Ana María Ibarra
Con el objetivo de ofrecer un espacio juvenil y de reflexión sobre el verdadero sentido de la Navidad, el Movimiento de la Renovación de Vida en el Espíritu Santo, realizó un retiro juvenil bajo el lema “Reavivando la Esperanza”, el pasado 9 de diciembre en el CECADE.
Jóvenes dedicados y atentos
Con gran dedicación, los jóvenes asistentes escucharon cada uno de los temas y entusiastas participaron en las dinámicas que el equipo organizador realizó para complementar la temática.
En cada espacio, los jóvenes pudieron tener un encuentro personal con Jesús a través de la persona de la Virgen María, quien recibió el anuncio y Buena Nueva llena del Espíritu Santo.
De igual manera, los jóvenes reflexionaron sobre la persona de Juan Bautista y su predicación que anunciaba al Mesías e invitaba al pueblo a estar atentos.
Este retiro fue también un espacio para que los jóvenes compartieran entre ellos y fueran dando otro sentido a estas fechas decembrinas, cambiando su mentalidad al verdadero significado del Adviento, como tiempo de espera del Señor.
Los organizadores se dijeron contentos por la dedicación de los jóvenes durante el evento, y su entrega en los momentos de oración y alabanza, así como su atención en los temas.
Compromiso
El último tema que escucharon los 50 jóvenes asistentes al retiro fue impartido por Erika Meza, quien reflexionó sobre la imagen de María como mujer de servicio, esto basado en la cita bíblica de la visita de María a su prima Isabel.
Erika compartió con los jóvenes el temor que la joven Virgen María pudo sentir al recibir el anuncio de que sería madre del Salvador, sin embargo, conocedora y respetuosa de su religión y tradición, por amor a Dios, María aceptó su misión.
Erika explicó que María no se quedó esperando su alumbramiento, sino que, al saber que su prima Isabel, ya anciana, se encontraba en cinta, salió de su comodidad para ir a ayudarla.
“A María no le importó recorrer 150 kilómetros de ida y 150 de regreso para ir a servir a su prima Isabel. Fue una mujer valiente”, dijo Erika.
Después de estas reflexiones, los organizadores pusieron su confianza en que los jóvenes lograron llevarse el compromiso de hacer vida lo que escucharon.
“Los frutos que esperamos es que los jóvenes se lleven esa inquietud de seguir con Dios a su lado y de llevarlo a los demás. Que se den cuenta que estamos en una sociedad necesitada, no sólo con necesidad económica, sino también con mucha necesidad espiritual, de amor, de unión familiar, de la misericordia de Dios y ellos pueden dar eso en su entorno”, dijo Eleana Hernández en entrevista al final del evento.