Presencia
“El mundo complejo de la movilidad humana es un piso perfecto para que los niños sean extraídos de sus hogares y llevados a otros países y vendidos para explotación sexual”.
Así reflexiona Cristina Coronado, laica consagrada quien coordina la Pastoral de la Movilidad Humana de la Misión Columbana en Ciudad Juárez, y dirige un proyecto que ha atendido a miles de migrantes en su paso por esta frontera.
A propósito del próximo estreno en Ciudad Juárez de la película de Eduardo Verástegui, en la que aborda el tema de la Trata de menores, la servidora responde a estas preguntas que nos ayudan a reflexionar sobre la importancia del tema con relación al fenómeno migratorio.
Ya vio la nueva película del actor y productor mexicano Eduardo Verástegui? ¿Qué opina de ella y de que se haya decidido a abordar el tema de la Trata de personas?
La película no la he visto completa, he leído artículos sobre la película, pero desde que ví el anuncio me impactó, entonces gracias a Dios que está sucediendo. El hecho de que Verástegui esté produciendo esta película y abriendo el tema sobre la trata, sobre todo la infantil, para mi es providencial, porque estamos viendo un mundo decadente, cayéndose a pedazos en todos los continentes, en países pobres y ricos y una pérdida de valores y falta de claridad hacia dónde vamos. Estamos perdiendo el rumbo como humanidad y desafortunadamente cada vez más los niños están siendo sacados de su contexto de familia, donde debía ser su desarrollo normal, que ya tampoco lo está habiendo porque están expuestos a una publicidad muy sexualizada; niños de 5 ó 6 años que viven un mundo muy sexualizado y desafortunadamente se convierte en un tema tabú en el que todos estamos implicados por el silencio que tenemos y porque nos damos cuenta de lo que está pasando y lo permitimos al no decir nada en cuanto a cómo se cambia el rostro de la humanidad en el tema del negocio con el ser humano: la trata, la explotación. Tenemos por esta parte esta pérdida de valores y la otra es nuestro silencio y el tabú de hablar del tema de la Trata.
En realidad pienso que gracias a Dios Verástegui se atrevió a producir esta película de la mano de personalidades que están conscientes de la necesidad que hay de abordar este tema de la explotación infantil.
En la película de Verástegui se aborda específicamente el problema de Trata de menores. ¿Conoce la situación en Ciudad Juárez en este aspecto?
Los datos son alarmantes, realmente nos deberían de asustar. Encontramos información sobre la esclavitud, la trata, la explotación, el abuso sexual, cada vez creciendo, y la sociedad al mismo tiempo caminando desentendidamente en un tren de muerte hacia un mundo superficial. Cada vez más la sociedad se está guiando por la TV, lo que nos imponen las ideologías de consumo, un mundo altamente competitivo y consumista donde el mercado es el que define el rumbo.
Estaba leyendo hace unas semanas algo que Verástegui declaró sobre el tema, me impresionó mucho cuando habló de que en México se produce el 60 por ciento de la pornografía infantil que se consume en el mundo. Y otro dato: que México es el principal proveedor de pornografía infantil, para el principal consumidor que es Estados Unidos. Estos datos alarmantes son tremendos porque además sabemos que en México hay turismo sexual. Personas vienen a playas o pueblos para abusar descaradamente de los niños, es un negocio redondo, el problema es que en el mundo se mueve todo por la economía.
En el fenómeno de los últimos años vemos que llegan constantemente a Juárez menores migrantes no acompañados ¿En su trabajo han encontrado trata de menores con fines de explotación sexual o laboral?
Por el lado de los migrantes sí hay muchos casos de trata, de explotación sexual. Hemos conocido muchos casos, desafortunadamente. Conocemos recientemente dos personas cuyos hijos fueron víctimas de trata y explotación sexual. Desafortunadamente este mundo complejo de la movilidad humana es como un piso perfecto para que los niños sean extraídos de sus hogares y llevados ahora con mayor facilidad a otros países y vendidos para explotación sexual. Descubrimos todos los días niños que vienen con personas que no son sus familiares, cuando registramos nombres, preguntamos y nos dicen que es tío, sobrino, primo, pero no podemos hacer mucho en ese sentido y el DIF no es la herramienta adecuada para tratar este tipo de asuntos, entonces todo se complica más.
¿Es esta problemática un signo de los tiempos? ¿En qué forma lo descubrimos?
Creo que es bueno el hecho de que la película se difunda en estos momentos cuando la Iglesia, con el Papa Francisco está saneando, limpiando el tema -del abuso sexual a menores- que estuvo por muchos años de silencio en familias, instituciones, escuelas; esto pasa en todos lados, en todos ámbitos y gracias a Dios que el papa se atrevió a ventilar dentro de la Iglesia porque esto le da calidad moral a la Iglesia, su lucha interna para poder sanear y poder denunciar. Me da mucho gusto que Verástegui se atreva a abrir este tema muy necesario, porque si la infancia no es tratada de manera adecuada, y los niños son usados para explotación o esclavitud sexual o laboral, en condiciones que denigran su dignidad, si los niños son sacados y no hay una educación, no sé qué mundo nos espera en los próximos 20 años.
¿Cómo cree que cintas como la de Verástegui podrían ayudar a paliar el grave problema de la Trata de Menores con fines de explotación sexual?
Cuando un tema puede provocar tanto movimiento a nivel mundial, sobre todo que haya personas tan enojadas, es un signo poderoso, porque los enojados están dando razón de que esta película es necesaria y es buena, para que el mundo abra los ojos en este delicado y real tema como es la trata infantil.
Ojalá que realmente esta película pueda empujar un movimiento a nivel mundial para despertar nuestra conciencia, nuestro deseo de un mundo mejor, un mundo fraterno donde todos puedan vivir con dignidad.