El párroco de Jesucristo Sol de Justicia celebró 25 años de sacerdocio…lo festejó en misa…
Con gran alegría y lleno de agradecimiento a Dios, el padre Antonio Urrutia Rodarte celebró el pasado 30 de agosto su 25 aniversario sacerdotal.
Lo hizo con una misa de acción de gracias en su parroquia Jesucristo Sol de Justicia, donde fue acompañado por el obispo don José Guadalupe Torres y más de una docena de sacerdotes.
Aunque su aniversario de ordenación es el 7 de septiembre, para el padre Antonio era importante contar con la presencia del obispo, por lo que adelantó el festejo.
Don del sacerdocio
“Nos unimos en esta acción de gracias por el don del sacerdocio manifestado en cada uno de nosotros, especialmente en la persona del padre Toño. Que el Señor lo siga colmando en la abundancia de su amor”, dijo el obispo al iniciar la Eucaristía.
Fue monseñor Torres quien presidió la misa, pero llegado el momento de la homilía, el padre Antonio se dirigió al ambón, desde donde dijo: “pareciera que me estoy predicando a mí mismo”.
El padre Urrutia reflexionó sobre el don del sacerdocio y el testimonio de Jesús quien, dijo, dejó la Eucaristía como un acto divino, el mismo Cristo que se dona para que seamos salvos en Él.
“Nosotros no hemos alcanzado el don del sacerdocio por nuestro propio esfuerzo. Dios ha visto nuestro ser y nos ha elegido para este ministerio. El sacerdote se presenta como un hermano entre los hermanos”, expresó el padre Antonio.
El sacerdote reiteró al obispo su “cariño, respeto y obediencia” y pidió a Dios saber vivir su fidelidad y estar disponible para lo que monseñor Torres lo necesite.
Muestras de cariño
Antes de concluir con la Eucaristía, el padre Antonio recibió muestras de cariño y felicitación por su aniversario, pero sobre todo por llevar a cabo con amor su ministerio en esa comunidad.
Primeramente, se proyectó un video con imágenes de la historia familiar, personal y vocacional del padre Antonio, donde se pudo apreciar su paso como seminarista, su ordenación sacerdotal y otras actividades dentro de la diócesis.
El sacerdote recibió también las palabras de agradecimiento que, en nombre de la comunidad de Jesucristo Sol de Justicia, expresó Socorrito, una de sus servidoras.
De igual manera, la comunidad de silentes obsequió al padre un libro de oraciones en el lenguaje de señas para que el padre Antonio practique.
Por último, de una manera muy sentida, el padre Antonio recordó al padre Carlos Márquez, quien fuera su amigo y compañero de ordenación y que ya descansa en la Casa del Padre.
“Enviemos un aplauso al cielo para el padre Carlos Márquez a quien tanto apreciamos”, dijo el padre Toño.
Después de la celebración eucarística, sacerdotes, familiares, amigos y la comunidad, compartieron con el padre Antonio de una cena.
Su vocación
A los 8 años, siendo monaguillo en la parroquia Cristo Rey y con la motivación de las hermanas Guadalupanas del Colegio Tercer Centenario, el padre Antonio Urrutia fue sintiendo la inquietud vocacional en su interior.
“Recuerdo que a los doce años ya quería ser sacerdote. Un sacerdote me dijo cuando él levantara la hostia en la Consagración, le pidiera a Jesús ser sacerdote. Le creí y se lo pedí”, recordó.
Estando en sexto semestre de ingeniería y contando con todo lo necesario para un proyecto de vida como hombre casado, el padre decidió entrar al Seminario, ahí fue donde Dios le manifestó de que viviera aquella inquietud infantil.
“Tenía mis planes, mi novia, proyectos, estaba por entrar a trabajar a la Comisión Federal…pero Dios tenía otros planes. Fui a concursar al colegio del aire, a la escuela militar de aviación pero no me aceptaron porque no tenía vocación para las armas”, compartió.
“Dios quería que avanzara a otros cielos, no a los de las nubes, sino a llevar a los seres humanos al Cielo y a salvar almas. Confieso, con la intención que me crean, que desde que entré al Seminario me siento feliz”, afirmó.
25 años de abundancia
Para el padre Antonio, cumplir 25 años de sacerdote es una gran dicha pues, aunque ha tenido experiencias muy diversas, no excentas de dificultades, han sido esperanzadoras.
“Dios no me ha dejado solo en estos 25 años porque la gracia a sobreabundado las fragilidades y pecados. Dios es misericordioso”, dijo.
El sacerdote dijo estar agradecido con Dios porque cada comunidad, con su estilo y formas tan especiales, han aportado grandes riquezas a su ministerio sacerdotal
“Aprovecho este espacio para agradecerle a Dios, a toda la gente de la diócesis, a los señores obispos que han visto en este servidor a un enviado del ministerio sacerdotal. Pido a Dios y a nuestra madre Santísima que en los momentos actuales sepa yo dar respuesta.
Quizá da miedo ser mártir de este tiempo pero, si Dios nos pide dar la vida, ¿por qué no darla?”.
Sus destinos de servicio
Santa María de la Montaña
Santa María Magdalena en Villa Ahumada
Dios Padre
Santa María de los Ángeles
San Juan Apóstol y Evangelista
Jesucristo Sol de Justicia
Realiza un servicio apoyando a la diócesis de El Paso
Maestro en el Seminario
frase…
“Después de 25 años puedo decir que me siento feliz siendo sacerdote. Pidan por mí, no somos nosotros sino el Espíritu Santo quien nos impulsa a seguir adelante”.