Claudia Iveth Robles
Los restos de la religiosa María de Jesús Cabrera, religiosa Misionera de Jesús Hostia fallecida el pasado 25 de diciembre, fueron trasladados a Durango, su tierra natal.
Como se sabe la hermana María de Jesús, quien servía en la catedral de Nuestra Señora de Guadalupe, falleció luego de varios días que se mantuvo en estado crítico, tras presentársele un aneurisma.
Luego de sus honras fúnebres y de su cremación, el pasado domingo 7 de enero la religiosa Concepción Lara Galindo, superiora general del Instituto de Misioneras de Jesús Hostia, llevó consigo las cenizas de la hermana María de Jesús para depositarlas en las criptas del Santuario de la Virgen de Guadalupe, en Durango, Durango.

Su vida
La hermana María de Jesús era originaria del poblado Doctor Castillo del Valle, en el Estado de Durango.
Ingresó a la congregación en abril de 1977 y realizó sus primeros votos unos años después, para profesar votos perpetuos en 1986 ambos en la ciudad de Durango.
La hermana Bernardita Díaz, superiora de la comunidad de Misioneras de Jesús Hostia en Ciudad Juárez, platicó que la hermana María de Jesús vivió con mucho amor sus 31 años de vida consagrada y entregó su vida al servicio de Dios y de la Iglesia, en servicios que realizó en Bolonia, Italia, en Piedras Negras, Guasave, Mexicali, y sus últimos dos años en Ciudad Juárez.
En esta diócesis se unió al grupo de religiosas que atienden la sacristía de la Catedral, así como otros servicios en la preparación a los sacramentos y en el dispensario médico de Catedral.
La hermana María de Jesús se destacó también por su servicio en el canto litúrgico, pues con la bella voz que poseía, guiaba en canto en la misa episcopal, que se celebra todos los domingos al mediodía.
“Siempre fue una mujer humilde, sencilla, obediente, muy atenta y generosa. Era incansable. Aunque llegaba tarde del servicio en Catedral, seguía muy activa en la casa.
El padre Eduardo Hayen, párroco de Catedral, también describió a la hermana María de Jesús como una mujer muy servicial y de una calidad humana excepcional, tal y como lo plasmó en los artículos que dedicó a la religiosa durante su estancia en el hospital.
Descanse en paz, la hermana María de Jesús