin condiciones”, dijo con la voz entrecortada.
Después de ese encuentro con el papa, Juan recibió los resultados de la biopsia, con temor acudió por ellos y fue su hermano quien abrió el sobre y dio la noticia de que no había signos de cáncer.
Regreso a “casa”
En una etapa de su vida Juan se alejó de la Iglesia por momentos de desilusión que vivió como su intento fallido por ser seminarista y el suicidio de su guía espiritual. Desde su trabajo, con esa desilusión, comenzó a atacar a la Iglesia, pero durante la elección del Papa Francisco Dios tocó su corazón.
“Al verlo y escucharlo comencé a llorar sin saber porqué. Cuando dijo recen por mi, caí de rodillas y pedí perdón a Dios. Fue un mensaje para mi. A partir de ese momento quise cambiar. Me confesé de lo que hice contra la Iglesia. El sacerdote me confortó y comencé a seguir al papa en las redes sociales. Mi familia empezó a involucrarse en la Iglesia”, compartió.
Juan reconoció que hubo otros momentos en los que Dios le llamó pero no atendió a ese llamado.
“Para mi es una segunda oportunidad. No se si es un milagro o no, pero para mi es un milagro para mi espiritualidad y tengo que buscar lo que Dios quiere de mi, a qué me está llamando y qué tengo que hacer para hacerlo bien. No puedo fallarle porque el no me falló.
Le pido a Dios que guíe mis pasos pero estoy dispuesto a mover los pies”, finalizó.