Ana María Ibarra
Entusiastas y en un ambiente de fraternidad, las comunidades del Decanato Cristo Rey se reunieron los días 27 y 28 de enero para recibir una catequesis de preparación previa a la visita del Papa Francisco impartida por los padres del decanato.
La sede fue la parroquia El Verbo Encarnado, donde vivieron momentos de oración y alabanza, así como la visita del grupo “Desierto Vivo” que los motivó con el tema oficial de la visita papal “Francisco Es”.
El cristianismo en la cultura
En la catequesis sobre el cristianismo y la cultura, el padre Javier Gómez reflexionó cómo el cristianismo debe influir en la cultura del tiempo moderno y no al contrario, como se ha querido hacer.
Puso de ejemplo la manera en la que ha ido cambiando el concepto de familia y comentó la manera en que algunos grupos quieren cambiar a la Iglesia a su modo y su pensamiento.
“Y debe ser al revés, dijo. Es aquí donde el cristianismo tiene que influir dentro de esas culturas para acercarlas al evangelio”, dijo.
Dijo que la cultura cibernética, los movimientos pro abortistas, el terrorismo son situaciones que se viven en el mundo y deben ser evangelizadas.
La casa común
Una invitación a la reflexión sobre el daño que el ser humano ocasiona a la casa común, la tierra, es lo que el padre Daniel Payán expuso en su catequesis el jueves 28 de enero.
En esta reflexión el padre tomó como referencia la encíclica del Papa Francisco, Laudato Si.
“La ecología no es ajena a nosotros. Todos estamos involucrados en esta tierra, y esta tierra clama por el daño que le ocasionamos. Olvidamos que nosotros mismos somos tierra, lo dice en el Génesis”, expresó el padre Daniel tras invitar a los fieles a reconocer sus pecados cometidos contra la Creación.
“Nos quejamos del clima pero nosotros mismos lo podemos cuidar. Hemos contribuido a un cambio climático. Es un crimen contra la naturaleza y contra la propia persona. Debemos preguntarnos cómo está nuestra casa interior. Si no reflexionamos en nuestra casa interior, no podemos cuidar nuestra casa común”, afirmó.
Disponer el corazón
Para concluir los días de encuentro, los sacerdotes del decanato celebraron la Eucaristía junto con el pueblo de Dios ahí reunido.
“Todos tenemos un sentimiento de emoción porque viene el papa. Algunos nos quedamos con las ganas de participar en alguno de los eventos. Quizá tenemos la incertidumbre de si vamos a estar en la misa. Ese sentimiento puede provocar tristeza o coraje”, dijo el padre Julián Badillo en la homilía.
Sin embargo, dijo que hay que reconocer que la visita del papa en nuestra ciudad es para reafirmar la fe.
“La visita del papa es para recordarnos todo lo que Dios nos ha dado. A la luz de esta preparación, de esta venida, vamos a disponernos de corazón y con toda el alma para que, desde donde estemos, en espíritu estemos unidos y si nos toca servir lo hagamos con toda la fidelidad y empeño”, motivó.