Una parte del corazón del fundador de las Siervas de los Pobres visita la comunidad parroquial La Virgen de la Luz donde se realizan diversas Eucaristías y encuentros de oración en torno al beato.
El pasado 20 de febrero, la comunidad parroquial de La Virgen de la Luz recibió parte del corazón del Beato Santiago Cusmano, fundador de la congregación religiosa Siervas de los Pobres, que sirve en esta diócesis desde hace 27 años.
“Nuestra parroquia se siente honrada de recibir la reliquia del beato Santiago Cusmano. Tenemos la oportunidad de conocerlo porque su carisma, de una manera especial, ha bendecido a nuestra comunidad con la presencia de las hermana Siervas de los Pobres”, dijo el padre Luis Escudero, párroco de La Virgen de la Luz, después de incensar la urna y dar inicio a la celebración.
“Tenemos hoy aquí parte de su corazón que hoy viene a bendecir a nuestra comunidad”
Fuente de inspiración
Después de la lectura del evangelio, la hermana Quirina González, SP leyó una breve reseña de la vida del santo Cusmano, y enseguida el padre Luis reflexionó sobre el culto a las reliquias y la veneración de los santos, tomando algunos textos bíblicos.
“Los santos siguen realizando prodigios enmedio de nosotros. Las reliquias representan la persona del santo, todo lo que en santidad se respira de esa persona. Es importante acercarnos a los santos para inspirarnos”, invitó el padre Escudero.
El sacerdote invitó a la comunidad a fomentar la devoción a la reliquia del beato Cusmano, que estará presente en la diócesis hasta el 11 de marzo.
Ofrenda
Durante el ofertorio, las religiosas llevaron como ofrenda pan para ser bendecido como ofrenda de solidaridad con los hermanos más pobres, signo que el beato Cusmano realizó en vida: compartir el pan con los pobres.
Dicho pan fue compartido entre la comunidad antes después de la comunión y al finalizar la misa compartieron con alegría los sagrados alimentos.
Unción de enfermos
Enfermos físicos y espirituales se dieron cita el pasado 25 de febrero en la parroquia La Virgen de la Luz donde recibieron la confesión de parte del padre Juan Herrera, vicario parroquial, y el sacramento de la unción de enfermos de manos del párroco Luis Escudero.
Y por intercesión del beato Santiago Cusamo, cuyas reliquias se encontraron presentes, se pidió a Dios por los enfermos.
“En esta celebración oramos por todos ustedes para que la fuerza de Cristo Nuestro Señor ayude a buscar sentido a la cruz. Todos los enfermos están unidos a nuestro Señor Jesucristo. Pedimos en oración para que el Señor sane sus padecimientos. Ustedes serán hoy ungidos por intercesión del beato Santiago Cusmano”, expresó el padre Luis al iniciar la celebración.
Unidos a Cristo
En su homilía el padre Luis expresó la importancia del enfermo en la comunidad, que se hace cercana en el dolor y en la fe para dar consuelo a los que sufren y los invitó a experimentar la enfermedad como un tiempo de gracia y purificación.
“Que la enfermedad sea un tiempo de gracia, de conversión, de reconciliación, de paz y unidad. Tantas cosas podemos encontrar detrás de nuestros dolores y sufrimientos siempre y cuando lo vivamos unidos a Jesús. Que su enfermedad, en vez de ser un tiempo de reclamo a Dios, sea un tiempo de purificación”, expresó.
Después de la homilía, el padre Escudero impuso las manos y oró por los enfermos para que sean reconfortados por Dios en ese momento difícil de sus vidas.
Enseguida impartió el sacramento de la unción de los enfermos, primeramente a aquellas personas que se encontraban en sillas de ruedas.
Después, las hermanas Siervas de los Pobres fueron pasando por cada una de las bancas para invitar a los enfermos a pasar por el pasillo central y recibir también el sacramento.
Al final, los enfermos salieron del templo reconfortados en su enfermedad.