Diana Adriano
Con el colorido característico del Día de Muertos, el pasado sábado 2 de noviembre el obispo José Guadalupe Torres Campos presidió la Santa Misa en memoria de todos los fieles difuntos en el panteón San Rafael.
La celebración Eucarística fue concelebrada por el padre Luis Soriano, párroco de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, y reunió a familias que llegaro para honrar a sus seres queridos con oraciones, flores y ofrendas.
Al evento asistió el alcalde Cruz Pérez Cuéllar junto a su esposa Rubí Enríquez, así como otros funcionarios municipales, quienes mostraron respeto y solidaridad hacia las familias presentes.
Confianza en la resurrección
“El Señor siempre es misericordioso”, dijo el obispo al inicio de su homilía, en la que reconoció el contraste entre la tristeza que suele evocar un cementerio y la belleza de la mañana, iluminada por un sol esplendoroso.
Señaló cómo el regocijo de quienes acudieron para adornar las tumbas con flores y agua son “signos de vida”, y resaltó que “ahí -en esos gestos- está el Señor”.
El obispo recordó que el fundamento del Día de los Fieles Difuntos está en la Resurrección de Cristo y subrayó que la fe católica está centrada en Cristo, quien murió y resucitó, y por ello, la promesa de la vida eterna está extendida a todos los fieles, incluso los que ya han partido a la Casa del Padre.
“Si Cristo resucitó, nosotros también vamos a resucitar”, afirmó, invitando a los asistentes a renovar su esperanza en la vida después de la muerte, como lo confiesan cada vez que recitan el Credo.
Bendice fosa común
Al concluir la misa, don Guadalupe se dirigió junto al alcalde y su comitiva, a la zona de la fosa común, donde reposan cuerpos que no fueron identificados ni reclamados.
Frente al sitio el obispo elevó una oración especial por todos aquellos que ahí descansan, pidiendo a Dios que reciba sus almas con misericordia y que, aunque en la tierra sus nombres se desconocen, en el cielo encuentren la paz.
Al finalizar la oración, el obispo roció agua bendita sobre el lugar, como gesto de purificación y paz.
A su vez, el alcalde dejó una ofrenda floral en memoria de quienes yacen en esta fosa común, como signo de respeto y para recordar a quienes partieron sin ser reconocidos.