Diana Adriano
El Movimiento de Enfermeras de Acción Católica (MEAC) vivió su retiro nacional en Ciudad Juárez, a donde llegaron integrantes de diferentes diócesis del país para reflexionar sobre diversos temas y realizar dinámicas que enriquecieron su servicio profesional desde un aspecto espiritual.
El retiro, realizado del 28 al 30 de junio en la Casa de Ejercicios de la diócesis, fue un espacio de reflexión y crecimiento, centrado en profundizar la espiritualidad y el compromiso de las enfermeras en su labor diaria.
El padre Francisco Huerta, asesor nacional del Movimiento de Enfermeras de Acción Católica (MEAC), encabezó las actividades y celebró, junto con el obispo don J. Guadalupe Torres Campos, la misa de clausura del evento.
“Estoy agradecido con Dios por esta experiencia de encuentro, de renovar compromisos, de renovar el ardor por la fe y el amor a los enfermos. Gracias, Señor Obispo, por su presencia, porque de esta manera nos sentimos arropados, acompañados y promovidos”, dijo el padre Francisco
Amor por el enfermo
Entre los temas que las enfermeras católicas abordaron en este retiro destacaron: “Espiritualidad de la Santísima Virgen María”, en el que las participantes exploraron el modelo de vida y fe de María, buscando inspiración en su humildad y dedicación; “Espiritualidad de Jesús, el Sanador Herido”, en el cual se reflexionó sobre la figura de Jesús como sanador, enfocándose en su compasión y sufrimiento, y cómo estas cualidades pueden guiar el trabajo de las enfermeras.
Igualmente se presentaron los temas “La Misión Sanadora de la Iglesia”, en el que se resaltó el papel de la Iglesia en la sanación física y espiritual, animando a las enfermeras a ver su labor como una extensión de esta misión y finalmente el tema “Espíritu Santo, Don y Carismas”, que exploró los dones y carismas del Espíritu Santo para alentar a las enfermeras a identificarlos y utilizarlos en su servicio diario.
Durante los tres días del retiro, las participantes también meditaron sobre la importancia de la oración como fuente que une el corazón del hombre con el corazón de Cristo, en la dimensión de su misericordia y perdón.
Misa de clausura
Fue el obispo don José Guadalupe Torres Campos quien presidió la misa de clausura.
“Nuestra vida tiene que ser una alabanza a Dios. Debe ser así toda nuestra vida, cada uno desde su carisma y ustedes, enfermeras católicas, desde su apostolado», expresó el obispo.
Don Guadalupe destacó la importancia de alabar al Señor a través de la labor diaria que realizan en la atención a los enfermos.
“Alabar al Señor con la Palabra y el trabajo, en la responsabilidad de cada quien, en las relaciones humanas y sobre todo, en el caso de ustedes enfermeras, con el enfermo, con las familias de los enfermos, sirviendo, acompañando y cuidando al enfermo”, les dijo el obispo.
En la jornada final del retiro, el sacerdote asesor agradeció a las enfermeras por su ejemplo y testimonio vocacional, y “por ese amor especial a la vida, al servicio y a los enfermos” y por el impulso que dan a su propio ministerio sacerdotal.
El retiro concluyó con un convivio en el que las enfermeras pudieron compartir momentos de fraternidad, renovando su compromiso de servir con amor y dedicación.