Ana María Ibarra
Grandes recuerdos y amigos, dejó el padre Franco Tentori en esta diócesis fronteriza. Sus amigos y fieles lo recuerdan con gran cariño.
Mucho qué agradecerle (Francisco García)
Siendo párroco de la parroquia de Nuestra Señora del Carmen, el padre Francisco García conoció al padre Franco Tentori, quien era párroco en la parroquia del Rosario. Se hicieron buenos amigos.
“Cuando él cumplió 50 años de sacerdote hicimos en la parroquia del Carmen una misa para celebrar con la comunidad pues él había sido párroco de ahí. A partir de esa celebración nos hicimos buenos amigos. Era un hombre muy cercano, muy sencillo e inteligente”, compartió el padre Francisco.
Recordó que cuando coincidían el padre Tentori y el padre Gregorio Ciria (qepd) las pláticas eran muy buenas, ya que los dos eran hombres muy cultos e inteligentes.
“Hacían muy amena la plática hablando de la historia de Italia y de España, de la llegada de ambos a México. Estando ya él en Italia algunas veces pudimos tener contacto por teléfono, platicamos en llamadas por WhatsApp el año pasado”, contó.
El padre Francisco reconoció que el padre Tentori quería mucho a la diócesis y a la gente de Ciudad Juárez.
“Era muy buen amigo, generoso, detallista. Dejó gran parte de su vida en esta diócesis y tenemos mucho que reconocerle y agradecerle a Dios y al padre Franco por esta misión tan larga que hizo en esta diócesis”.
Sacerdote alegre y fiel (Padre Héctor Villa)
De voz de su abuela materna y de sus tías, fue como el padre Héctor Xavier Villa conoció al padre Franco Tentori.
“Mi tía Susana, hermana de mi mamá, era muy jovencita y participaba en un grupo que, si no mal recuerdo, se llamaba Jardín de María que promovían los padres Siervos de María y cuando conocieron al padre Tentori él era muy joven, recién ordenado”, compartió el padre Héctor.
Ya siendo sacerdote, el padre Héctor veía constantemente al padre Franco junto con otros padres servitas en las reuniones del presbiterio.
“Me ordené a los 27 años, en 1984, y el padre Franco estuvo todavía aquí casi 30 años más, se fue de Ciudad Juárez en el 2013. Era un sacerdote muy sencillo, ejemplar en el sentido de su fidelidad, su cercanía, su alegría. La gente de la parroquia del Rosario, donde fui párroco de 2017 a 2022, lo recuerda con mucho cariño”.
El padre Villa reconoció que el padre Tentori siempre le gustó trabajar en Ciudad Juárez, aunque podía tener otros destinos.
“Lo recuerdo con cariño, con afecto, un hombre sencillo, cercano y con mucho arraigo entre la gente, en particular de la comunidad de Nuestra Señora del Rosario”.
Su guía sacramental (P. Daniel Sierra)
“Al padre Franco Tentori lo conocí cuando yo tenía ocho años, en la iglesia del Rosario. Con él hice mi primera Comunión y mi primera Confesión. Fue siempre muy cercano con la gente, muy amable, con los niños era juguetón, curioso. Un hombre de mucha reflexión, le gustaba mucho leer el periódico, las noticias y era muy directo en sus homilías. Tenía buen carisma para las personas adultas. Recuerdo de él que siempre fue un hombre que estuvo allí en el templo, en la parroquia viviendo siempre en su convento”.
Pbro. Daniel Sierra, párroco de San Martín de Porres
Cercano a los jóvenes (Socorro Rodríguez)
Socorro Rodríguez creció con la idea de que el padre Franco Tentori era su tío, pues así lo presentó su papá un día que el sacerdote llegó a su casa.
«Durante mucho tiempo pensé que era mi tío, después supe que no. Mi papá consideraba como sus hermanos a todos los Siervos de María”, compartió Socorro, aún acongojada por el fallecimiento del padre Franco.
Ella lo recuerda como una persona entregada al Señor, que trabajó mucho con los jóvenes para poder encaminarlos convirtiéndose en su confesor.
“Lo conocí en la parroquia del Carmen y lo seguí siempre hasta el momento que tuvo que regresar a Italia, me proporcionaron el teléfono y pude estar en contacto con él, casi cada semana. Después de que le dio el derrame cerebral todos los días eran de mandarle mensajes. Esta mañana vi un mensaje en italiano que no entendí, pero presentí”.
Con la voz entrecortada, Socorro compartió que su presentimiento se confirmó con la publicación en la página de Los Siervos de María sobre la partida del padre Franco.
Un sacerdote lleno de amor (Lucila Muñiz)
La hermana Lucila Muñiz, religiosa de la congregación Compasionistas Siervas de maría, conoció al padre Tentori en la parroquia Nuestra Señora del Carmen, siendo ella catequista. La hermana Lucila lo recuerda como un padre santo entre los santos.
“Era un sacerdote lleno de amor. Se portó muy bien con toda la juventud. Su vida fue llena de amor por el prójimo, tenía mucha caridad especialmente por los enfermos. Compartió su amor con la juventud. Fue muy activo, nunca se quejaba de nada”, dijo la religiosa.
La hermana Lucila dijo que siempre vio a Fray Franco como un hombre lleno de Dios.
“Él celebró la misa de mis 25 años de religiosa. Él quería morir aquí, en Juárez. Descanse en paz”, finalizó Lucila.
Cercano a los jóvenes (Inés y Francisco)
Sonriente, bromista, pero sobre todo lleno de amor a su comunidad, de manera especial a los jóvenes, es como María Inés y Francisco Martínez recuerdan al padre Franco Tentori.
«El padre Franco procuraba siempre estar con los jóvenes. Fue una persona muy alegre, nos veía como si fuéramos parte de su familia y así lo sentimos nosotros a él. Fue un maestro, nuestro compadre, fue todo para nosotros y lo recordamos con mucho cariño y respeto”, compartió María Inés.
La entrevistada compartió que el padre Franco les platicaba de los horrores de la Segunda Guerra Mundial y estando en Juárez se sentía en familia.
“Era un sacerdote entregado a nosotros y nosotros a él. Pero sobre todo nos dio mucha sabiduría, muchas enseñanzas”, dijo.
Aun con la tristeza por la partida del padre Franco, María Inés dijo que sienten paz y tranquilidad, pues el mismo padre Tentori les hablaba de la muerte como un paso más.
“Cuando pasábamos por la muerte de nuestros seres queridos él nos hablaba de que la muerte no es más que una puerta hacia algo más grande. Estamos tristes, pero a la vez alegres porque ya está viendo el rostro del Señor y el de nuestra Madre, que tanto quería. Tenía una devoción a Nuestra Señora de los Dolores”, puntualizó la mujer, uno de cuyos hijos lleva el nombre de Franco, en honor al sacerdote.
Un padre espiritual
Llegué a Nuestra Señora del Rosario buscando una confesión, pero encontré a un gran amigo, un padre espiritual, mi confesor y guía por muchos años.
Fray Tentori tenía ese don de ser un gran confesor, salías del confesionario sintiendo el amor y perdón de Dios, un apapacho para el alma con sus palabras, sus consejos y regaños.
Los años siguientes fuimos muy cercanos, él siempre estuvo pendiente de mí, yo acudía semanalmente ya sea a confesarme o guía espiritual.
Cuando se anunció su partida a Italia no sólo a mí se me partió el corazón y sé que le ofrecían quedarse aquí en Juárez, pero él aunque lo quisiera debía obediencia a su superior y aún dejando su alma en esta ciudad partió.
La distancia nunca fue impedimento para que siguiéramos siendo tan cercanos, nos llamabamos por teléfono, nos enviabamos correspondencia. Yo le prometí ir a verlo y logré ir. Su alegría al recibirme fue tan grande… le llevé saludos de muchas personas, fueron días muy gratos llenos del amor de Dios y de un padre espiritual… fuimos a su casa con su familia, una casa muy bella de su ciudad Calolziocorte, donde al entrar está un bello altar a nuestra madre la Virgen de Guadalupe, ya que su hermano que también fue fraile fue un gran promotor de su devoción allá en Europa.
Seguimos con la cercanía en video llamadas y poco a poco veía como su cuerpo comenzaba a cansarse, él estaba en paz pero su corazón seguía aquí en su querida diócesis y ahora que ha partido a la Casa del Padre sé que su corazón seguirá aquí con nosotros, porque dejó un legado, su obra tocó muchos corazones y todos recordaremos a ese gran Fraile Siervo de María que dejó su vida en nuestra comunidad.
Hasta siempre mi querido Fray Tentori.
Ing. Lidia Román
Cuando llegué de jovencita a Nuestra Señora del Carmen escuchaba mucho hablar de los Siervos de María, fundadores de esa comunidad, en especial de padre Tentori.
Lo conocí y durante muchos años fue mi confesor.
El padre Francisco García publicó un libro por los 60 años de la parroquia y me tocó entrevistar al padre Tentori para dicho libro.
Yo lo seguí frecuentando como confesor hasta que se retiró de la diócesis. Pero nunca dejamos de tener comunicación, ya fuera por mensaje o videollamada. Todavía hasta el 3 de enero de este año.
Recuerdo una de las veces que enfermó, llamé al Instituto donde estaba internado y como Dios me dió a entender, (porque no sabía italiano) pregunté por su salud.
Un detalle por parte del Instituto fué que el día de su muerte a las personas que estábamos en comunicación con él nos hicieron llegar la noticia como si fuéramos su familia, y así eramos, su familia.
Guadalupe Franco