Diana Adriano
De una manera especial, la comunidad de la Diócesis de Ciudad Juárez se unió en oración por la salud del Papa Francisco el pasado lunes 17 de enero, cuando se conmemoró el noveno aniversario su visita a Ciudad Juárez, un acontecimiento que dejó una huella profunda en la comunidad católica de la frontera. Para recordar este momento histórico, el Seminario Conciliar de Ciudad Juárez organizó actividades que permitieron a los asistentes revivir la experiencia de aquel día. Recorridos
En el Seminario, uno de los lugares visitados por el Santo Padre, se realizaron dos recorridos guiados: a las 11 de la mañana y a las 6 de la tarde, finalizando en el museo dedicado al Papa, que resguarda los objetos utilizados por el pontífice durante su visita y que permite a los fieles recordar físicamente su paso por esta frontera.
Además, en el lobby del Seminario se montó una exposición fotográfica que retrató distintos momentos de la visita papal.
A través de estas imágenes, se revivieron las emociones y recuerdos del 17 de febrero de 2016, destacando la alegría y el fervor que generó la presencia del Santo Padre en la comunidad juarense.
“Muchos seminaristas que hoy son sacerdotes tuvieron la oportunidad de saludar al Papa, y en todas las fotos hay un factor en común: la alegría y la emoción de ver al Santo Padre”, dijo el padre Jesús Manríquez, rector del Seminario.
Recordó que el museo del Papa Francisco en el Seminario Conciliar continúa abierto al público, ofreciendo a la comunidad la posibilidad de acercarse a este capítulo significativo en la historia de la ciudad y de la diócesis.
Mirada de fe
El punto culminante de la jornada fue la celebración de la Santa Misa a las 7 de la tarde, en la que se elevaron oraciones por la salud del Santo Padre, quien a esa fecha seguía delicado en el hospital, en Roma.
En la misa, presidida por el padre Jesús Manríquez, los seminaristas sacerdotes formadores y fieles participantes, igualmente oraron por sus intenciones del Papa Francisco.
Durante su homilía, el rector recordó la trascendencia de la histórica visita, y compartió su experiencia personal.
Recordó que en esa fecha él se encontraba en Roma, estudiando una especialidad, y desde allá observó desde las redes sociales cómo se suscitaron diversas reacciones entre la comunidad: desde la molestia por las restricciones de movilidad en la ciudad hasta la indiferencia de algunos. Sin embargo, enfatizó la importancia de la mirada de fe para comprender la visita del Santo Padre más allá de lo material.
“Tras la visita, vi videos donde la gente expresaba que aquellos segundos en los que contemplaron al Papa fueron los más valiosos de sus vidas”, dijo, para luego destacar que “la
verdadera transformación ocurre cuando se mira con los ojos de la fe, permitiendo reconocer los milagros cotidianos en los gestos de amor y esperanza”.
«El milagro lo podemos encontrar en la sonrisa de un hijo, en el ‘te quiero’ de un amigo, en la esperanza reflejada en acontecimientos extraordinarios como este. Pero para verlo, se necesita la mirada de fe”, concluyó.
Así, la misa concluyó con una invitación a los fieles a pedir a Dios el don de la fe para poder contemplar su presencia en la vida diaria.