Ana María Ibarra
La pandemia de Covid-19 que ataca a la comunidad juarense, igual que al resto de la humanidad, no es la primera que cobra vidas en esta región fronteriza, pues a lo largo de su historia, desde la fundación del Paso del Norte, distintas epidemias han mermado la población.

Prueba de ello es el hallazgo que se realizó recientemente en la Misión de Guadalupe, donde se encontraron varios cadáveres de personas sepultadas de una manera peculiar, por lo que se presume son fallecimientos por la epidemia de viruela registrada en el Siglo XVIII.
Se trata del hallazgo del ingeniero Luis Ríos Martínez, responsable de la construcción del túnel de la Avenida 16 de Septiembre, quien encontró restos de 32 personas que fueron sepultadas bajo la Misión de Guadalupe.
Epidemia de Viruela
El profesionista, quien es además presidente de la Sociedad de Historiadores de Ciudad Juárez, AC, compartió en entrevista con Presencia datos del hallazgo que realizó mientras dirigía la construcción del túnel de la Avenida 16 de Septiembre.
“Por la avenida pasaba un acueducto que lleva agua al poniente de Ciudad Juárez y tuvo que ser desviado. Se desvió por la calle Lerdo hasta Ignacio de la Peña, para tomar la calle Vicente Guerrero”, explicó el ingeniero Ríos.
Dijo que en el Siglo XVIII, a esa avenida se denominó Calle de los Lamentos, y en torno a la Misión de Guadalupe, se dispuso el primer cementerio de la zona.
“Se hicieron las excavaciones para llevar el acueducto hasta la calle Melchor Ocampo y conectarlo con el original. La sorpresa fue que nos encontramos 32 cadáveres que fueron enterrados en una forma muy organizada, todos en la misma posición, lo que nos llamó la atención”, compartió.
Tras el suceso se dio parte al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el cual se mantuvo presente durante la construcción del túnel, a través de un representante.
“Uno por uno fueron entregados al arqueólogo los restos que, para nuestra sorpresa, estaban acomodados de esta forma: primero la gente adulta, hombres altos por las dimensiones de sus huesos; enseguida las mujeres y al último estaban niños. Llegamos a la conclusión de que había sido un entierro masivo”, señaló.
El entrevistado aclaró que en las investigaciones que se realizaron se llegó a la conclusión de que ese entierro masivo fue resultado de una epidemia de viruela que padeció la población en el Siglo XVIII.
“No está registrado cuánta gente murió. No hay documentos que nos indiquen si hubo más entierros de esta comunidad. Es muy probable que en la Vicente Guerrero existan más restos”, dijo, para enseguida aclarar que tras la investigación, los restos hallados fueron retornados al mismo sitio.
Caso especial
Entre los restos encontrados existe uno que sobresale pues se encuentra sepultado bajo el altar mayor de la Misión de Guadalupe.
“Hay restos de una dama que fue enterrada con su vestimenta de origen, la cual se encuentra en perfectas condiciones”, resaltó el historiador.

El ingeniero Ríos se dio a la tarea de investigar de dónde procedía una mujer con las características de su ropa y descubrió que era proveniente del sur del país.
“A don Juan de Oñate, 61 años antes de la bendición de la Misión de Guadalupe, se le unió gente de Tlaxcala. Pidió al rey que le permitiera poblar el Nuevo México, como era conocido el territorio, siguiendo el Camino Real, que en ese entonces llegaba a Parral y Santa Bárbara”.
Don Juan de Oñate traía un escribano y un escrito rescatado en Sevilla indica que se quedaron algunas personas a poblar este lugar.
“Esta persona encontrada bajo el altar traía ropa del sur. Por el lugar privilegiado de sepultura creemos que pudo haber existido un matriarcado, una forma política de la época del Siglo XVII, y ella tuvo el privilegio de ser sepultada en ese lugar de la Misión de Guadalupe”, destacó.
Epidemias más importantes en México.
En cuanto a las epidemias que ha sufrido particularmente México, el entrevistado compartió que éstas se repiten cada determinado tiempo.
“La primera epidemia que se encuentra registrada en castellano, en el libro “Relación de Cosas de Yucatán”, data de 1560, plasmada por el misionero franciscano Diego De Landa, quien conoció el idioma maya y pidió que le contaran por qué existían grandes ciudades mayas vacías. Fue debido a pestes que acabaron con la población”, explicó.
Agregó que una epidemia de viruela registrada en 1519 mermó al 50 por ciento de la población.
“Después de haber traicionado a Diego de Velázquez, Hernán Cortez entró a la Gran Tenochtitlan el Viernes Santo de 1519. Velázquez ordenó a Pánfilo Narváez derrotar a Cortez, pero no pudo. Cortez regresó a la Gran Tenochtitlan y gente de su opositor lo siguió, entre ellos un negro moro, infectado por viruela. Así se registró la primera gran epidemia”, relató.
En el Siglo XVIII, de 1700 hasta 1888, en Paso del Norte hubo una epidemia de viruela, la cual se conoció por tradición oral y quedó plasmada en un libro de la historia.
Por otra parte, en el Archivo histórico de Chihuahua se narra en primera persona que una epidemia de cólera surgió en 1838, y otra en 1849 afectando a todo el Estado.
“Fue tan dramática la epidemia de cólera que el rey de España mandó un científico con dos niños como vacunas vivientes, pues habían sobrevivido una epidemia en España. Sus glóbulos blancos sirvieron para inyectar a la gente de Acapulco y se pudo frenar el cólera en la Nueva España”.
Se sabe que en en el Puerto de Acapulco, que era el centro comercial más grande de la Nueva España y recibía cargamento de toda Asia, surgió en el mismo siglo una epidemia similar, aunque no hay datos que la relacionen con la epidemia registrada en Chihuahua.
Aislamiento y oración
“En la epidemia de 1849 murieron 5 mil personas en un lapso de 30 días. La mejor cura de una epidemia es no darle continuidad y aislarse”, señaló.
En 1918 al final de la Primera Guerra Mundial, se desató lo que se conoce como epidemia de la gripe española, que se dice inició en Kansas, aunque otro documento dice que fue en Asia. Un escrito de la época dice que fallecieron 30 millones de personas, pero otro asegura que fueron 50 millones a nivel mundial. Afortunadamente se descubrió una vacuna.
“Ante la pandemia que estamos viviendo ahora tenemos que ser muy pacientes y responsables. Somos muchos pobladores de nuestro Estado y país. En ese retiro y en esa sobriedad que da el estar aislado hay que pedirle mucho a Dios, hablar con Él y que sea nuestro amigo mientras salimos de ésto. Que nuestra experiencia sea convivir con Jesús”, finalizó.